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Fin al latifundio garantiza soberanía y seguridad alimentaria
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Durante la realización de su programa dominical Alo Presidente N° 234, en
medio de las 8.490 hectáreas de terreno que conforman el hato La
Marqueseña, en el Estado Barinas, el Jefe del Estado sorprendió a los sectores
recalcitrantes y de vocación golpista, al anunciar de manera pública una
propuesta cuyo fin es: incrementar la productividad de las tierras con la
participación de campesinos, productores y el Estado.
Al insistir una vez más en la fórmula del dialogo hizo un llamado a los sectores
privados solicitándoles que: "no se dejen empujar por el fanatismo de algunos
medios de comunicación social, detrás de los cuales están las mentes más
salvajes, bárbaras y apátridas que no tienen nada que perder".
Sobre el Ingeniero Carlos Azpúrua, propietario del hato La Marqueseña, el
Presidente Hugo Chávez expresó: "es un venezolano decente, un venezolano
dispuesto, a trabajar con el gobierno, dispuesto a aceptar una realidad. Mis
saludos al señor Azpúrua, los canales de comunicación están abiertos".
Igualmente mencionó que de no llegar a un acuerdo con el Ingeniero, él "tiene
todos los recursos legales para tratarlo, porque aquí, no vamos a atropellar a
nadie".
Por otra parte, Carlos Azpúrua, declaró a algunos medios privados de difusión
que saluda el diálogo directo sostenido con el Presidente Hugo Chávez Frías, y
solicitó tiempo para dar una "respuesta sustentada en hechos" a la propuesta
hecha por el Jefe de Estado.
De nada sirvió el ambiente preparado con anticipación sembrando tendencias y
matrices dirigidas desde los medios privados de difusión durante una semana,
orientadas al tema de la propiedad privada y las "expropiaciones", bajo añejas
consignas: "el gobierno atropella la propiedad privada"; "vamos hacia el castro
comunismo"; "luego vendrán por tus casas, por tus carros e incluso por tu ropa"
y otras por estilo.
La actitud del Sr. Azpúrua y el llamado del Jefe del Estado constituyen un par
de hechos excepcionales, que deja al oposicionismo mediático-golpista sin
"instrumento" que les sirva para reeditar su plan desestabilizador de sembrar la
violencia callejera (guarimba) y someter de nuevo a los venezolanos a episodios
como los de 2002 y 2003, que produjeron perdidas superiores a los 15 millardos
de dólares al país.
La desestabilizadora visión mediática
El Presidente es quien más claro ha entendido que la guerra mediática sostenida
por la mayoría de las empresas mediáticas ha sido constante y sistemática en
contra de su gobierno, por ello agregó el Presidente: "están cumpliendo una
tarea: tratar de desestabilizar al país, para facilitar la agresión imperialista."
Afortunadamente han fracasado en su empeño por derrocar al Presidente Chávez, no
obstante es preciso tener presente -como bien lo recuerda el Primer Mandatario
Nacional- son: "lacayos del imperialismo, los dueños de televisoras,
periódicos, cadenas de radio, están tratando de llevarnos a una situación de
conflicto abierto que a ellos les convendría, para solicitar la intervención de
los supuestos pacificadores de Norteamérica".
Vale acotar que esta acción mediática ha sido una conducta delictuosa reiterada
durante los últimos años, recuérdese por ejemplo, los llamados a: · La
desobediencia que hicieran a partir de la aprobación de la Ley Habilitante, y en
particular sobre la Ley de Tierras · El llamado insurreccional, a la sedición
realizado por los militares golpistas en el show de la plaza Altamira. (octubre
del 2002) · La desobediencia tributaria (no pagar impuestos) durante el paro
patronal y sabotaje petrolero de diciembre de 2002 y enero de 2003; · La
inoculación mediática de altas dosis de odio que llevó a algunos sectores de la
clase media a padecer de "disociación psicótica". · Los cacerolazos a
funcionarios públicos. · Las marchas nocturnas. · Una recolección de firmas para
solicitar un referendo consultivo que pretendieron darle carácter revocatorio.
(El fraudazo) · La "guarimba" (secuestro de vecinos y violencia callejera).
Todos eventos funestos, algunos de estos con lamentables víctimas inocentes, que
sólo tenían por objeto desestabilizar al país para justificar los planes
intervencionistas.
La soberanía alimentaria
Son estos sectores reaccionarios y golpistas los que pretenden descalificar como
"ilegales" las acciones contra el latifundio emprendidas por el Gobierno
Nacional y algunos gobiernos regionales. Estas descalificaciones no son nuevas,
al comenzar el presente año, el presidente de Fedeagro hizo llamados a la
"guerra civil" (Últimas Noticias, 12/01/05). Sin embargo, aún con toda esa
presión Venezuela avanza en la transformación agraria.
No es necesario elaborar argumentos que justifiquen la posición asumida por el
Gobierno Nacional, las razones y fuerza de ese empeño, vienen dadas por la
responsabilidad establecida al Estado en la Constitución de la República
Bolivariana que contempla lo siguiente en su Artículo 305: "El Estado
promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural
integral, y en consecuencia garantizará la seguridad alimentaria de la
población; entendida como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en
el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a éstos por parte del
público consumidor. La seguridad alimentaria se alcanzará desarrollando y
privilegiando la producción agropecuaria interna, entendiéndose como tal la
proveniente de las actividades agrícola, pecuaria, pesquera y acuícola. La
producción de alimentos es de interés nacional y fundamental al desarrollo
económico y social de la Nación. A tales fines, el Estado dictará las medidas de
orden financiero, comercial, transferencia tecnológica, tenencia de la tierra,
infraestructura, capacitación de mano de obra y otras que fueran necesarias para
alcanzar niveles estratégicos de autoabastecimiento. Además, promoverá las
acciones en el marco de la economía nacional e internacional para compensar las
desventajas propias de la actividad agrícola."
También el Artículo 156, relativo a la competencia del Poder Público Nacional en
sus parágrafos 23 y 25 contemplan: la seguridad alimentaria y la producción
agrícola, del modo que sigue: "23. Las políticas nacionales y la legislación
en materia de sanidad, vivienda, seguridad alimentaria, ambiente, aguas,
turismo, ordenación del territorio y naviera. 25. Las políticas nacionales para
la producción agrícola, ganadera, pesquera y forestal."
La Constitución Venezolana fue aprobada mediante referendo por el pueblo, por lo
tanto sus disposiciones son un mandato popular. Para cumplir y hacer cumplir
dicho mandato el Estado retoma su papel rector en materia agraria y promueve la
participación corresponsable de la sociedad en planes y estrategias, para
producir los alimentos necesarios a fin de garantizar el derecho a la
alimentación como derecho humano fundamental.
En ese cumplimiento constitucional se apoya el llamado formulado por el
Presidente Chávez a los propietarios de tierras cuando señaló ayer en la edición
N° 234 de su programa dominical que: el latifundio es uno de los más
poderosos obstáculos para el desarrollo del país y mientras exista es imposible
echar las bases del progreso nacional.
El volumen de la producción agropecuaria cumpliendo los lineamientos del proceso
revolucionario: sustentabilidad, distribución, pago de salarios a campesinos y
precios justos a productores entre otras condiciones es uno de los pilares del
proyecto diseñado en la Constitución Nacional, y su cumplimiento mandato
popular.