Latinoamérica
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Entrevista con el candidato presidencial Evo Morales:
Manuel Robles Sosa
Prensa Latina
El candidato presidencial Evo Morales se niega a considerarse ya Presidente,
pese al favoritismo que le asignan las encuestas, y prefiere pedir una
oportunidad para que, a través de él, gobiernen a Bolivia los vilipendiados y
los excluidos.
"Vamos a esperar el día 18, lo que digan las urnas", dice con la modestia
característica de los indígenas de estas tierras, en un diálogo con Prensa
Latina, concedido en un paréntesis de la intensa campaña electoral.
"Mientras tanto, seguimos la campaña. Con una gran confianza en el voto digno y
honesto del pueblo boliviano, que apuesta por el cambio porque está cansado de
la corrupción, del modelo económico neoliberal y de la mafia política", afirma.
El líder cocalero, nacido en una remota aldea de los Andes bolivianos, no duda
en responder que de ninguna manera se siente ya Presidente de Bolivia, aunque
las encuestas lo tengan como claro favorito y el apoyo a su candidatura parece
siga creciendo.
"Ama asua, Ama llula, Ama quella"
El triunfalismo, explica, no es una actitud propia de los indígenas, por lo que
apela con mucha humildad y respeto al apoyo del pueblo, tan necesario para
transformar el país y acabar con la exclusión y la discriminación, dando de baja
al neoliberalismo.
"Quisiera que, por primera vez en nuestra historia, el pueblo boliviano nos dé
la oportunidad a los vilipendiados de toda la vida; queremos demostrar cómo se
gobierna, sobre la base del ama asua, ama llula, ama quella, a gobernar
el pais", dice.
Cita así el código ético de los quechuas y los aymaras, sintetizado en una
trilogía de principios que exige no ser ladrón (ama sua), no ser mentiroso
(ama llulla) y no ser ocioso (ama quella).
Ese código de honradez, verdad y laboriosidad, afirma, ha sido para él un patrón
de conducta desde su niñez de pastor de llamas (camélidos sudamericanos) y
difiere de la moral de los ricos, basada en la explotación del pueblo y el
trabajo ajeno.
Explica que sobre la base de esos principios y de esa cultura ancestral, su
organización, el Movimiento al Socialismo (MAS) pide el apoyo ciudadano para
obtener una victoria contundente, con más de 50 por ciento de los votos.
Ganar es fácil, gobernar es difícil
De esa manera, explica, se evitará definitivamente la posibilidad de que los
políticos tradicionales pretendan reeditar la práctica de negociar el voto digno
del pueblo en función de intereses inclusive familiares, en la segunda vuelta
parlamentaria, prevista para el caso de que ningún candidato logre mayoría
absoluta. Si alguien piensa que para el MAS la meta y el final de la lucha es la
victoria en las elecciones del 18 de diciembre, Evo Morales aclara que de
ninguna manera, pues después de esa fecha comenzará una nueva y decisiva etapa.
Su amigo, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, le dijo una vez
que "ganar es facil, gobernar es dificil", pues hay que enfrentar las maniobras
de los sectores conservadores que no quieren resolver los problemas de las
mayorias nacionales. El MAS, asegura, está preparado para enfrentar las
contingencias del ejercicio del poder.
La campaña electoral boliviana ha sido dura para el MAS, pues su principal
rival, el grupo Poder Democrático Social (Podemos) del ex presidente Jorge
Quiroga y otros enemigos, han apelado a una guerra sucia en el afán de impedir
su victoria en las urnas, como parte de un proceso de lucha popular iniciado
hace cinco años.
En ese empeño han acusado a Morales de favorecer el narcotráfico, atentar contra
los símbolos patrios, ser un mal padre y hasta ser ignorante o incapaz, por su
extracción y condición marcadamente humildes, ataques que para él tiene un
contenido racista. "Por lo menos a los indios ya nos dicen ignorantes,
incapaces; antes nos decian salvajes, animales, nos quisieron hacer caminar en
cuatro patas, decían que no teníamos alma", expresa, recordando la secular
discriminación a los indígenas.
Con un toque de ironía, agrega que "ahora siquiera nos consideran como seres
humanos; han avanzado, y van a seguir avanzando cuando demostremos realmente
cómo se gobierna este país en función de los intereses del pueblo y de la
Patria".
Uno de los argumentos más usados por quienes quieren impedir a toda costa que el
MAS sea gobierno, es que, por su línea contraria al neoliberalismo, ahuyentará
las inversiones y aislará a Bolivia.
Ante ello, Evo Morales recuerda que hace poco lo visitó un alcalde
norteamericano, que se declaró a favor de las inversiones extranjeras bajo una
administración del MAS, y dice haberse reunido con empresarios de diversos
países, interesados en invertir en Bolivia. Esos empresarios, asegura, están
interesados en invertir en Bolivia bajo las nuevas reglas que se propone
establecer el MAS, de darles seguridad jurídica basada en la seguridad social,
es decir asegurar al Estado los recursos necesarios para atender las acuciantes
demandas populares de desarrollo y equidad.
"He tenido además muchas reuniones con embajadas de países latinoamericanos y
europeos, y algunas de ellas nos han dicho confidencialmente: ojalá ganen, si
ganan vamos a duplicar la asistencia a Bolivia", afirma. Según Evo Morales, esa
disposición hacia el MAS, compartida por algunos organismos internacionales, se
debe a que países y otras fuentes de cooperación con Bolivia están cansados de
la corrupción de los politicos neoliberales. En ese contexto, destaca los
consejos de rodearse de gente sana, patriótica, y dice ser conciente de que "los
compañeros tienen que saber enfrentar los cañonazos de dólares que pueden
disparar las transnacionales petroleras" y otros intereses.
Para enfrentar el peligro de la corrupción, el líder indígena considera
necesaria la educación de los cuadros que gobiernen el país, para que sean
patriotas y rigurosos, pero agrega que también debe aplicarse el control social,
a cargo del pueblo boliviano.
"Si somos gobierno no robaremos ni un peso; quiero dignificar a la politica,
dignificar a los trabajadores, a mis hermanos indígenas de Bolivia y de
Latinoamerica", apunta.
Sobre la política petrolera de su administración, consistente en establecer un
férreo control del sector y obligar a las transnacionales a ser empresas de
servicio al Estado, que dispondrá de la producción de gas y petróleo, apunta que
las compañías que acepten esas condiciones, podrán seguir operando con plenas
garantías.
Vamos a ejercer el derecho de propiedad de los hidtrocarburos. Si las
transnacionales están de acuerdo, que se quedan; si no les conviene nuestra
propuesta, tienen todo el derecho a irse, pero jamás vamos a echarlas ni a
confiscar sus bienes, precisa.
Evo Morales es por otra parte consciente de que una victoria electoral del MAS
proyectará un mensaje de esperanza para los pueblos latinoamericanos, sobre todo
para los pueblos indígenas, como señal de nuevos tiempos. Sería una señal,
agrega, del retorno del Pachacuti, leyenda indígena andina que anuncia el
advenimiento de una era positiva tras los siglos de explotación transcurridos
desde la conquista española.
Plantea también que los pueblos latinoamericanos son aliados naturales del MAS,
por lo cual la región será una prioridad de un gobierno de su organización.
"Simón Bolívar luchaba por la Patria Grande, la patria grande es el
Tawantinsuyo (imperio de los incas), el Tawantinsuyo es la Patria Grande",
afirma.
Alienta en ese contexto el surgimiento de movimientos indígenas y populares en
países afines a Bolivia, como Ecuador y Perú, y añade que "ya es hora de que
Latinoamérica logre su gran unidad, a base de sus recursos naturales".
Morales propugna la realización de proyectos concretos de integración avanzada
en sectores como la energía, mediante la creación de un consorcio de empresas
estatales regionales, en lo que coincide con Venezuela.
Además, apoya a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), frente al
Area e Libre Comercio de las Américas (ALCA), promovida por Estados Unidos.
No oculta sus sentimientos hacia Cuba: "Admiro al pueblo cubano, por su
conciencia patriótica de vivir con dignidad, por la unidad que mantiene en torno
a su presidente (Fidel Castro), para enfrentar la soberbia del Imperio y luchar
contra el bloqueo económico", combate que estima paralelo al de Bolivia contra
el neoliberalismo.
Respecto a Estados Unidos, la posición del MAS es de diálogo sin ataduras, algo
que para Evo Morales se corresponde con la cultura indígena, incluyente y no
excluyente. Aclara que "también tenemos honor y dignidad como dueños absolutos
de esta noble tierra, los aymaras, los quechuas, los chiquitanos, como todos los
pueblos indígenas de América Latina". Por tanto, dijo, "queremos relaciones con
Estados Unidos, comerciales o diplomáticas, que no sean relaciones de
sometimiento ni de dominación, sino enmarcadas en nuestra política de resolver
los problemas de nuestras mayorías, de los despreciados, humillados y condenados
al exterminio". "Si el gobierno de Estados Unidos tiene conciencia y respeta a
la humanidad, tiene que entender y aceptar esta propuesta nuestra, de cómo
salvar a la vida, a la humanidad y al planeta Tierra", remarca.
El candidato del MAS habla también sobre los países vecinos, entre los cuales
destaca las afinidades históricas, casi familiares con Perú, y expresa el deseo
de que también allí surjan movimientos sociales transformadores, con
independencia y de acuerdo a sus propias condiciones.
En cuanto a Chile, dice que tiene que empezar a pensar cómo saldar una deuda
historica con Bolivia, por haber conquistado sus costas en el siglo XIX, y cómo
resolver el problema de la mediterraneidad boliviana. El diferendo determina que
no haya relaciones diplomáticas de nivel de embajadores entre ambos países desde
hace más de 40 años, con un paréntesis hace un cuarto de siglo, abierto para una
negociación fallida sobre el viejo conflicto. "Habra diplomacia para Chile si
hay mar para Bolivia", precisa Morales sobre la política del MAS hacia el estado
vecino.
Para cerrar la entrevista, aborda el tema de su alejamiento de las formalidades
y descarta la posibilidad de abandonar la costumbre de no usar corbata -en lo
cual lo han imitado los demás candidatos-, ni siquiera para la solemne toma de
posición, en caso de ganar las elecciones.
"Yo soy parte del pueblo y la mayoría del pueblo no usa corbata. Además, algo
que nunca has usado, resultaría incómodo".