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A los Mandos del Ejército de Colombia Carta abierta de las FARC-EP.
Comunicado FARC-EP
Hace apenas unos meses el Comandante Manuel Marulanda Vélez en cartas
dirigidas a los señores capitanes, mayores, coroneles y generales del ejército
oficial, expresaba una convicción que hoy queremos reiterar: "El futuro de
Colombia no puede ser el de guerra indefinida, ni de expoliación de las riquezas
de la patria, ni puede continuar la vergonzoza entrega de nuestra soberanía a la
voracidad de las políticas imperiales del gobierno de los Estados Unidos; y
nosotros estamos en mora de sentarnos a conversar en serio para dirimir nuestras
diferencias mediante el intercambio civilizado de opiniones hacia la solución
definitiva de las causas políticas, económicas y sociales generadoras del
conflicto interno, para bien de las futuras generaciones de compatriotas".
Hoy queremos compartir este razonamiento también con los sargentos, los hombres
de la experiencia, los de la primera línea de fuego, los que ponen el pecho en
los combates, pero que a pesar de ello, les está vedado ascender a la
oficialidad por su origen de pueblo.
Sus opiniones señores mandos de tropas, que ya empiezan a llegarnos por las
múltiples trochas de la clandestinidad, nos reafirman que son mucho más
poderosas las aspiraciones altruistas y de Colombia nueva que nos unen, que las
razones e intereses mezquinos de la oligarquía que nos enfrentan.
Muchos ejemplos de dignidad del pasado y del presente de Nuestra América nos
convocan a la acción. En las conciencias militares debe resonar aún la arenga
encendida del general Juan Velasco Alvarado a sus tropas en el Perú: "Ya no
seremos los perros guardianes de la oligarquía". "Campesino: el patrón no comerá
más de tu pobreza". Y ese gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas, del 69
al 75, expropió a la oligarquía latifundista, entregó la tierra a los campesinos
y los organizó en cooperativas, nacionalizó los hidrocarburos y estatizó los
medios de comunicación colocándolos en manos de los obreros.
No cesa la luz del Coronel Francisco Alberto Caamaño resistiendo durante seis
meses en República Dominicana la invasión de 42.000 marines yanquis.
¡Ese Coronel de abril del 65 que no dudó en entregar las armas al pueblo para
defender la patria! O del General Juan José Torres que conformó la Asamblea
Nacional Popular o parlamento de Bolivia con un 70% de campesinos, indígenas y
obreros, y cogobernó con estos el país. O el ejemplo de Jacobo Arbenz cuya
reforma agraria en Guatemala tocó los intereses de la United Fruit Company
Norteamericana para favorecer a los campesinos pobres.
Destellos extraordinarios los de la Revolución Bolivariana de Venezuela, que
comandanda por el Teniente Coronel Hugo Chávez, señaliza hoy el camino a los
militares del continente. Una revolución que ha enfilado proa hacia el
socialismo con el respaldo del pueblo y la Fuerza Armada Nacional. Estos son los
ideales que se abren paso en el contexto latinoamericano agitando la conciencia
de las nuevas promociones de militares. Es un hecho que los mandos colombianos
no quieren ser ni cipayos ni subalternos del Comando Sur, y mucho menos verdugos
de su propio pueblo. Bolívar formó su ejército en el amor al pueblo y a la
libertad y en el odio a la tiranía. Son estos los valores a rescatar. Es el
llamado de su última proclama convocando al ejército a emplear sus armas en
defensa de las garantías sociales lo que hay que atender, no los dictados de
Washington.
Si de algo estamos seguros en las FARC es que el día en que unamos estas dos
fuerzas, la de ustedes y la nuestra, rodeadas de pueblo y con una plataforma
política, habremos reunido el más potente fuego artillero contra la oligarquía y
el imperio, alternativa de sociedad justa para las futuras generaciones de
compatriotas, tal como lo plantea nuestro comandante en jefe.
Finalmente, a estas reflexiones quisiéramos agregarles un asunto de solidaridad
que no puede ser ajeno al pueblo uniformado en este momento: qué bueno sería que
realizaran ustedes una jornada interna en las Fuerzas Armadas promoviendo el
canje de prisioneros, medida que será necesaria mientras persista el conflicto
social y armado.
Secretariado del Estado Mayor Central de Las FARC-EP Montañas de Colombia,
octubre 20 de 2005.