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Venezuela: ataque subversivo a los tres pilares del poder bolivariano
Heinz Dieterich
1. El poder institucional del proceso bolivariano en Venezuela descansa sobre
tres bastiones: la Presidencia, PdVSA y el Ejército. La unidad entre el
Presidente Hugo Chávez, el Ministro Rafael Ramírez y el Comandante del Ejército,
General Raúl Baduel es, por lo tanto, vital para la estabilidad y el desarrollo
de la Revolución.
2. Las fuerzas del "chavismo sin Chávez" de la Nueva Clase Política (NCP) y del
eje oligárquico-imperial entienden muy bien que mientras exista la alianza
estratégica entre este triunvirato, no pueden desviar el rumbo de la Revolución.
Su política se ha concentrado, en consecuencia, en la destrucción de la
conectividad entre los tres centros de poder.
3. Esas fuerzas operan desde algún tiempo con métodos de guerra sucia para
lograr tres objetivos tácticos: a) la ruptura entre el Presidente Chávez y el
General Baduel; b) el enfrentamiento entre el Ministro Ramírez y el General; c)
la sustitución de Ramírez, por medio de la labor de tres mosqueteros homónimos.
El fin estratégico es dejar al Presidente aislado de sus verdaderos aliados
bolivarianos.
4. El blanco principal de la fracción preponderante de la nueva clase política
es Baduel. Siendo incorruptible, estorba los negocios de los corruptos; siendo
patriota, molesta a los entreguistas. Y siendo el salvador militar de la
Revolución ante el golpe de Estado, tiene un alto prestigio entre el pueblo. Una
encuesta no publicada en Venezuela arrojó un ranking de popularidad de diversos
personajes venezolanos, en el cual el General obtuvo el segundo lugar con 27 por
ciento, después del Presidente con alrededor de 60 por ciento. Con mucha
distancia siguieron otros personajes públicos.
Este perfil explica porque los grupos facciosos traten de destruir la imagen
pública del General. Si por algún motivo el Presidente no pudiera o no quisiera
seguir en el cargo, Baduel sería una especie de heredero legítimo del
bolivarianismo de Hugo Chávez, en condiciones de garantizar el futuro del
proceso. Existen dos personajes históricos más del bolivarianismo que podrían
cumplir ese papel; pero por edad, salud y falta de grupos de presión propios no
serían rivales serios para los jóvenes delfines organizados en redes. En tal
escenario, el "chavismo sin Chávez" tendría un solo obstáculo en su camino:
Baduel. Por eso tiene que ser removido del poder institucional lo antes posible.
5. La guerra facciosa contra el Comandante del Ejército se sirve de métodos
sucios utilizados generalmente por los servicios de inteligencia. Los siguientes
son algunos de los que se pueden mencionar. Baduel ha sobrevivido incólume
varios complots de asesinato, de atentados contra familiares y lucrativas
ofertas de soborno. Actualmente se privilegia la guerra psicológica para lograr
la ruptura entre el Presidente y el Militar. Se trata de convencer al Presidente
que el Comandante del Ejército es "muy altivo y arrogante", que no respeta la
investidura presidencial y que quiere el cargo de Presidente; por lo tanto, debe
ser removido de su cargo.
Cuando hace poco hubo tentaciones golpistas en la base de Maracay, el General
mandó como medida de disuasión un pelotón de tanques a la base para calmar los
ánimos de los alborotados. La estrategia funcionó, pero influyentes miembros de
la Nueva Clase Política le hicieron llegar al Presidente "informes de
inteligencia" que sostuvieron que el movimiento de los tanques era un ensayo de
golpe de Estado del General.
La intriga de los tanques es un ejemplo de la manera en que se trata de liquidar
políticamente al General. Otras intrigas consisten en falsificar datos. Por
ejemplo, en un momento, cuando el Presidente llamó a Baduel, éste se encontró en
una zona del país que no tiene cobertura telefónica. Al enterarse después de las
llamadas del Presidente, el General se reportó varias veces al Palacio de
Miraflores. Sin embargo, en el Palacio se ocultaron las llamadas y se le decía
al Presidente que Baduel no llamaba porque "estaba disgustado".
En otras ocasiones se cambiaron, sin aviso previo, lugares de encuentro público
entre el General y el Presidente, de tal manera que Baduel no pudo llegar o no
pudo llegar a tiempo, "demostrándose" una vez más su "prepotencia" ante el
Primer Mandatario. También es frecuente que ---para impedir que tenga encuentros
con movimientos sociales--- se inventen reuniones estatales que le obligan a
desatender invitaciones que recibe de trabajadores y sectores comprometidos.
6. En la misma tónica va la historia oficial sobre el fracaso del golpe de
Estado de abril del 2002. La versión oficial es que "el pueblo derrotó a los
golpistas". Esta es una simplificación populista, porque ningún pueblo desarmado
y desorganizado derrota a un ejército profesional, sino que es masacrado como en
el Caracazo y el Bogotazo.
La verdad histórica es, que en lo interno el golpe fracasó por tres razones: 1.
La derecha no estaba preparada para asumir el poder el 12 de abril. Su objetivo
ese día era derramar sangre; jamás previó que el gobierno pudiera caer como un
castillo de naipes. Cuando sucumbió el Palacio de Miraflores, los conspiradores
no supieron manejar la situación. De inmediato, Carmona mostró el verdadero
rostro tiránico del golpe y con esto perdió el apoyo público. 2. La intervención
del pueblo fue de gran importancia psicológica porque mostró a los militares
antigolpistas que habría apoyo civil en caso de resistencia militar. 3. Sobre
esta base fue decisiva la intervención de Baduel quien se convirtió en el centro
de aglutinación de la resistencia militar que fue el factor determinante en la
derrota de los golpistas.
7. Baduel y el golpe militar. Cuando las primeras noticias del golpe y del
incipiente terror blanco de la derecha llegaron a México, traté de localizar a
los amigos bolivarianos para ayudar en lo que fuese posible. Localicé a Tarek
William Saab quien había sobrevivido el intento de linchamiento y secuestro de
un comando de "gusanos" miameros-venezolanos-zionistas, a los amigos de
Portuguesa y Caracas. En la base aérea de Maracay estaban el Teniente Coronel
Wilmar Castro y el Comandante de la 42. Brigada de Paracaidistas, General de
Brigada Raúl Baduel. Me pusieron en antecedentes de la resistencia militar que
estaban organizando con unos quince coroneles, tenientes coroneles y generales.
Pidieron que les ayudara dar a conocer su ultimátum a los golpistas, que esa
misma tarde publicarían por una radio local de Maracay. Terminado el texto, me
lo enviaron por fax y lo logré publicar esta misma noche en el Internet y en el
diario mexicano El Universal, único periódico que publicó esa información.
8. Cuando se conformaron los comandos que iban a liberar al Presidente en la
Isla Orchila, arriesgando su vida por el Presidente, la Revolución y el Pueblo
venezolano, Baduel insistió en asumir el comando de la operación de asalto
aéreo. Otros oficiales, como Alí Uzcátegui, hoy General, y Wilmar Castro,
actualmente Ministro de Turismo, lo convencieron de que debía quedar al mando
del centro de resistencia militar en Maracay ---en caso de que los comandos
fueran muertos en la operación--- abordando ellos los helicópteros para la
misión.
9. Hoy día, es un deber ético elemental reconocer quiénes fueron los verdaderos
héroes de la resistencia militar y quiénes se escondieron, abandonaron sus
unidades o se ponían a las órdenes del gobierno golpista, para después, en la
historia oficial figurar como héroes de la Revolución Bolivariana. Mucha gente
revolucionaria arriesgó su vida, pero no hay duda de que sin la actuación de
Baduel la Revolución no hubiera sobrevivido. Eliécer Otayza, exDirector General
de la DISIP, me habló una vez de las listas de cinco mil personas que iban a ser
liquidadas por los golpistas. Estas personas no estarían vivas hoy día y el gran
proceso de integración latinoamericana que encabeza el Presidente Chávez no se
daría, si no fuera por la lealtad bolivariana y el arrojo de Baduel.
10. La minimización de su actuación durante el golpe comenzó inmediatamente
después en los documentos publicados y arrecia en la actualidad con el objetivo
político descrito. Su participación en el desarrollo de la nueva doctrina
militar venezolana es minimizada al igual que en las publicaciones que los
miembros de la nueva clase política hacen al respecto. Baduel es un baluarte de
los ideales bolivarianos y un ejemplo de lealtad presidencial. Eso lo sabe el
pueblo y por eso lo admira. Y sabe, que el día en que la nueva clase política y
sus intrigas logran romper la relación entre el Presidente y este oficial,
quedará sustancialmente debilitado el triunvirato del poder que sostiene a la
Revolución Bolivariana.