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Se atiende en albergues a 50 mil personas; escasez de
alimentos en algunas zonas
Rodolfo Villalba, Ángeles Mariscal y Elio Henríquez
Afectados por el desbordamiento del río Coatán, en Tapachula FOTO Ap
Al menos 400 comunidades se encuentran incomunicadas en 48 de 118 municipios de
Chiapas y miles de personas siguen atrapadas en techos, lomas y cuevas donde se
guarecieron desde hace cuatro días, cuando empezaron las lluvias generadas por
el ciclón Stan. Apenas este viernes dejó de llover unas horas, por lo que
las autoridades iniciaron labores de rescate aéreo, debido a que los caminos de
encuentran destrozados. También se reanudaron los vuelos comerciales.
El gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, reconoció que la
infraestructura carretera construida de 1998 -cuando se presentó una catástrofe
semejante- a la fecha "se vino abajo y los daños son incalculables".
Informó que se abrieron algunas compuertas de la presa Chicoasén para
salvaguardar a la población de Chiapa de Corzo, ubicada a 15 kilómetros de la
capital del estado, y agregó que esto no representa peligro, porque el torrente
se transfirió a la presa Malpaso.
De acuerdo con reportes del gobierno estatal, al menos 545 comunidades fueron
afectadas y 74 ríos se desbordaron en las regiones Istmo, Costa, Soconusco,
Sierra, Frailesca y Selva-Norte.
Hasta el momento se han instalado 151 albergues, donde se atiende a más de 50
mil personas. La cifra de muertos aumentó a 10 y la de desaparecidos a 13.
Salazar Mendiguchía reconoció que hay un millón de afectados, de los cuales 300
mil no han recibido ayuda.
Regiones más afectadas
Los municipios más afectados son los 12 de la región costera del Soconusco,
especialmente Tapachula, Suchiate y Tuzantán, donde los alimentos comienzan a
escasear y las enfermedades afectan a niños y ancianos, principalmente.
La escasez de alimentos en Tapachula ha generado alza de precios hasta de 100
por ciento.
Ante la ausencia de lluvias, este viernes mucha gente regresó a sus casas en las
colonias asentadas en la orilla del río Coatán, en la periferia de la ciudad,
para evaluar la magnitud de los daños.
La devastación es total en 100 colonias populares asentadas en la ribera del
río, que arrastró con todo lo que encontró a su paso.
Con todo, los mayores daños se presentan en los municipios pequeños, como
Suchiate, limítrofe con Guatemala, donde el éxodo lo hace parecer un pueblo
fantasma; apenas unas cuantas personas deambulan por sus calles.
Sólo el alcalde, Oscar Salinas; el titular de Protección Civil, Francisco Soto,
una regidora y unos 10 policías intentan hacer frente al desastre. Soto expresa
que la fisonomía municipal ha cambiado porque desaparecieron algunas colonias y
ejidos ante el paso del río Suchiate, que divide la frontera entre México y
Guatemala.
"Es un desastre total; las imágenes son catastróficas, se tuvo que desalojar a
toda la población, no sólo de la cabecera municipal, sino de los ejidos y
cantones; necesitamos ayuda del gobierno del estado y federal porque el
municipio está devastado", aseguró el alcalde.
Entre sollozos, la regidora Matilde Espinoza suplica al gobierno federal un poco
de ayuda. Sus peticiones fueron escuchadas, pues este viernes arribó un tráiler
con alimentos, que tuvo que ser custodiado por los 10 policías para repartirlos
equitativamente.
Estragos en Tuzantlán
La situación más alarmante se vive en Tuzantán, donde los víveres son
insuficientes y las enfermedades comienzan a hacerse presentes, narra Alberto
García, un reportero local que fue sorprendido por Stan en esa población.
Desde el miércoles, García emprendió junto con un grupo de indocumentados el
camino de regreso a pie y arribó este viernes a Tapachula, luego de atravesar la
sierra Madre de Chiapas, ríos y zonas de alto riesgo.
El presidente municipal, Didier Rojas, y la presidenta del Instituto de
Desarrollo Humano, Dalila López, enviaron con él una solicitud de apoyo a
autoridades estatales y federales. Aquí hay 4 mil 715 albergados en situación
crítica: "se nos agotaron los comestibles para los damnificados, y tanto en la
cabecera municipal como en el ejido Xochiltepec ya empiezan los brotes de
enfermedades infecciosas en niños... estamos totalmente incomunicados", dice el
mensaje de López Ayón entregado al reportero.
Ante esto, el obispo Felipe Arizmendi Esquivel afirmó que el desastre causado en
la costa se ha agravado, porque se han destruido los montes que asimilan el agua
en forma natural y porque se han invadido las márgenes de los ríos.