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Poderosos intereses detrás del conflicto limítrofe entre Chile y Perú
Angel E. Pino
Porlalibre
Poderosos intereses económicos, políticos y militares están detrás del conflicto
limítrofe entre Chile y Perú. En la disputa está en juego unos 35 mil kilómetros
cuadrados de mar donde se explota entre el 30 y el 40 por ciento de los 4,5
millones de toneladas de pescado que sirve de materia prima para la industria
chilena de la harina, segunda a nivel mundial.
Aunque han tratado de mantener un bajo perfil mediático en la disputa,
importantes grupos económicos privados vinculados a pesca y la industria han
estado presionando con el Gobierno y el Congreso en defensa de los intereses
"estratégicos" del sector.
Desde esa zona, a lo largo de toda la Primera Región -arrebatada a Perú en la
llamada Guerra del Pacífico (1879-1884)-, se extrae cerca de un millón de
toneladas de anchoveta, usada principalmente para elaborar harina y aceite de
pescado, que se utiliza para alimentar los salmones.
Chile es segundo mayor productor mundial de harina de pescado, con casi el 20
por ciento de participación en el mercado global, detrás precisamente de Perú
que ocupa el primero con el 40 por ciento.
La principal flota pesquera del sector pertenece a Corpesca, ligada al clan
Angelini, uno de los más poderosos grupos económicos chilenos. También está
presente en la zona Camanchaca, de Jorge Fernández y Francisco Cifuentes.
De acuerdo con datos del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), hay 63 naves
industriales presentes en todo el litoral norteño. "La flota industrial de cerco
opera hasta el límite norte mismo. Se desplaza por Arica e Iquique, por lo que
no es posible estimar cuántos recursos específicos están en esa zona (reclamada
por Perú)", dice el jefe provincial de ese organismo en la Primera Región,
Gastón Julio.
PLANO POLÍTICO. Sectores de la izquierda -que llaman insistentemente a la
moderación junto con la Iglesia- han criticado la sobrexposición mediática del
conflicto por parte del gobierno, presuntamente con fines electorales.
Los líderes de los Partidos Comunista, Guillermo Teillier, y Humanista, Efrén
Ozorio, llaman la atención de que la crisis se desencadene en medio de campañas
electorales y cuando los gobiernos de uno y otro país enfrentan dificultades
internas.
Para Teillier, la discusión con la vecina nación se gatilla por dos factores
claramente diferenciados: Primero, la situación política interna del Perú, y el
segundo "por acción de países foráneos a la región que ven en esta discusión la
oportunidad de contener los conflictos sociales que se están generando en
América Latina".
Ambos dirigentes coincidieron en que la baja popularidad del presidente peruano
Alejandro Toledo, por un lado, y el hecho de que la candidata oficialista
chilena Michelle Bachelet esté perdiendo puntos en las encuestas, por otro,
influyen también en el manejo de la crisis.
En el factor militar -por último-, el limítrofe se transforma en la excusa
perfecta para que el "gobierno chileno justifique el gasto excesivo en la compra
de armas, por sobre el incremento de recursos en las políticas públicas y
sociales", según Teillier.
Con el "boom" del cobre, de donde recibe el 10 por ciento del valor de sus
exportaciones para su presupuesto militar, las Fuerzas Armadas chilenas se ha
convertido en una de las principales compradores de armas del mundo.
La nueva crisis tomó cuerpo la semana pasada cuando la comisión de Relaciones
Exteriores del Congreso peruano aprobó por unanimidad el proyecto de "ley de
líneas de base", que fija puntos de referencia cercanos a la costa, y que hoy
fue aprobada por el pleno.
A partir de esa referencia -una vez promulgada la norma- el Ejecutivo limeño
delimitaría una zona marítima de 200 millas, que en opinión de Santiago se
superpone a un área definida como chilena.