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Luis de la Puente : 40 años de Illarik Chaska.
Roque Gonzales La Rosa
Agencia Bolivariana de Prensa
Los aires helados de la serrana Jauja acariciaban el rostro curtido de
Antonio Meza Bravo, décadas de inconformidad marcaban cada uno de los surcos que
ya empezaban a hundirse sobre su tez, a su lado jóvenes, como él ya no era, lo
acompañaban en su viaje a la inmortalidad ese 28 de Abril de 1989. Jóvenes, como
él había sido hace ya más de veinte años cuando junto a De La Puente , Velando y
Lobaton iniciaban la lucha guerrillera en el Perú . El camión que los conducía
intentando ahorrar tiempo al traslado de las columnas acompañaba sus recuerdos,
habría tenido casi 20 años cuando el muchacho Antonio se alistó en la guerrilla
del MIR del 65, entonces sus responsable directos Juan Paucarcaja Chávez,
Guillermo Lobatón y Máximo Velando concentraban el mayor peso de la ofensiva de
los boinas verdes del belaundismo, de la pena de muerte que impulsó el aprismo
en el parlamento, y el peso también de esa izquierda que los combatió por
vanguardistas pequeñoburgueses. Antonio Meza pudo entonces librarse de la
masacre pero no de la cárcel, así se convertía en uno de los sobrevivientes de
la guerrilla y en uno de los testigos de cómo la heredad de Luis De La Puente
estallaba en tantos mires reclamándose continuadores de Lucho De La
Puente.
Antonio Meza se convertiría con el paso de los años en organizador del
campesinado de su región y dirigente de la Confederación Campesina del Perú . La
pura labor de concientización y organización popular no venían logrando
conquistas reales para el campesinado, no en vano el 65 habían agitado la
integralidad político militar de un proyecto de transformación revolucionaria
serio y desde entonces pocos habían hecho algo más allá del discurso en ese
sentido. Por eso Antonio estaba en ese camión.
En efecto era un insustituible organizador de masas pero también sabía que la
mejor forma de decir era hacer, eso lo aprendió de Lobatón y Juan Paucarcaja la
característica de la vanguardia era la ejemplaridad y así los comandantes iban a
la cabeza de las acciones.
La guerrilla del 65 marcó profundamente la sociedad peruana, pese a su brevedad
fue resentida en las fuerzas armadas, en la izquierda peruana, expresó en su
drama la fe en la capacidad del ejemplo político movilizador y convocante,
clausuró toda una etapa en la historia del APRA e imprimió múltiples rupturas
hacia la coherencia, hacia la historia nacional como pilar y referente
revolucionario. Luis de La Puente Uceda y los guerrilleros del 65 hacen de la
historia del Perú un pertrecho para la revolución peruana; Illarek Chaska,
Frente Pachacutec, Tupac Amaru grafican la comprensión de nuestro pasado
milenario como una sucesión de luchas dentro de la cual los revolucionarios se
insertan jaloneándola un trecho adelante. En el 65 así lo entendió Antonio Meza
Bravo, el trayecto que le correspondía en su vida de luchador social era sólo
una posta; casi 25 años después esa mañana del 28 de Abril Antonio estaba
relevando esa posta generacional , 25 años más viejo su humildad no le permitía
detenerse demasiado en esa su condición de eslabón entre dos procesos
insurgentes. O talvez si lo hizo cuando un compañero de su pelotón le advirtió
que en el mismo camión entre los guerrilleros se encontraba Ernesto Paucarcaja .
El nieto del Comandante Juan Paucarcaja y Antonio Meza se acercaron y abrazaron,
horas después junto a 60 guerrilleros más, los abrazaría la muerte en las pampas
de Los Molinos- Jauja.
La política de no heridos y no prisioneros de Alan García y su Ministro López
Albujar hermanó hasta la eternidad estas dos generaciones insurgentes .En el
cobarde repase de los heridos, en la ignominia que hasta hoy , como De La
Puente, no estén esclarecidas las circunstancias de su asesinatos. La línea de
más clara continuidad entre De La Puente y sus seguidores no pasó por
denominarse bajo las siglas de algún MIR en los 70´s, no está junto a
condecoraciones del establishment, ni hoy en las primicias sobre el hallazgo de
su tumba.
El Macera prefujimorista decía ante Basadre hablando sobre De La Puente que
quienes en su generación no siguieron el mismo camino hasta la misma admiración
les estaba negada. Y hoy a 40 años de la inmortalidad de Lucho De La Puente
podemos buscar la admiración más honesta y sus seguidores más leales en cada
esfuerzo de resistencia antiimperialista, en las cárceles, en la organización
del barrio, en el militante que retoma su labor de reconstrucción del tejido
social que la dictadura y sendero destruyeron.
Antonio Meza y el joven Paucarcaja abrazarán otras generaciones.
conbolivar_peru@yahoo.es