Latinoamérica
|
El presidente electo de Bolivia define el futuro de su
política
"
Eduardo Febbro y Pablo Stefanoni
Página/12
Evo Morales, presidente electo de Bolivia, recibió ayer en exclusiva a Página/12 para explicar su programa de gobierno, lo que hará con los hidrocarburos, los cultivos de coca y EE.UU. "Queremos entrar allí con la hoja de coca y no con la cocaína", dijo. Morales: "Hay que acabar con el secreto bancario, con la industria de los precursores y con la demanda"
El tari, una tela de aguayo cubierta de hojas de coca, es un signo de
cortesía para los invitados en las regiones andinas, pero en este caso es una
marca política: quien nos ofrece coca es el primer presidente cocalero no sólo
de la historia boliviana sino, probablemente, del mundo. Evo, como todos lo
llaman, está calmo, como si toda su vida se hubiera preparado para este momento,
aunque, admite, "jamás lo soñó". Algunas sonrisas, que dejan entrever una sutil
ironía, expresan su regocijo por la "goleada" del domingo y por la derrota "por
paliza" de su adversario de la derecha, Jorge "Tuto" Quiroga, quien era el
preferido de La Embajada y de la burguesía boliviana. Evo Morales recibió a
Página/12 en exclusiva en una oficina de su casa de campaña y delineó algunas
claves de su gobierno, que comenzará el 22 de enero.
–¿Cómo vive este momento histórico?
–Muy bien, muy contento, satisfecho por la respuesta del pueblo boliviano, que
nos dio un mandato pero para mandar obedeciendo. Nunca he pensado estar donde
estoy, hemos batido un record de votos, nadie había sacado más del 50 por ciento
desde la década del ’50, es un triunfo de los pueblos indígenas no sólo de
Bolivia sino de Latinoamérica. Es un orgullo para mí, pero también para los
indígenas. Quiero dignificar a mis hermanos con esta victoria profunda. También
me siento orgulloso de las clases medias e intelectuales, y quiero que ellos
también se sientan orgullosos de los indígenas y de Evo Morales y juntos podamos
cambiar nuestra Bolivia pensando en la unidad, pensando en los pobres y en los
marginados. Ahora los movimientos sociales ya somos gobierno y mañana (por hoy)
nos reuniremos en Cochabamba. Se trata de gobernar convenciendo, persuadiendo y
no venciendo. Estamos aquí preparándonos con muchas ganas para cambiar la
historia, continuando lo que Túpak Katari y otros líderes indígenas intentaron
antes.
–El MAS dice que va a nacionalizar sin confiscar, ¿en qué consiste esa
medida?
–No se van a confiscar ni expropiar los bienes de las empresas petroleras pero
ellas no tienen derecho a ejercer el derecho de propiedad sobre el gas y el
petróleo. Nuestro gobierno va a nacionalizar los hidrocarburos en base a la
Constitución Política del Estado y cualquier empresa que quiera invertir deberá
subordinarse a las leyes bolivianas. Los actuales contratos petroleros son nulos
de pleno derecho porque no han sido refrendados por el Congreso. Se tiene que
terminar la cláusula de estos contratos que dice "el titular (la empresa)
adquiere el derecho de propiedad en boca de pozo". El Estado es dueño en el
subsuelo y en el sobresuelo. En todo caso a las empresas responsables vamos a
garantizarles la recuperación de sus inversiones, pero tienen que ser ganancias
con equilibrio, para que también el Estado y los bolivianos se beneficien y no
solamente las transnacionales. El pueblo pide la nacionalización y la voz del
pueblo es la voz de Dios, vamos a respetarla.
–Bolivia vende gas a sus vecinos –incluyendo Argentina– a precios más bajos
que los del mercado de Chicago, ¿se van a mantener esos precios?
–Vamos a estudiarlo. Primero tiene que haber un precio especial para el mercado
interno, no es posible que tengamos semejantes recursos bajo tierra y encima de
ella los seres humanos vivamos cocinando con bosta de animales y leña. No se
puede seguir vendiendo en el mercado interno a precios internacionales. Por otro
lado, los actuales contratos fueron firmados cuando el barril de petróleo
costaba menos de 20 dólares (hoy vale casi 60), por eso deben ser revisados.
–¿Qué va a pasar con los precios de venta a Argentina?
–Hay que analizarlo después de resolver el abastecimiento interno, pero en todo
caso queremos ampliar nuestros mercados de exportación a los países de la
región. Lo que sí puedo asegurarles es que el negocio será entre Estados, ya no
entre Repsol Bolivia y Repsol Argentina. Hay que pensar en las mayorías
nacionales más que en los beneficios de las transnacionales.
–¿La nacionalización va a ser la primera medida de su gobierno?
–En lo económico sí. Y en lo político es la Asamblea Constituyente para acabar
con el Estado colonial.
–Respecto de la problemática de la coca, que causa tantas fricciones con
Estados Unidos, ¿cuál va a ser la política del MAS?
–No va a haber "coca cero", vamos a cultivar de manera racionalizada para el
consumo legal. Sí tiene que haber cocaína cero, narcotráfico cero. Debe
impulsarse la lucha contra el narcotráfico sin intervención policial o militar
extranjera. Hoy los norteamericanos dirigen nuestras Fuerzas Armadas y nuestra
policía. Convoco al gobierno de Estados Unidos a hacer un pacto de lucha contra
el narcotráfico que tiene que acabar con el secreto bancario, con la industria
de los precursores y con la demanda. Sólo se puede terminar con el narcotráfico
si hay cero cocainómanos y cero mercados.
–¿Cómo va a quedar la superficie cultivada?
–En el Chapare (la zona excedentaria) vamos a mantener un cato de coca por
familia (40x40 metros): ése es el mejor aporte del movimiento campesino
productor de la hoja de coca a la lucha contra el narcotráfico.
–Anteayer Estados Unidos envió una felicitación un tanto fría, ¿cómo imagina
la relación con ese país a partir de ahora? Usted estuvo un poco duro contra
EE.UU. en la CNN, habló de "Condolencia" Rice.
–(Ríe.) No sé si estuve duro, en todo caso el diálogo está abierto, incluido con
el gobierno de Estados Unidos, que debe respetar la voluntad soberana del
pueblo. Necesitamos relaciones, pero no relaciones de sometimiento ni de
subordinación. Relaciones orientadas a resolver los problemas de las mayorías.
No habrá chantajes ni condicionamientos. Y en esto no estamos solos. Estamos
programando un viaje antes de la asunción (el 22 de enero), tengo una invitación
de (Nelson) Mandela, una reunión con Lula y con (José Luis Rodríguez) Zapatero,
además de un encuentro, postergado por años, con el gobierno chino.
–Jorge Quiroga hizo campaña diciendo que, si ganaba, Bolivia se sumaría al
TLC con Estados Unidos. El MAS tiene una mirada más orientada hacia la región.
¿Qué va a pasar con el TLC a partir de ahora? ¿Bolivia se va a integrar
plenamente al Mercosur?
–Cualquier tratado de comercio, sea el TLC o el Mercosur, debe estar orientado
al comercio justo, de pueblo a pueblo, donde los microempresarios, los pequeños
productores, e incluso en nuestro país los agroindustriales, sean los que
resuelvan sus problemas y no sean las transnacionales que encima reciben
subvenciones nos invadan con sus productos. El Nafta no ha resuelto
absolutamente nada para pequeños y medianos productores ni cooperativas en
México. Y, con esas experiencias, deberían revisarse esos tratados. Si se
garantizan los mercados, bienvenido, y tal vez podamos entrar a Estados Unidos
con la hoja de coca y no con la cocaína (ríe), con charque de llama (carne
seca), quinua. En ese caso, estaremos abiertos al diálogo, pero acuerdos
comerciales para eliminar al artesano, al pequeño productor, no va con nosotros.
–¿Se siente socialista, Evo Morales?
–Claro. Y el cambio social pasa por el cambio de cada uno de nosotros. Siempre
he planteado que si queremos transformar Bolivia, Evo debe cambiar primero: no
ser egoísta, no ser individualista, no ser acaparador, no ser maniobrero y
pensar en las mayorías nacionales. Esa es mi experiencia en la lucha sindical y
para eso estamos empezando a cambiar el MAS. Vamos a apostar al socialismo
comunitario. En la tierra donde he nacido no hay propiedad privada, la zona
ganadera y agrícola es de toda la comunidad. Hay que recuperar los principios de
reciprocidad y de redistribución de nuestras riquezas.