Latinoamérica
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El cultivo de cannabis prolifera a gran escala
La paraguaya más cotizada
Anaray Lorenzo Collazo
PL
Las autoridades paraguayas ven hoy con preocupación cómo se expande el
cultivo de cannabis en distintas zonas del país, financiado por empresarios y en
una nueva modalidad.
Si antes se plantaba en pequeñas extensiones de tierra, ahora prolifera a gran
escala y preferentemente en desmontes, denuncia el diario ABC Color.
Entre los casos más críticos se cuentan los departamentos orientales San Pedro,
Canindeyú, Itapúa, Caaguazú, Caazapá y Amambay, donde hasta la fecha la
Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) destruyó mil hectáreas sembradas.
Reportes gubernamentales atribuyen el avance del área de cultivo al
estancamiento económico de la actual década y el alto índice de desocupación que
impera.
El productor -según la SENAD- es un asalariado agrícola que gana unos tres
dólares por día y recibe la semilla de empresarios (generalmente brasileños),
quienes retiran y comercializan la marihuana o el hachís, los dos derivados de
la planta alucinógena.
Subrayan además la probable existencia en territorio nacional de más de cinco
mil hectáreas de cannabis, de las cuales alrededor de un 75 por ciento están en
Amambay, cerca de la frontera con el denominado gigante sudamericano.
Un portal digital alternativo revela que los cultivos más importantes, con
dimensiones de entre cinco a diez hectáreas, pertenecen a las cercanías de
Capitán Bado, ciudad considerada como la guarida de los narcotraficantes más
peligrosos de la región.
Cada hectárea de cannabis 'badeña' puede producir hasta dos toneladas de
marihuana prensada y se obtienen dos cosechas por año, detalla.
Pero el pago a los jornaleros dista mucho de la cotización del producto final en
los mercados.
'El productor de Amambay obtiene 10 dólares por kilo de marihuana cosechada. En
Pedrojuan (Pedro Juan Caballero), el ladrillo de marihuana prensada (un kilo),
vale entre 40 y 50 dólares y en la frontera paraguaya se puede adquirir este
mismo kilo a 100 dólares', advierte un poblador de la zona.
Por su parte, ABC Color afirma que la marihuana paraguaya es muy apreciada por
su alto contenido de tetrahidrocannabiol (THC), lo que incrementa su costo y más
aún en Chile, donde un kilo se comercializa en un millón 200 mil guaraníes
(alrededor de 195 dólares).
Al pasarlo del lado argentino, el valor en forma automática se duplica y llega a
Chile con una cotización mínima de 500 a 600 dólares, comentan sin embargo otras
fuentes, después de asegurar que dos cigarrillos de marihuana en Santiago valen
un dólar y medio.
El más grande operativo de la SENAD se realizó a principios de año en una
propiedad del distrito de Santa Rosa del Aguaray, en el límite con Amambay,
donde se destruyeron más de 200 hectáreas de la hierba en montes totalmente
cuadriculados.
Otro caso relevante lo constituyó, en fecha reciente, el allanamiento de la
propiedad de Teodoro Saiz Franco, figura de larga trayectoria política colorada
y con años de influencia en Nueva Germania, ciudad del departamento de San
Pedro.
Un agente antidrogas comentó que allí en 600 hectáreas de tierra no existía otra
producción aparte del cannabis, que denotaba por su exquisita presencia la
influencia de profesionales en su siembra y cuidado.
Existen dispares opiniones en lo relativo a la utilización de esa planta, cuyos
derivados se consumen en un cigarrillo liado con tabaco rubio, que comúnmente se
le conoce como porro, hierba, maría, hachís, chocolate, grifa, costo, pasto,
tate, mota, canuto, peta, cáñamo.
Del mismo modo en que algunos defienden sus cualidades terapéuticas, la mayoría
de los expertos considera que su uso recreativo genera adicción y serios daños
que pueden entorpecer la memoria y dificultar los procesos de aprendizaje.
La marihuana fue criminalizada en casi todo el mundo a comienzos del siglo XX,
pero a estas alturas del XXI todavía existe cierta confusión sobre los motivos
de la prohibición, que parecen diferir a ambos lados del Atlántico.
Holanda es el único país donde se permite legalmente la venta de marihuana y sus
derivados en locales con licencia, denominados coffee shops.
En zonas de Australia, al sur y en la capitalina Canberra, está permitida la
posesión de pequeñas cantidades de cannabis, así como el cultivo de un número
limitado de plantas para uso personal.
Mientras algunos países ya reconocen sus cualidades terapéuticas, en otros -como
Paraguay- la policía ejerce su autoridad al interceptar o confiscar cargamentos
ilegales e incluso pequeñas cantidades.
El consumo de drogas está íntimamente ligado a evasión de impuestos, fuga de
capitales, contrabando, tráfico de autos, armas y prostitución infantil y
juvenil.
Por tal motivo, el Estado paraguayo reprime su producción y el tráfico ilícitos,
así como los actos de legitimación del dinero proveniente de tales actividades.
La Constitución nacional en su artículo 71 reconoce esa postura, junto a la
rehabilitación de adictos como una responsabilidad del Gobierno.