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Latinoamérica

Colombia: De Pablo Escobar y Santofimio a Uribe Velez: del sueño del "estado- Sicario" a la realidad del estado-paramilitar.

Kleber Gia Bustamante
Echapalante

 Parecería, segùn cierta tradición cristiana, que no siempre existieron « Satanás » y su « morada ». Cuenta esta tradición que la Divinidad los « creó » cuando descubrió el complot de este « príncipe » de los ángeles. Luzbel que así se llamaba quería ser Dios, ansiaba usurpar el puesto de su Señor. Desde entonces pasó de « príncipe de la Luz » a « prícipe de las Tinieblas » hasta nuestros días.

._ Pablo Escobar Gaviria, « capo di tuti capi » soñaba su reino, su repùblica, su Estado, transgrediendo « el orden » impuesto por la « sacra » Oligarquía colombiana y su « bipartidismo ». Los millones de narco-dólares podían pasar; pero él, jamás.

P. Escobar entendió muy pronto que no era suficiente la filtración, el copamiento y el control de las Instituciones del Estado. A medida que las « alquilaba » comprendía que era posible el montaje de un « Estado sicario », a través de la participación política partidaria : en la Justicia, en el Parlamento ( él fué representante en la Cámara), en las Fuerzas Armadas, de Policia y porqué no en el Gobierno.
Quería ese poder del Estado, que a la larga se convirtiría en su proyecto de « narco-Estado ». Su « oferta » comenzó a ganar adeptos, especialmente entre la clase política « emergente », con muchos jóvenes-promesas ; pero también entre connotados « dinosaurios » del bi-partidismo. Todos « temerosos » del crecimiento de la oposición de Izquierda y de la Resistencia Armada Colombiana.
Algunas « obras sociales » le habían permitido saborear el reconocimiento de amplios sectores de población : la inauguración de viviendas en el Plan Medellín sin Tugurios, junto con el alcalde de ese entonces y actual presidente, Alvaro Uribe Vélez ; el trabajo « político » con su primo hermano, José Obdulio Gaviria (actual consejero del presidente Uribe) , con William Vélez, Alberto Santofimio, Ortega, Lucena , etc. Para ilustrar el nivel de sus contactos, en 1982 (Carta del ex-congresista Carlos Nader Simmons al ex-presidente Alfonso López M. :Espectador,23-09-05) segùn el narco y ex-congresista Nader, vió por « primera vez » a Escobar, capo del cartel de Medellín, en una habitación de un hotel que ocupaba el propio López Michelsen.
Pero el « celo aristocrático oligárquico », la « moral » bipartista, no podía admitir semejante atrevimiento. Su presencia fisica dirigiendo el Estado, era insoportable, « contra natura » ; provenía del círculo de la pobreza, de la « delincuencia » y sabía demasiado. Por éso, lo preferían tras bastidores, anónimo, en las esquinas disimuladas y oscuras del poder.
En esa atmósfera, las denuncias y señalamientos de la « clase política » no se dejaron esperar ; ahora sí, buscaban « ilegalizarlo », aislarlo y así reducidas sus ambiciones, lo condenaban a que no pasara de ser el « financista » de las nuevas y viejas fortunas colombianas.
Pablo Escobar era un narco-plebeyo, « inculto », no reunía la dote de « honorabilidad » que exigía la Oligarquía bipartista colombiana. Desde la « Catedral » intentó fabricarse con el Establecimiento un código de « perdón y olvido » ; pero la Oligarquía colombiana ya lo había sentenciado.
Rápidamente le actualizaron « procesos » que aseguraban la descalificación de los logros alcanzados en su carrera « política », incluido el « fantasma » de la extradición. Ahora sí, unidos con la DEA y la CIA, las Fuerzas Armadas y de Policía Colombianas captaron a los « tránsfugas » de los Carteles de la droga. La « filtración », ahora a la inversa no fué difícil, ellos se regalaban al « mejor postor ». En estas circunstancias, la implementación de varios frentes simultáneos, les permitió eficacia en su estrategia de exterminio contra Escobar y sus lugartenientes. Todo estaba justificado con tal de salvar a « honorables personajes » oligárquicos, sus cómplices y encubridores que habían sido « acariciados » por las « bondades » de la droga.(No olvidemos el juicio 8.000, que fué « enterrado » y duerme en la alcoba del olvido)
Recordemos, el Cartel de Medellín, solamente con la puesta en vigencia de la extradición se lanzó contra el Estado. Antes había ejecutado verdaderas campañas de acciones genocidas generalizadas ( contra la oposición de Izquierda, la población civil acusada de simpatizar con la Resistencia Armadal) y también crímenes selectivos para lograr sus objetivos y de paso grangearse la simpatía Oligárquica y la de sus Fuerzas de represión : parte del exterminio contra la Unión Patriótica ; los asesinatos de Pardo Leal( 1987), Juan Carlos Galán(1989), Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro(en 1990), son ejemplos imborrables de su crueldad y la de sus cómplices. Con la ejecución sumaria contra P. Escobar, el tiempo del « sicariato » se transformaría; pues sobre esta experiencia vendría otro capítulo mucho más sangriento dirigido especialmente contra la población civil colombiana, acusada de « colaboradores » de la Resistencia armada.

. _ Alberto Santofimio Botero, era la otra « apuesta política » del narcotráfico. También soñó y ambicionó despierto su repùblica, su partido Liberal, quería ser Presidente. Con el apoyo del narcotráfico fué construyendo otro « proyecto » que a la par sería «alternativo » al de su patrón, P. Escobar. Tenía todo para serlo : un partido casi controlado, unas instituciones y personajes del Estado profundamente frágiles a la seducción del dinero y la corrupción. Su figura política era más aceptada por la Oligarquía y su « clase política », provenía de los mismos círculos. Su carrera tenía notoriedad en el partido Liberal, fué ministro y era un gran orador. A pesar que era « vox populi » sus conexiones con el mundo del narcotráfico y su cercanía con el « capo » P. Escobar, fué « ignorada » por las élites colombianas.
La « seguridad » de su « proyecto presidencial » saltaría al vacío, cuando en las mismas filas de su partido Liberal, un contemporáneo suyo, con una trayectoria personal y política brillante, reconocida y respetada se lanza desde la « otra orilla » a salvar al Partido Liberal. Para Luis Carlos Galán Sarmiento era imperativo guardar distancias con el Partido oficial, organizar los sectores críticos en una discidencia con capacidad de disputar el poder no sólo al interior del Partido Liberal, sino en el pais ; para ello, creó su agrupación, el Nuevo Liberalismo, que tendrá una aceptación extraordinaria y lo perfilará como el presidenciable con mayores opciones.
La Oligarquía y las Masas colombianas, con lecturas diferentes, compararon en su momento a la muerte de Galán con la del martir liberal Jorge Eliecer Gaitán (asesinado por una entente liberal-conservadora). Para la Oligarquía era ya un personaje « peligroso » ; pero para el grueso del Pueblo, otra oportunidad fallida de ser escuchados.
En esa coyuntura « complicada », Santofimio quiso conservar sus fuerzas ya debilitadas, jugando el « rol » de puente inocente entre el Estado oligárquico oficial y el proyecto de narco-Estado ; pero su ambición personal era ganar las elecciones presidenciales del Estado oligárquico y desde allí construir relaciones « cordiales » con el otro Estado « subterráneo » hasta su « legalización » durante su tan ansiado gobierno. Esta rigidez, le exigía la eliminación de todo obstáculo.
La lista interminable de víctimas (segùn cifras conservadoras : 5000 militantes) del genocidio contra la Unión Patriótica y los candidatos presidenciales, comenzóy continuó siendo una de las muestras más sangrientas del proyecto conjunto de los dos Estados : el narcoligárquico que cobijaba desde ya el maridaje constituido por el triángulo del crimen organizado : el Bipartidismo- las Fuerzas Armadas y de Policía (CIA-DEA)- el Cartel de Medellín.
El asesinato al candidato del neo-liberalismo Juan Carlos Galán, no sólo que acabó con esa tendencia progresista del Nuevo Liberalismo (Su sucesor César Gaviria, volvió a los cauces del Oficialismo oligárquico), con la esperanza de amplios sectores de colombianos ; sino que acabó también con el « sueño dorado » de Santofimio.
Las « revelaciones » tan publicitadas del supuesto « hombre de confianza » de Escobar, « Popeye », son una confirmación de lo que se sabía, una especie de « llover sobre mojado ».

. _ Alvaro Uribe Vélez, se constituiría por « méritos propios » en la Tercera posibilidad « ganadora » para el montaje de un Estado mafioso, desde las mismas esferas elitistas del partido Liberal. Era indudable que sacaría « valiosas »conclusiones de los dos libretos fracasados, anteriores.
A pesar que la administración Bush lo niegue y por supuesto el mismo gobierno Uribe, el informe del Pentágono, de 1991, tomado de los documentos desclasificados, no deja ninguna duda :La citación es tomada de Joseph Contreras, Newsweek International. « 82.- Alvaro Uribe Vélez-político y senador colombiano dedicado a colaborar con el cartel de Medellín en los altos niveles del gobierno. Uribe se vinculó a un negocio involucrado a las actividades de los narcóticos en Estados Unidos. Su padre fué muerto en Colombia por sus conexiones con los narcotraficantes. Uribe ha trabajado para el cartel de Medellín y es un amigo íntimo de Pablo Escobar Gaviria. El participó en la campaña política de Escobar para ganar la posición de suplente de Jorge Ortega. Uribe fué uno de los políticos, del senado, que atacó todas las formas del tratado de extradición « . (Una lupa sobre el socio 82.Confidencial noforn wnintel).
Uribe Vélez buscaba limpiarse de semejante prontuario, el precio será su incondicionalidad a los designios norteamericanos. Parece que lo alcanzó con creces y su carrera política se hizo con relativa fácilidad. Su « proyecto », ya se sostenía en el poder « heredado » del narcotráfico, en su militancia « liberal » fervorosa y en la « certificación » del Gran « hermano » norteamericano. También por razones « familiares » y por su « afición » a los caballos, mantuvo siempre una notoria cercanía con el « clan » Ochoa y como quedó dicho, con el mismo Pablo Escobar Gaviria.
El padre de Alvaro Uribe Vélez, ya había sido requerido ,en condición de « extraditable » por la DEA americana. El actual presidente Uribe, desde la Dirección de Aviación Civil que ocupaba en ese momento, pudo detener la extradición. Sus estudios en Harvard, se los considera dentro de la estrategia del narcotráfico que buscaba preparar sus cuadros para gobernar, en su propuesta de Estado.
Con la derrota de los Carteles de Medellín y Cali, respectivamente, la desbandada de los efectivos-sicarios facilitó a las Organizaciones empresariales, especialmente ganaderos y agricultores ; a los políticos del bipartidismo, a las fuerzas Armadas y de Policía colombianas a su vinculación con el sicariato, como alternativa « salvadora » contra la Resistencia armada colombiana.
Alvaro Uribe Vélez, maduraba la Estrategia « contrainsurgente » de un « Estado paramilitar ». Sus pasos iniciales se concentran en la instalación de las « Cooperativas Convivir », en Medellín, como un eje aglutinador y organizador del sicariato anterior ; pero ahora sí, desde la legalidad. Con su primera « legalización » del sicariato, inicia otro período más del fenómeno para-militar colombiano, organizado como siempre, desde la mismísima « clase política », desde el corazón de sus fuerzas de represión y con el asesoramiento israelí-norteamericano.
Para 1990, el narcotráfico ya sostenía a 140 grupos de para-militares, con la complicidad de las Fuerzas Armadas y el bipartidismo.A nivel nacional, en las zonas de mayor presencia e influencia guerrillera, se impuso el establecimiento de cuerpos de acción directa, articulados al poder económico de las transnacionales, empresarios-banqueros-agricultores-ganaderos y la « nueva generación » de narcotraficantes.
Mientras Colombia se « distraía » con la Asamblea Constituyente(1991) y los « diálogos de paz » ; los paramilitares extendían su poder a sangre y fuego.Después de la ruptura de los diálogos, en 1992, César Gaviria inicia la « Guerra integral » que en lo fundamental buscaba intervenir, reprimir y eliminar las Organizaciones sociales y políticas sospechosas de simpatizar con la Resistencia guerrillera colombiana. Los para-militares impusieron sus primeros asentamientos en el Magdalena Medio, Boyacá y Medellín, provocando un desplazamiento masivo de población civil. La « clase política », las Fuerzas Armadas colombianas estaban al tanto de esta « ofensiva ».
En 1994 gana las elecciones otro Liberal, Ernesto Samper Pizano. Esta administración después de propinar golpes certeros al narcotráfico, cayó en desprestigio profundo por las revelaciones del Cartel de Cali, de haber participado en el financiamiento de las campañas electorales presidenciales ùltimas, de los dos candidatos : Andrés Pastrana (partido Conservador) y Ernesto Samper (Liberal).
Desde gosto de 1995 hasta noviembre, la Procuraduría para los Derechos Humanos ordenó 50 destituciones contra altos jefes militares y 126 sanciones disciplinarias contra militares y policias. También se denunciaron 600 casos de tortura y se sumaron 1338 víctimas de asesinato, tortura y desapariciones. Para 1996, el gobierno Samper decretó el « Estado de emergencia » contra la Resistencia colombiana ; mientras los para-militares radicalizaban su accionar : 1900 precandidatos a las elecciones de octubre es este año deberán renunciar, 49 alcaldes y consejales serán asesinados y 181 secuestrados. Para 1997, un millón de personas tendrán que desplazarse por la acción terrorista de los para-militares.
En 1998, Andrés Pastrana(p. Conservador), será el presidente de los colombianos con su organización : Nueva Fuerza Democrática. A la par que propiciaba los « diálogos de paz », anunciaba el Plan Colombia, escondiendo con su discurso el carácter militarista contrainsurgente. Con el fin de los diálogos del Caguán, 20 de febrero del 2002, la guerra continùa oficialmente ; pues nunca se había detenido, más ahora con el nuevo auxiliar estratégico de las Fuerzas Armadas colombianas : el paramilitarismo, representado en las AUC.
Antes del gobierno Uribe, se habìa buscado la consolidación de esas fuerzas hasta constituir Frentes, Cuerpos de ejército y una coordinación más orgánica de para-militares con las Fuerzas Armadas y de Policia. Lo culminante fué esa « integración orgánica » de esas unidades mafiosas a la estrategia de institucionalizar la « guerra sucia ». Esta coordinación estratégica explica la facilidad del avance y el copamiento de zonas, incluyendo varios bastiones de la guerrilla. Las funciones eran claras para cada grupo : los paramilitares ejecutando las acciones más brutales de esta guerra sucia, intentaban elevar al máximo la espiral de la violencia como factor decisivo para la recuperación de la « iniciativa » de las Fuerzas del Estado. Estas les marcaban objetivos, las instruían, les proporcionaban información y logística, las protegían.
Este monstruo, creado por el Estado colombiano, segùn palabras del mismo Mancuso, desde sus inicios podrá nutrirse fácilmente con la actividad del narcotráfico (producción y comercialización), asumida por los nuevos carteles mafiosos que extenderán sus áreas de cultivo con los millones de héctareas apropiadas a la población civil campesina, acusada de « colaboradores » con la guerrilla.
Con el Plan Colombia y Patriota, las AUC, cumplen la ùltima fase de su participación directa, orgánica con las Fuerzas Armadas, una vez que :
.- Controlan áreas considerables del territorio colombiano y que están listas para la implantación de « proyectos » empresariales vinculados a conocidas transnacionales. Sin olvidar su control férreo sobre la población civil.
.– Se constituyen « legalmente » en la columna vertebral de la « fuerza política »(Partido o partidos políticos en el marco del bipartidismo) que pretende la « reelección » y la mantención del « proyecto Uribe » como ùnica alternativa que tiene Colombia hasta el 2019. Debemos añadir al millón de « informantes », a los soldados « campesinos ».
.- Instalaron el climax de violencia como práctica de Estado sobre todos los espacios de población civil opuesta a dicho « proyecto », se quedaron sin función. Insistir en las masacres, comenzaba a ser contraproducente para el gobierno Uribe. Este gobierno, no puede ocultar las dimensiones de la Tragedia Humanitaria que viven los colombianos. La complicidad de Washington raya en el cinismo, cuando intenta mostrar al narco-gobierno colombiano como un « modelo » a imitar, no sólo para Irak, sino para Venezuela y toda América Latina.
Ahora se trata de darles a las Fuerzas Armadas y de Policia colombianas la tarea ùnica de combatir y derrotar a la « guerrilla » en « democracia profunda ». Los paramilitares no son necesarios, aparentemente ; porque continùan con su trabajo sucio de GENOCIDIO Y TIERRA ARRAZADA en pleno proceso de « paz », de « desmovilización ». Pero es necesario desbandarlos « oficialmente », con todas las garantías para su regreso a su « rol » anterior, si es necesario.
El « proyecto » Uribe prefiere que se mantengan « dóciles », a prudente distancia, que se « guarden » como poder narcotraficante o simplemente paramilitar « desarmados » ; pero ya dentro de la Estrategia de Estado. Por ahora, por decreto quieren que los para-militares cumplan el papel de garantes de esa columna vertebral política( con organización política, listas y candidatos), de esa especie de partido politico uribista que exista o no formalmente, pero que intenta culminar con el montaje del Estado-para-militar tan afecto a Washington.
Los tres pilares que supuestamente consolidaron al proyecto para-militar, están inconclusos ; por ello, la obsesión « mesiánica » de Alvaro Uribe y su narcoligarquía por cumplir su « tarea », fuera de toda consideración de simple « sentido comùn ». 1.- La derrota estratégica de la Resistencia colombiana se aleja y la implementación de un estado para-militarizado en todas las zonas y espacios de influencia no es suficiente. Por el contrario, las Organizaciones políticas y sociales comienzan a desafiar ese terrorismo de Estado en todas sus formas. 2.- La ayuda exterior para legitimar la propuesta de este Estado-paramilitar, centrada fundamentalmente en Estados Unidos y la Comunidad Internacional, especialmente, Europa y el resto de paises de la región Andina y el continente. Es justamente uno de los escollos imposible de superar ; pues a más de los períodos críticos que atraviezan las grandes potencias, las evidencias de un Estado para-militar no se las puede esconder con discursos o reuniones internacionales del gobierno Uribe. Ahora que escribo estas líneas, el Vice-presidente de Colombia, intenta desesperadamente(apoyado por la derecha europea de los Partidos Populares) convencer a una mayoría del Parlamento Europeo escéptico del « paraiso » Uribe. 3.- Una alianza, también estratégica con los sectores más radicales contra la Resistencia. Colombiana, favorables a la globalización neo-liberal, al proyecto narco- oligárquico colombiano, de los partidos liberal-conservador y que integra a los sectores más guerreristas de las Fuerzas armadas, los narcotraficantes con sus efectivos para-militares, tampoco ha sido suficiente. Cada sector intenta imponerse ; mientras una oposición intenta lograr niveles de Unidad que podrían derrotar las ambiciones del « proyecto » narcoligárquico.
De allí que Alvaro Uribe se juegue entero en este proyecto, no es solamente su vida política. La reelección significa ir hasta el 2019. Felizmente; la lucha política tiene otros códigos, la cordura de ciertos sectores liberales, del resto de las Fuerzas politicas colombianas; los mandos medios y la base delas Fuerzas armadas. El grueso de la población, más allá al miedo de la represión oficial - paramilitar, de los halagos de Washington, comienza a salirle al paso, con grandes posibilidades de frustrar el advenimiento de otro período tenebroso y sangriento del dominio de la estrategia neo-conservadora de Washington para la región.