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Encuesta confidencial: Evo 42%, Tuto 25%
Redacción de Econoticiasbolivia.com
Tres encuestas confidenciales de alta confiabilidad de organismos
internacionales y de un partido político revelan que el reformista líder
cocalero Evo Morales ganará las elecciones de este domingo por un margen tan
amplio que virtualmente se convertirá en el primer presidente indígena de
Bolivia.
Las encuestas independientes, encargadas por dos influyentes organismos de
cooperación que operan en Bolivia, una de ellas ligada a la legación
norteamericana, y otra de un partido político que ya no tiene posibilidades para
ganar la elección, muestran que Morales, jefe del Movimiento al Socialismo
(MAS), obtendría entre 40 a 42 por ciento de los votos, mientras que su
principal rival, el ex presidente neoliberal Jorge Quiroga, de la
ultraderechista agrupación ciudadana Podemos, alcanzaría sólo del 18 al 25 por
ciento de los sufragios.
Estos estudios de percepción ciudadana fueron levantados en todo el país, dos de
ellos en la primera y segunda quincena de noviembre y otro en la primera semana
de diciembre, por equipos especializados, con asesoramiento de profesionales
extranjeros, según conoció Econoticias de fuentes de alta confiabilidad, ligadas
a estas instituciones.
Sólo una de las fuentes adelantó la posibilidad de que la diferencia entre Evo y
Tuto se haya incrementado en algunos puntos durante el mes de diciembre, en
tanto que los otros estudios muestran que esta tendencia se estabilizaría con un
techo máximo para Morales del 45 por ciento y para Quiroga del 25 por ciento, en
el mejor de los casos.
Las encuestas coinciden en señalar que Evo y el MAS lograrían una cómoda y
amplia victoria en las elecciones presidenciales y de parlamentarios en cinco de
los nueve departamentos (regiones) del país. En La Paz, Cochabamba y Potosí el
triunfo del movimiento indígena sería abrumador, mientras que en Oruro y
Chuquisaca las distancias con el segundo serían amplias, aunque no tan marcadas.
En los otros cuatro departamentos (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando), el MAS
alcanzaría el segundo lugar.
En cambio, Tuto Quiroga y Podemos lograrían la primera mayoría en las regiones
del oriente y sur del país (donde Morales sería el segundo), y serían segundos
en las regiones del occidente y los valles (donde Evo sería el vencedor).
Sin embargo, por las características de la distribución de los votos y de la
elección de parlamentarios, la aplastante victoria electoral de la izquierda
indigenista moderada, en cuanto al caudal de votos, no se reflejaría con la
misma contundencia en la composición del próximo Parlamento, donde el MAS
obtendría una ligera e inestable mayoría en el Senado, aunque sí una mayor
diferencia en la Cámara de Diputados.
Con todo, la abrumadora diferencia de votos entre el primero y el segundo
obligaría al Congreso a ungir a Morales como al primer presidente indígena que
gobernaría Bolivia, a pesar de que la Constitución Política del Estado faculta
al Parlamento para elegir como presidente a cualquiera de los dos candidatos más
votados, si ninguno de ellos hubiese alcanzado la mitad más uno de los
sufragios.
La contundencia de estas cifras, junto al claro viraje de Morales hacia la
moderación, prometiendo respetar las inversiones y la propiedad privada, no
expropiar a las petroleras extranjeras y preservar el capitalismo, han
convencido a los organismos internacionales y a la todopoderosa Embajada de
Estados Unidos para abandonar al candidato ultraderechista Tuto Quiroga y ahora
optar por la opción encarnada en Morales.
La disposición de Evo y el MAS para mantener una producción legal de coca en
escala reducida, ya aprobada parcialmente por Washington durante el gobierno
anterior de Carlos Mesa, contribuyó, además, para que la administración Bush
esté lista para "trabajar y colaborar" con el gobierno del cocalero, según
anunció el director de Asuntos Antinarcóticos de EEUU en Bolivia, William
Francisco (Ver: "EEUU ya juega con la opción de Evo presidente" e "Indigenismo
sumiso, ultraderecha y revolución" en www.econoticiasbolivia.com).
Las encuestas muestran, asimismo, que el MAS no alcanzaría a ganar ninguna de
las nueve prefecturas (gobernaciones), puestas en votación paralela a la de
presidente y parlamentarios. Seis de los nueve prefectos elegidos
corresponderían a las listas de Podemos y los otros tres a agrupaciones
ciudadanas afines a la línea de Tuto Quiroga.
La masiva votación que cosecharía este domingo Morales provendría, en su
segmento mayoritario, del "voto castigo" que los sectores urbanos estarían
otorgando en contra de los partidos tradicionales de derecha y políticos
neoliberales que gobernaron las dos últimas décadas, a favor de las grandes
empresas y transnacionales y en medio de una sistemática y extendida corrupción
e ineficiencia. Es un voto contra Tuto, la derecha, el FMI y las
transnacionales, más que un voto militante a favor de Evo y el MAS.
Otra corriente importante, especialmente en los barrios más pobres de las
ciudades, votaría por Evo y el MAS confiando en que nacionalizarán los
hidrocarburos y acabarán con el neoliberalismo. Una tercera tendencia,
concentrada especialmente en las clases medias, cree que es necesario dar una
oportunidad para que los indígenas, y en especial el líder cocalero, muestren
qué son capaces de hacer en el gobierno. Muchos juzgan que Evo es un "mal
menor", si se lo compara con Tuto Quiroga o cualquiera de los otros candidatos.
En el área rural, muchos de los campesinos se identifican con la candidatura de
Morales y la toman como una reivindicación centenaria contra un Estado y una
sociedad que siempre los han marginado y excluido, aguardando que el líder
cocalero cumpla sus promesas y "no se desclase" en el gobierno..
En cambio, el voto para Tuto Quiroga se origina en las regiones del oriente y
sur del país, donde las élites de empresarios y latifundistas han logrado
arrastrar detrás de sí a importantes capas de la clases medias y sectores
populares. En el occidente, el apoyo para Quiroga se concentra en las clases
medias más acomodadas, en los empresarios y funcionarios públicos, en los
propietarios de viviendas y pequeños negocios, y en los sectores menos
informados que son fácil presa de la prédica anticomunista.