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Mirada del Cordón popular de educación frente a las elecciones
Las elecciones y el campo popular
Cordón popular de educación
ENTRE LA AGENDA IMPUESTA Y NUESTROS RITMOS...
En la actualidad la iniciativa hegemónica desplegada por los ricos y poderosos,
marca y determina los patrones y el comportamiento social en la más diversas
esferas. Así los medios de comunicación que funcionan como herramientas de
dominación de la burguesía, van pautando sus contenidos de acuerdo a las
coyunturas que a la clase dominante le interesa: Tratados de libre comercio,
Fujimori, Transantiago, el santo de turno, chismes faranduleros, goles más,
eliminatorias menos y por su puesto elecciones...
Ahora bien, a nosotros nos interesa detenernos en el tema de las elecciones y
ver de que maneras estas influyen al interior del campo popular. Este es para
nosotros un elemento central ya que, más allá de las estadísticas nos interesa
afinar la mirada y poder establecer la incidencia política real que las
elecciones tienen en la construcción de organizaciones populares, siendo estos
espacios, a nuestro entender, vértices de la cimentación de proyectos de
sociedad antagónicos a este modelo.
Es necesario comprender que el dilema o el punto de tensión que hoy nos convoca
esta directamente relacionado con la construcción de pueblo. Por lo tanto la
discusión no es si se asume o no una lucha electoral, si no que más bien hoy el
problema sigue siendo la reconstrucción del campo popular. Es este el nivel
central de preocupación que debería existir entre todos aquellos corazones
justos que pretenden transformar la realidad.
Las presentes condiciones de lucha que se han generado al interior del pueblo
han sido variadas. Es mas, estas se encuentran en pleno proceso de maduración.
Se esta aprendiendo en la medida que se levantan praxis responsables y
sistemáticas de trabajos sostenidos en el seno del pueblo. Es en este escenario
donde las practicas militantes han tomados rumbos diferentes. Por un lado se
encuentran aquellos sectores que apuestan a un formato tradicional e
institucional de trabajo al interior de los marcos de "participación"
establecidos por el sistema. Por otro lado, estamos los que hemos puesto las
fichas en levantar organización popular de cara a los actuales desafíos de la
lucha de clases, es decir: construir sujeto revolucionario y despertar pueblo
organizado capaz de sostener de manera estratégica una guerra total contra el
capitalismo.
De acuerdo a esta lectura no resulta difícil comprender las elecciones como
mecanismo de validación de esta farsa democrática, estas no hacen más que
fortalecer aquellos canales construidos por el enemigo para socavar los caudales
de los populares. Así no es complejo poder deducir que todos aquellos logros que
puedan exhibir los ricos, en términos de fortalecimiento democrático, no son más
que pérdida para los pobres.
Como pueblo, debemos ser capaces de identificar aquellos escollos que traban
nuestro andar, que por supuesto van mucho mas allá de las elecciones o de
cualquier otra coyuntura que establezcan en su agenda los dueños de los
negocios. Tenemos que ser cada día más capaces de mejorar nuestros análisis, de
afinar cada vez más nuestras prácticas para que efectivamente puedan ser
espacios de multiplicación conciente de descontento. Sabemos, por que lo vivimos
cotidianamente en nuestros territorios, que hoy en día la lucha no es de los
más, no son hordas de masas enfurecidas asaltando el poder de la burguesía
quines se organizan y luchan por sus derechos, pero tampoco es menor el avance
concreto que se incuba en aquellas prácticas populares (territoriales, locales,
gremiales, reivindicativas) que son capaces en la concreta de articularse, de
respetarse y proyectarse por sobre la fragmentación y los discursos
acomodaticios que pretenden ver un capitalismo con rostro humano entregando
migajas de felicidad al pueblo.
Es nuestra vocación de constructores de utopías colectivas, la que nos permite
mirar de manera cada vez más clara como el pueblo organizado se convierte en
germen de nueva sociedad, de hombres y mujeres nuevos, sujetos críticos de
ímpetu libertario forjados por la práctica política concreta. Es esta práctica
la que nos permite madurar la lectura, que nos posibilita el aprendizaje
responsable para alejarnos de igual manera de reformismos disfrazados de
academia, como de ingenuidades incendiarias apresuradas y ansiosas que carecen
de criterios de realidad.
El desafió político de mayor ambición que tenemos que madurar es el dotarnos de
formas organizativas capaces de instalar nuestras necesidades e intereses de
clase, por sobre la agenda de los poderosos. Esto quiere decir que debemos
generar las condiciones para ir de manera cada vez más ascendente, forjando
nuestras propias coyunturas, que debemos tomar la iniciativa en la lucha, que
debemos afinar la puntería para darles cada vez más duro donde a ellos les duela
y no donde a ellos les acomode y los fortalezca.
Entendemos perfectamente que la acumulación de fuerza popular no es lineal y es
por lo mismo que se convierte en urgente la multiplicación de nuestras peleas y
esfuerzos en donde sean cada vez más masivos los espacios de reflexión y
organización popular. La amplitud de flexibilidad organizativa tanto teórica
como práctica es a nuestro entender la manera correcta de devolverle al sujeto,
es decir al pueblo, su lugar. Hay que aprender de aquellas experiencias donde
los viejos y nefastos dogmas quisieron reemplazar la acción conciente de los
sujetos como protagonistas históricos de la transformación. En este sentido es
clave para nosotros la educación popular, recuperada para el pueblo ya que se
convierte en una efectiva arma en la pelea por las conciencias y como mecanismo
de transformación, donde el construirse en sujetos protagonistas y críticos, se
vuelve un objetivo central que da factibilidad estratégica al proyecto popular.
EL SUJETO CONDICIÓN INELUDIBLE PARA LA TRANSFORMACIÓN...
El plantearse la tarea de construir(se) sujeto revolucionario, va estrechamente
vinculado a las labores de reconstrucción de pueblo organizado, ya que hay que
recordar, como alguien lo dijo por ahí, que las ideas no flotan en el aire.
Estas, también forman parte de las relaciones de fuerza, de la lucha ideológica,
y de la lucha de clases. De igual modo resulta importante rescatar el sentido
colectivo del sujeto, ello es condición esencial para la constitución de este.
Somos en los otros y con los otros, como nos decía Freire: "nadie se libera
solo, nos liberamos juntos".
Desde esta óptica hemos aprendido a valorar lo local y lo territorial, lo cual
no quiere decir que nos traguemos los cuentos de quienes niegan la revolución e
instan a construir experiencias localistas que no lastiman ni en lo más mínimo
al sistema, el que creemos necesario destruir para poder edificar un nuevo orden
social. Debemos dejar la fragmentación para los ricos y realzar la convergencia
en la lucha para los pobres.
Esta construcción nos va formando. Es en la lucha que crecemos y al calor de la
práctica popular nos forjamos. El Che nos planteaba la necesidad del hombre
nuevo, de hombres y mujeres con capacidad creadora y conciencia colectiva,
capaces de ser protagonistas de la historia. Es ese hombre nuevo, el sujeto
revolucionario, factor fundamental y pilar para el desarrollo de una nueva
sociedad. Los sujetos van generando las condiciones para fecundar, desde la
práctica revolucionaria, a seres humanos justos, solidarios, alegres, creativos
inventores de humanidad.
La opción que hemos asumido como Cordón Popular de Educación se encuentra
relacionada de forma directa con las necesidades objetivas del pueblo, que más
allá de la negación diaria frente a sus derechos pisoteados por el modelo, no
encuentra los caminos adecuados en la pelea política que permitan generar
sujetos históricos capaces de hacer síntesis y dar saltos cualitativos en la
lucha por la verdadera libertad.
Nosotros creemos en la auto-educación popular, Pues es en esta práctica, la de
las cosas concretas, donde se ira pariendo al nuevo sujeto histórico, social y
revolucionario, que de manera responsable podrá sostener un proyecto integral de
emancipación humana.
Creemos que las elecciones están en completa disociación con lo antes planteado,
aunque sin lugar a duda encontraremos a quienes piensan, de manera ingenua a
nuestro entender, que la contienda electoral nos ayudara a salir de la
"marginalidad", que es en ese camino donde acumularemos fuerza y donde
disputaremos las subjetividades a los ricos y poderosos. Lo cierto, es que
nosotros vemos cotidianamente por estas fechas electorales a las juntas de
vecinos, a los clubes deportivos y en general a los espacios organizativos más
débiles ideológicamente, juntar las esperanzas de nuestro pueblo para
depositarlas en las urnas.
Lo real es que en nuestros territorios, los comandos electorales ofrecen
"peguitas" y "pololos" a quienes se encuentran cesantes y tensionan en muchos
casos la convivencia entre pares por disputas alejadas a sus verdaderos
intereses y necesidades.
Es el sujeto popular quien podrá crear una verdadera alternativa al "individuo
poseedor" que genera el capitalismo, cuyo único fin es dominar y poseer,
manteniendo relaciones de propiedad con el mundo, al cual considera externo,
mostrando de esta forma el individualismo extremo que lo caracteriza. Es desde
la opción revolucionaria real que podremos combatir los fetiches de la sociedad
de mercado. Es en la obra solidaria y clasista, que encontraremos el verdadero
valor de las relaciones sociales generosas crecidas al calor de la comunidad. Es
desde la filosofía de la praxis que podremos barrer con los paradigmas burgueses
que siguen sosteniendo la vieja relación sujeto – objeto para justificar su
irracional racionalidad.
REVOLUCIÓN Y NO OTRA COSA...
La enajenación producida por el capitalismos adquiere diversas formas que se
expresan siempre en la anulación del sujeto, en la dominación y control de los
poderosos por sobre los más. Son los opresores de siempre quienes se encargan de
reproducir la enajenación en el trabajo y en la sociedad en general. Son ellos
los que con su "democracia" se encargan de mantenernos ciegos.
Nosotros nos negamos a comprender la participación de la misma manera en que la
conciben los verdugos, su modelo y sus mecanismos basados en la farsa electoral.
Estos se convierten en eficaces mecanismos para la dominación, la exclusión y la
enajenación. La democracia representativa esta directamente relacionada con los
intereses de la burguesía y nada tiene que ver con los intereses populares, ya
que en ella el pueblo termina siendo cifras y no lucha.
Nuestros enemigos de clase, mantienen el dominio hegemónico y la ofensiva
política, respaldados por una férrea unidad que va más allá de los colores o los
bandos. Funciona adecuadamente, a la hora de defender y proyectar sus intereses,
ya que están representados en un proyecto común de sociedad: El capitalismo.
Nuestra piedra de tope sigue siendo, desde hace ya bastante tiempo, la
posibilidad de levantar una alternativa real de poder al modelo neoliberal,
donde el ser humano se encuentre al centro. Para esto requerimos invertir el
mayor caudal de recursos en la tarea de construir sujetos críticos, autónomos,
concientes y revolucionarios, capaces de expresarse a través de la acción
política radical y antagónica. Nuestra contradicción, en el marco de la
coyuntura actual, no está determinada por las elecciones de diciembre.
Claramente tenemos los ojos puestos en aquello que a nuestro entender sigue
siendo el tema central de la política del pueblo: La revolución social.
No podemos negarnos a priori a participar en cualquier tipo de elecciones.
Claramente es muy distinto pensar estas, en un Centro de Alumnos o una junta de
vecinos donde realmente se representen los intereses de los más, que aquellas
que se realizan en el marco de la actual Constitución pinochetista. Sin duda el
enemigo no son las elecciones, sino el sentido de clase que ellas tienen hoy.
Nuestros sentidos y nuestras ganas, están puestos en las capacidades propias del
pueblo y en la construcción de sujetos críticos. Somos mujeres y hombres dignos,
que entre todos construimos la alternativa democrática y popular opuesta a este
circo electoral elitista, perfumado y farandulero. Este es nuestro llamado a
crear, fortalecer y multiplicar las experiencias de lucha de los oprimidos y
explotados, en la perspectiva de la reconstrucción del campo popular.
¡¡ Con lucha y decisión, Luchando y Ejerciendo nuestros derechos!!