Latinoamérica
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PT y CUT, los hijos de Lula destruidos por el padre
El gobierno Lula destruyó el PT y va a destruir a la CUT. Jamás alguién
podría imaginar ese despropósito años atrás, cuando el cielo era el límite para
esos dos pilares del lulismo
J. Carlos de Assis
Correspondencia de Prensa
El PT es una construcción histórica de Lula, una extensión de su carisma y de su
liderazgo. Fue siempre gracias a ese carisma que el partido, a pesar de sus
siete fracciones o corrientes ideológicas, se mantuvo más o menos unido en las
elecciones presidenciales, aunque a veces estancado en niveles electorales más
bajos, como en Río Grande del Sur o en Río de Janeiro.
En el caso de la CUT [central sindical], al margen de la ausencia física de Lula
en su comando, desde que decidió asumir la dirección del PT, había razones
todavía más fuertes que en el PT para tener un lider sindical valiente,
pragmático y hábil. La central creció a su sombra, para alcanzar más de 20
millones de afiliados y tornarse la mayor de Brasil, teniendo como punto de
unidad las estrategias de lucha establecidas por su fundador y una marca muy
clara de independencia en relación a los gobiernos. Esto, dió a líderes como
Meneguelli la fama de intransigente.
Una central sindical está menos expuesta que un partido a la querellas
ideológicas internas. La lucha sindical busca beneficios inmediatos para los
trabajadores, y eso significa una dósis mayor de pragmatismo en la formulación
de la acción. Naturalmente que, habiendo nacido bajo la égida de la Guerra Fría,
la CUT enamoró durante unos buenos diez años o más con el proyecto socialista,
cuando menos en su forma blanda y democrática. Con el desmoronamiento de la
Unión Soviética y del socialismo real, la central no llegó a revisar sus
doctrinas. Y acompaño al PT en esa omisión.
Con todo, lo que está destruyendo al PT y a la CUT no es su ambiguedad
ideológica, una cierta pusilaminidad delante de la evolución del país y del
mundo. Tampoco son las fuerzas conservadoras que, supuestamente, deberían ser
sus principales oponentes. Tal como Cronos, el gigante mitológico que se comió
los hijos, Lula es el gran destructor de sus crías. El destruyo al PT al
transformarlo en el principal soporte parlamentario e ideológico de una política
económica regresiva, neoliberal, heredada del gobierno Fernando Henrique, que el
partido siempre condenó. Con eso, el PT perdió el alma.
En la elección de la nueva dirección, quedó claro que el partido se partió al
medio, con un margen insignificante en favor de los "profesionales" del Campo
Mayoritario. Eso significa que, en el futuro, la militancia del PT,
históricamente la más aguerrida de la política brasilera luego de la
democratización, será probablemente reducida a algunos grupos remunerados. Y
esta no fue la única secuela dejada por el proceso electoral interno. La
desbandada de militantes fundadores, como el extraordinario hombre público
Plinio de Arruda Sampaio, así como de Plinio Filho, muestra la extensión del
estrago.
Sobre la fragmentación política e ideológica del PT - ahora sin la figura
unificadora de Lula para orientarlo, al contrario, como motivo del disenso en
razón de su política económica neoliberal - ocurrió el escándalo de compra de
mayoría parlamentaria a través del valerioducto. Si Lula no sabía de eso, fue un
distraido. En cualquier caso, habiendo intentado justificar la caja dos como
práctica general en su famosa entrevista a una reportera amateur, en París, Lula
pretendió salvar lo que ya estaba perdido. Las elecciones de 2006 dirán lo que
va a sobrar del PT.
La CUT está en un proceso de fraccionamiento interno todavía más grave que el PT.
Su presidente fue alzado a Ministro de Trabajo. Es una maniobra "getulista"
extemporánea y probablemente infructuosa. Cuando Getulio y después Jango
trataron de cooptar el movimiento sindical, ellos estaban prácticando
simultáneamente una política de desarrollo económico y social. Ahora, lo que se
ve es un intento de comprar líderes sindicales para que cierren los ojos a la
política económica de favorecer a los ricos y poderosos. Es posible que eso
agrade a algunos amigos de Luis Marinho, pero, dificilmente, a los millones de
afiliados a la CUT amenazados de perder el empleo y con el salario real en
caída.
* Economista y profesor. Desemprego Zero. Editoriales. http://www.desempregozero.org.br/
Traducción de Ernesto Herrera - Correspondencia de Prensa