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Alan García y Alberto Fujimori: historias paralelas
Luis Arce Borja
La información oficial que envuelve el asunto Fujimori y su sorpresivo
aterrizaje en Chile el 6 de noviembre, no pasa de ser puras especulaciones. Ello
seguirá así mientras no se le relacione a la situación de grave crisis interna
en la política peruana. Como nunca esta crisis se refleja en la campaña pre
electoral y en los principales partidos que desde ya se disputan las elecciones
presidenciales de abril 2006. Ningún partido u organización política en la
contienda está al margen de la corrupción, el robo y de la mafia que durante el
régimen fujimorista envolvió a las clases políticas del Perú. Fujimori es un
ladrón y criminal de alto vuelo, pero conoce que sus acusadores peruanos, no son
menos delincuentes que él. Tienen "rabo de paja", como dice el proverbio
popular. Los tres principales partidos políticos (APRA, Accion Popular, Partido
Popular Cristiano) que actualmente se disputan la presidencia de la Republica
tuvieron mucho que ver con el régimen que dirigió el Estado peruano desde 1990
hasta el 2000. Todos pasaron por caja y recibieron paquetes de dólares
provenientes del robo, el crimen y el narcotráfico. Y hasta la llamada izquierda
aportó su apoyo electoral y político a la mafia que se enquistó a la mala en el
poder.
Alberto Fujimori, mafioso pero no cojudo como diría un viejo peruano, los conoce
bien y de ello quedan cientos de filmaciones que registran las reuniones
clandestinas con sus altos representantes políticos. Algunos millones de dólares
de la mafia Fujimori-Montesinos fueron a parar clandestinamente a la caja del
Partido Aprista (APRA). Agustín Mantilla ex ministro del Interior de Alan García
Pérez y alto dirigente del APRA fue uno de los colaboradores de Vladimiro
Montesinos y por ello ha pasado una larga temporada en prisión como vulgar reo
común. Durante el fujimorismo el APRA se financió gracias al dinero de
Montesinos. El periódico Expreso ligado al partido Acción Popular (AP) del
"respetable" Fernando Belaunde y de Valentín Paniagua, recibía millones de
dólares de la caja que manejaba Vladimiro Montesinos. Eduardo Calmell del Solar
ex director de este diario y actualmente prófugo en Chile fue el nexo entre este
cotidiano y el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). El Partido Popular
Cristiano (PPC), no fue nada cristiano con los dólares de la mafia del Estado.
Bedoya de Vivanco, dirigente de este partido y nada menos que hijito de papa
Luis Bedoya Reyes (fundador del PPC), cayó en desgracia cuando como un vulgar
delincuente fue encerrado en una prisión limeña. El delfín de papá Bedoya fue
encontrado responsable de haber recibido dinero sucio de las propias manos de
Vladimiro Montesinos, y que durante el régimen fujimorista era un asiduo
visitante del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). En 1998 Montesinos
financió la campaña electoral del PPC para la alcaldía de Lima. Raúl Castro
Stagnaro vicepresidente del PPC y representante de la empresa Amerinvest Holding
Inc, es otro de los involucrados de este partido con el dinero sucio. Por ello
los mismos jueces que investigan al ex jefe del Servicio de Inteligencia (SIN)
investigan a este dirigente del PPC y a Amerinvest Holding Inc.
Los tentáculos mafiosos de Fujimori han corroído todos los estratos del poder
Judicial. Desde el simple juez hasta los altos magistrados se han visto
involucrados con la mafia dirigida por Fujimori y Montesinos. En el seno de las
fuerzas armadas, que en última instancia será la que dirima esta situación, no
son pocos los altos oficiales que añoran un regreso del padrino. A esto hay que
anotar que casi todos los generales, coroneles y comandantes que temporalmente
fueron encarcelados por haberse enriquecido con el dinero de la mafia, están
actualmente en libertad y se mueven tranquilamente en los cuarteles.
¿Quién podrá juzgar a Fujimori en Perú?. Se tendría que recurrir a extra
terrestres, porque en este país, ninguna autoridad política o judicial tiene la
ética y la moral suficiente para sentar en el banquillo de los acusados al
mafioso Fujimori. Todos fueron comprados y cada uno recibió su maleta de
dólares. (En esos momentos Montesinos entrega el dinero en maletas o en agrandes
sobre de manila). Hay que sospechar que Alberto Fujimori tiene uno y varios
videos comprometedores para sepultar a sus posibles acusadores. De estos videos
no se salva ni el presidente Alejandro Toledo ni el Cardenal Luis Cipriano quien
desde los pulpitos de la iglesia hacia plegarias para sostener al régimen
criminal de Fujimori. Un video de Toledo (en plena orgía sexual firmado en
durante el fujimorismo) ya ha circulado en la televisión peruana. Y por el
momento, hablando de corrupción, casi todos los familiares del presidente están
incursos en acusaciones penales, que van desde violación de chicas,
falsificación de firmas, coimas y venta de influencia. La misma madame Eliane
Karp, "primera dama", no escapa a las sospechas y acusaciones de desfalcos y
otros hechos de corrupción.
A esto hay que agregar que si bien es cierto que en el año 2000 Fujimori
abandono la presidencia y salio huyendo del país, es cierto también que dejo en
Perú una bien aceitada organización mafiosa enquistada en el poder judicial, en
el medio político, en el parlamento y sobre todo en el ejercito. No es una
casualidad que los partidos políticos fujimoristas (Cambio 90, Nueva Mayoría, y
SI Cumple), actúan oficialmente y tienen representantes en el parlamento y en
otras instancias del Estado. La mafia de Fujimori tiene varios medios de
comunicación, uno de ellos es el diario La Razón y el otro el diario Expreso.
Incluso uno de los representante de Fujimori en Perú integró la llamada Comisión
de la Verdad y Reconciliación, que según la propaganda se encargos de investigar
los criminales cometidos desde el Estado. El mismo Montesinos desde su prisión
dorada en la base naval del callao controla jueces, políticos, periodistas y
militares. Su mafia sigue dictando leyes, y sus antiguos socios permanecen
intocables.
García Pérez y Alberto Fujimori. Historias paralelas.
Es en medio de esta grave crisis política y moral, donde hay que ubicar la
planificada llegada de Fujimori a Chile. El antecedente más próximo de algo
similar a lo que ocurre ahora con Fujimori es el caso de Alan García Pérez,
líder del APRA y candidato presidencial para las elecciones del 2006. García
concluyo su mandato presidencial en 1990 en medio de una aguda crisis y serias
acusaciones en su contra por robos, coimas y crímenes masivos y organización de
grupos paramilitares. En 1991, García para salvar su pellejo, salio huyendo del
país y al inicio se instaló en Colombia protegido por el gobierno de este país.
Posteriormente viajo a Paris donde residió hasta su regreso "triunfante" al
Perú. Entre las acusaciones penales contra Alan García Pérez, fue la
planificación y ejecución de 300 prisioneros de guerra en 1986. Fue acusado
también de ser haber organizado, junto con Agustín Mantilla y el jefe de la
policía antiterrorista, el grupo paramilitar "Rodrigo Franco", responsable de
brutales asesinatos clandestinos. Fue acusado también de haberse enriquecido con
la compra de aviones de guerra procedentes de Francia. Ninguna de estas graves
acusaciones, resultó un impedimento para que el líder del APRA haya sido,
gracias a los políticos y jueces corruptos, rehabilitado y vuelva a ambicionar
sentarse en el palacio presidencial.
Alberto Fujimori, de la misma manera que Alan García, busca la rehabilitación y
ganar nuevamente la presidencia del Perú. Por lo pronto diversas instituciones
de sondeo de opinión pública, lo dan como puntero en las preferencias de los
peruanos en las próximas elecciones. Esta rehabilitación pasa por Chile, y para
empezar Ricardo Lagos presidente de este país acaba de anunciar que "el señor
Fujimori tendrá un debido proceso de acuerdo a lo que en la tradición del
sistema judicial chileno se estipula". ¿Qué significa esto?. En este caso, como
en cualquier otro pedido de extradición, el gobierno demandante tiene que probar
ante el poder judicial de Chile que las acusaciones son verdaderas y sostenidas
por pruebas. Aquí no se puede decir robo 200 millones de dólares sin presentar
ninguna prueba. Tampoco se puede decir "manejó corruptamente el Estado sin
probar nada. En Perú, el poder judicial se maneja corruptamente y para enviar a
prisión a cualquier ciudadano (cuando no hay padrinos ni dinero por medio), no
se necesita de pruebas o cosa parecida. Basta un informe policial y. Como
antecedente de la dudosa calidad de los jueces peruanos y el pedido de
extradición a Chile, hay que recordar que este país, en el 2002, rechazo por
falta de pruebas entregar a dos individuos que habían recibido dinero de la
mafia fujimorista. Eduardo Calmell del Solar y Daniel Borobio, viven actualmente
como "refugiados políticos en Santiago de Chile después que los jueces de este
país rechazaron las acusaciones sin prueba de los jueces peruanos.