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Latinoamérica

Anunciaron que volverán a reunirse el año próximo

Se presentó un "compromiso de Caracas" en el encuentro de empresas recuperadas de América latina

Daniel Badenes
(desde Caracas)

El Primer Encuentro Latinoamericano de Empresas Recuperadas concluyó esta tarde con un acto en el que se dio a conocer un "Compromiso de Caracas", la síntesis de los debates generados entre trabajadores, sindicalistas y parlamentarios, y un balance de las rondas de intercambio que se realizaron durante tres días.
El "Compromiso de Caracas en la ruta de la integración latinoamericana", redactado por los líderes de las organizaciones que convocaron al Encuentro, consigna un decálogo de puntos que van desde el agradecimiento a los participantes hasta una serie de reclamos a los gobiernos de la región. El documento declara "ante este escenario de intercambio y aprendizaje colectivo entre países hermanos, nuestro rechazo a la opresión imperialista y del capitalismo que, en su fase neoliberal, ha condenado a nuestros pueblos a la exclusión, a la pobreza, a la profundización de la desigual distribución de los ingresos y la riqueza". También ratifica un "compromiso por lograr la apertura y reactivación de todas aquellas empresas que pretendan ser trasladadas, estén quebradas o que amenacen con despidos masivos de trabajadores, o que hayan sido cerradas o convertidas en activos ociosos".
Los pedidos de los gobiernos y parlamentos incluyen la "creación de un fondo especial financiero y de garantía, constituido con recursos provenientes de los Estados en la forma de capital semilla" y las reformas legislativas que "permitan en forma expedita la declaratoria de utilidad pública o interés social de los activos empresarios ociosos".
Intercambio y mesas de trabajo "Uno objetivo del encuentro fue abrir un espacio para el intercambio económico, con sentido de justicia social y con el protagonismo de los trabajadores", dijo la ministra de Industrias Ligeras y Comercio de Venezuela, encargada de hacer el balance en torno a esa meta, que resumió como "sumamente cumplida y sumamente impresionante". Edmée Betancour aseguró que se alcanzaron un total de 280 acuerdos, que incluyeron alianzas estratégicas, de transferencia tecnológica, asistencia técnica, intercambio de materias primas y otros. Todo se hizo "bajo los principios de la Alternativa Bolivariana de las Américas", de los que enumeró cuatro: la solidaridad, la cooperación, la complementación y la reciprocidad. 59 empresas de Argentina, el país que llegó a Caracas con la comitiva más numerosa, firmaron acuerdos de distinto tipo. "Por supuesto, Argentina nos lleva la batuta en las empresas recuperadas y representaron el 51% de los acuerdos firmados", expresó la ministra bolivariana, aunque los que destacó y detalló fueron varios tratados de cooperación y complementariedad firmados entre el Estado venezolano y empresas uruguayas.
Edith Oviedo, de la recuperada argentina CEFOMAR, presentó un texto que pretendió sintetizar lo desarrollado en la mesa de los trabajadores. Allí, los protagonistas de las recuperaciones de empresas afirman que "cada fábrica cerrada es un cementerio de puestos de trabajo así como lo es el latifundio en el campo. Por eso los trabajadores del campo y la ciudad tienen derecho a ocupar las fábricas y las tierras para defender su trabajo y la soberanía de nuestros países. Por eso ocupamos las empresas y las pusimos a producir".
Por su parte, un delegado de la CUT brasileña, Alfonso Velásquez, comentó los resultados en el espacio intersindical, del que participaron 21 centrales de 13 países latinoamericanos. En la declaración de intenciones surgida de allí, los gremialistas afirman que "el movimiento sindical debe transformarse yendo más allá de sus modos tradicionales de organización". Precisamente, el propio Compromiso de Caracas reclama "a las organizaciones sindicales que asuman como propia las exigencias, luchas y movilizaciones de los trabajadores y trabajadoras comprometidas en la recuperación y reactivación de las empresas".
Finalmente, un legislador venezolano sintetizó las exposiciones del espacio que compartieron legisladores y funcionarios de distintos gobiernos latinoamericanos, remarcando que se trataba de "un evento que coloca en el centro de las políticas públicas la necesidad de empleo digno y de calidad".
Los compromisos surgidos en el espacio intergubernental incluyeron la difusión en sus ámbitos de trabajo de las conclusiones del Encuentro y la intención de aprobar, en el Parlamento Latinoamericano, una ley marco sobre empresas cerradas y recursos ociosos, para la que prometieron consultar a los movimientos sociales involucrados.
La tercera jornada del evento latinoamericano se circunscribió a este acto formal. Como era previsible, los documentos escritos no pudieron expresar cabalmente la riqueza del diálogo y el aprendizaje producido en el encuentro de trabajadores autogestionarios de toda América Latina, cuyas experiencias "son dignas de admiración", según palabras de Betancour. Lo que sí pudo plasmarse fue el compromiso de reencontrarse: Caracas volverá a ser el escenario en un segundo encuentro, que se realizará en julio de 2006