Latinoamérica
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Los desaciertos de Fox en la política exterior Mexicana
Humberto Gómez García
Trincheras de Ideas
Ya al final de su mandato el presidente mexicano, Fox, ha adquirido una
notoriedad mediática que lo ha expuesto como el mayor defensor de las políticas
coloniales norteamericanas, más concretamente como defensor del moribundo
proyecto ALCA que él y Bush trataron de meter de contrabando en la IV Cubre de
las Américas.
Naturalmente que nada de raro tiene que él defienda al ALCA si fortaleció –yendo
contra los intereses del pueblo mexicano– el pacto de libre comercio con Estados
Unidos y Canadá. Pero en la Cumbre de Mar del Plata el dirigente derechista
mexicano perdió totalmente la compostura y arremetió con epítetos y frases
irrespetuosas contra los presidentes de Argentina y Venezuela, dolido como
estaba porque las naciones del Sur América, la vanguardia integracionista
americana: Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay y Paraguay, no se dejaron meter
el contrabando que pretendía Bush, Condolezza, los halcones fascistas
norteamericanos y sus cipayos latinoamericanos, con Fox de primero, y el ALCA no
se aprobó.
A la cabeza de una patota de presidentes dóciles a la voz del amo
norteamericano, Fox, respirando por la herida, fue tan agresivamente cínico,
grosero que saltó a la torera las más elementales normas de la cortesía
diplomática que obligó a un hombre tan ponderado y equilibrado como el
presidente argentino, Kirchner a darle una respuesta tan agria y contundente que
sorprendió a la comunidad internacional y al mismo Fox que no esperaba semejante
reacción nacionalista, de soberanía y patriotismo del mandatario argentino.
Con el presidente Chávez ocurrió otro tanto. Agredió verbalmente al presidente
venezolano, a las políticas de su gobierno, al país y a su libre auto
determinación, recibiendo la respuesta contundente y firme de presidente
venezolano quien lo llamó "cachorro del imperio", lo que en verdad es.
Con Fox, la tradicional e histórica posición neutral y latinoamericanista de la
política exterior mexicana, de respeto a la libre auto determinación de los
pueblos, nacida en las entrañas de la revolución popular de 1910 y mantenida
durante todo el siglo XX, cambió radicalmente y el gobierno dio un giro a la
derecha internacional, se acercó peligrosamente a los intereses de los sectores
norteamericanos más recalcitrantes, a aquellos que, después de la caída del
socialismo europeo, arremetieron contra pueblos y naciones para no sólo imponer
el neoliberalismo sino tragarse economías completas.
Desde su llegada al poder, Fox tuvo el triste papel –por instrucciones del
imperio– de mantener vivo un frente de la guerra fría al arremeter
permanentemente contra la Cuba socialista y contra el presidente Fidel Castro,
nación hermana a la que todos los gobiernos mexicanos anteriores habían
respetado en su libre auto determinación; ahora lo hace contra Argentina y
Venezuela, hiriéndonos en nuestra dignidad como naciones soberanas.
En vez de reclamarle, como gobierno soberano, a los Estados Unidos, que le
devuelvan a México siquiera una cuarta parte del territorio que le robó y
defendiera a ese pueblo que va al norte, a ocupar las tierras que ancestralmente
le pertenecen, Fox lo que quiere entregarle es más soberanía y riquezas
latinoamericanas al gringo usurpador y opresor.
Mal final parece que va a tener este personaje que de manera inmoral le está
sacando las castañas del fuego a un Bush acobardado y derrotado. Por lo pronto
el PAN, su partido, parece que está en vías de desaparición y otras fuerzas
renovadoras y más dignas se levantan en el escenario político mexicano.
(12-11-05) (caracola@cantv.net)