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Nicaragua: La sociedad civil y la democracia imperial
Orlando Núñez Soto
Rebelión
A medida que se acercan las elecciones presidenciales comienzan a perfilarse
los bloques políticos. Hasta ahora, todo mundo se cuida de hablar en nombre de
sus intereses políticos. Por lo general prefieren referirse a las otras fuerzas
políticas.
No todos quieren hablar en nombre del poder, de los partidos políticos, de los
intereses particulares, casi pareciera que nada de eso existe en Nicaragua. Se
ha puesto de moda de nuevo el universo ciudadano, la democracia, el bien
público, tal como lo puso en agenda el pensamiento liberal a partir de la
Revolución Francesa, precisamente para ocultar los intereses económicos y
políticos. Hoy se ha retomado aquella vieja estratagema. A los intereses de
clase se les llama sector privado; nos dicen que ya no hay que plantear las
viejas opciones entre derecha o izquierda, pues ahora las diferencias sólo
pueden ser entre demócratas y no demócratas; a las alianzas de clase se les
denomina pluralidad o diversidad. Lo más fácil para cubrir la identidad política
es presentarse como representantes de la sociedad civil, pues para ello no tenés
que someterte a una elección con toda la sociedad civil, ni necesariamente estás
obligado a mostrar todas tus posiciones políticas.
Aquel que habla en nombre de la sociedad civil sabe que tiene que mostrar
autonomía frente al poder. Y en eso tienen razón, porque una de las
características de la identidad de la sociedad civil y de sus organizaciones, es
su autonomía de todo poder establecido. Pero el poder hay que verlo en toda su
pluralidad: el poder político gubernamental, el poder económico y el poder
ideológico. Y precisamente el poder ideológico es el poder de la sociedad civil,
el poder para influenciar, para calificar, para modificar una agenda, etc. Y
todo eso está muy bien, pues ahora el equilibrio de poderes tiene que tomar en
cuenta todos los poderes, al menos los que están institucionalizados o los que
tienen que ver con alguna institucionalidad, aunque sólo sea fiscal.
Está bien que un grupo de notables se presenten como expresiones de la sociedad
civil, aunque es un poco exagerado que lo hagan como representantes de toda
ésta, a lo sumo podrían presentarse como una de las diferentes visiones o
intereses, ya que es muy difícil convencernos de que en la sociedad civil sólo
hay una única visión del mundo. La Coordinadora Civil tiene su visión de país,
incluso así se llama uno de sus boletines; la Coordinadora Social a su vez tiene
su visión de lo civil, siendo sus lemas: "La Sociedad Civil es algo más que un
grupo de notables" y "Por una Orientación Popular de la Sociedad Civil".
En otras palabras, en principio todos estamos por la democracia, pero como lo
demuestran 150 años de democracia con pobreza, la democracia política electoral
no es suficiente. De ahí que algunas expresiones de la sociedad civil, como es
la Coordinadora Social, además de estar por la democracia, también están por la
reforma agraria, la capitalización y la cooperativización del campesinado, la
autogestión de los trabajadores, la participación de la ciudadanía en los
gobiernos municipales, un presupuesto progresivo, entre otras banderas de la
democracia que queremos. En el caso del Movimiento por Nicaragua, quien junto
con los medios que lo apoyan se presenta como el representante de la sociedad
civil, también tendrá su visión de la economía y la política, aunque no la
expliciten. El Cosep, que también se está proponiendo como representante de la
sociedad civil, tendrá su posición sobre cómo quiere que funcione la economía en
Nicaragua.
Ahora bien, en el caso del Movimiento por Nicaragua, quien no sólo abandona el
rasgo de la autonomía frente al poder, sino que se fusiona con uno de los
grandes poderes de la sociedad en general y aparece coincidiendo con los
intereses partidarios del Gobierno y del Cosep, el bloque se completa cuando
aparecen fusionados con los intereses políticos de la embajada americana, aunque
todavía no nos han dicho que también los gringos son parte de la sociedad civil.
La posición a la que me refiero es a las declaraciones del representante del
imperio, eliminando el derecho del Frente Sandinista para gobernar en Nicaragua.
Y todo esto en nombre de la sociedad civil, en nombre de la ciudadanía y en
nombre de la democracia.
Yo creo que tienen todo el derecho de juntarse con quien quieran, para eso el
Frente Sandinista botó a Somoza, no importa si ellos participaron o no
participaron en combatir a la dictadura, para eso existe democracia en
Nicaragua. Lo que quiero decir es que el acuerdo general que existe en Nicaragua
es que todos tienen derecho de gobernar en Nicaragua, incluso el Frente
Sandinista, decisión que deberá tomarla el pueblo nicaragüense, no la embajada
norteamericana.
Con esta opinión no pretendo ofender a las personas que participan en dicho
movimiento, incluso, si en algo me equivoco, estoy dispuesto a rectificar; mi
referencia es el análisis de contenido que hago de sus declaraciones en los
medios de comunicación. Mi intención es contribuir al debate sobre los bloques
políticos que se están desarrollando en Nicaragua, a la luz de los hechos y en
base a los conceptos que aparentemente son compartidos por todos. Yo supongo que
a las personas del Movimiento por Nicaragua no les molesta que las veamos o las
describamos formando bloque con las posiciones políticas del Gobierno, el Cosep
o la embajada norteamericana, como podría ser el caso de otros movimientos.
Tampoco les molesta que los vean marchar con los dirigentes de la derecha, pues
para ellos eso no es más que pura diversidad. Mucho menos a la derecha le
importa juntarse con ellos, pues en política, lo que cuenta son las posiciones,
por mucho que nos digan que la diferencia entre ellos y nosotros son las
posiciones morales, aunque creo que las habrá. Y con ello no estoy juzgando las
posiciones morales ni de las personas del Movimiento por Nicaragua, ni las de
los directivos del Cosep, ni tampoco las de los funcionarios de la embajada
norteamericana, incluso pienso que son personas muy bien educadas y con un
comportamiento cívico aceptable, sólo quiero referirme a las posiciones
políticas, pues a ellas poca gente quiere referirse.
Sobre sus posiciones políticas sólo sé que se presentan como demócratas, más aún
como los únicos demócratas que existen en Nicaragua. Sólo sé que se presentan
como representantes de la sociedad civil, incluso como los únicos representantes
de la sociedad civil. Sólo sé que no llaman injerencismo al chantaje económico
de la embajada americana a quienes no voten por sus candidatos.
Yo, personalmente, sólo reclamo el simple derecho de disentir de sus posiciones
políticas, con el mismo derecho que ellos disienten de las mías. No creo que el
Movimiento por Nicaragua no tenga posiciones políticas a favor o en contra de
determinados partidos políticos, no creo que el Cosep no tenga intereses
económicos, no creo que la embajada norteamericana no tenga intereses
geopolíticos, y están en su derecho de tenerlos, aunque no los quieran
explicitar. De lo que se trata, pues, es que empecemos a debatir no solamente
sobre los valores universales, sino sobre los contenidos concretos que
pretendemos promover..