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Latinoamérica

Mendicidad masoquista y solapados sabotajes

Rolando Prudencio
Tribuna Boliviana

La tórrida tentación de impregnar intrascendentemente, el irradiante e insumiso ideario (popular) que interpeló y reivindicó recurrentemente la Nacionalización de los Hidrocarburos, a cambio de la realización de las Elecciones Generales, hoy impotentemente testimonia que somos inquilinos en nuestra propia tierra, o sea que padecemos de un quejumbroso destierro, eso si muy entusiastamente electoralizado.

No otra fuera mi percepción, si dos datos concretos no confirmaran la idea de que majaderamente soportamos tanto: la escasez de gas licuado, como el anuncio de que a partir del próximo año se racionara el suministro de energía eléctrica en todo el territorio nacional.

Han reparado en revertir los candidatos éstos alevosos abusos o están esperando hacerlo cuando sean gobierno? No de otra manera entiendo, de que se tratará de un chantaje electorero, cuando la necesidades cotidianas que golpean día a día los bolsillos a quienes, eso si, interesadamente se les demanda su apoyo electoral, serán drásticamente cambiadas cuando sean gobierno.

Y mientras la candidez de las candidaturas, están discursivamente distraídas por ganarse el afecto electoral de la población, las transnacionales que operan en el país, continúan despojándonos nuestros recursos naturales y además saboteando la estabilidad económica y la viabilidad nacional.

Pero, paradójicamente tampoco los jíbaros justificativos nunca faltan (por parte de las instancias gubernamentales) para asegurarles afectuosamente que su angurria depredadora de despojarnos y dejarnos los desperdicios de su desmantelador paso por el país esté siempre garantizada.

Así tenemos que los corporativos condicionamientos de las transnacionales han empezado a desplegar discursivamente sus pretextos, como en el caso del desabastecimiento de gas para uso domiciliario (El Alto y La Paz), en sentido de que no existe norma alguna que les conmine a satisfacer la demanda del mercado interno y para refrendar esta provocativa excusa, por si acaso la cortina de humo del contrabando de G.L.P, también está a la orden del día.

Y para colmo del descaro, un alevoso anuncio del racionamiento de suministro de energía eléctrica, debido a la falta de ampliación que debería concretar TRANSREDES en el altiplano, que seguramente tampoco hay norma que le obliga para tal acometido, entonces esta triangulada tramoya transnacional, primero pretende presionar para que el caprichoso concepto de la Seguridad Jurídica les permita perennemente seguir expoliando exponencialmente nuestros recursos, así es como TRANSREDES exige que la provisión del energético esté a cargo de las empresas petroleras, mencionando conminatoriamente que sin ese contrato, no habrán inversiones.

Pero lo más inaudito es que por concepto de transporte del fluido eléctrico a los bolivianos, el gobierno a través del Fondo de Compensaciones, deberá pagar (por la inexistencia del gasoducto que debería construir la empresa transnacional) a la transportadora subsidiaria (Guararchi), la diferencia de 14 dólares por megavatio hora, porque el costo de transporte desde la generadora de Vallehermoso es de 18 dólares, o sea 32 dólares en total, porque 'lastimosamente' esta funciona con diesel, que 'casualmente' también es otro de los energético por el cual también padecemos escasez.

Hoy más que nunca, sin importar si los contratos las obligan o no, (es ya lo de menos), tampoco porque se trate de la reverberación refleja del repertorio reivindicador de la Nacionalización, o si los candidatos caritativamente se conduelan o no con el pueblo, es hora de desterrar esta deshonrosa dependencia.

Y lo sabe mejor que nadie el propio presidente, tal como la mismísima Constitución Política que juró defenderla, le recuerda mediante el artículo 133 que señala que:'El régimen económico propenderá al fortalecimiento de la independencia nacional y el desarrollo del país mediante la defensa y el aprovechamiento de los recursos naturales y humanos en resguardo de la 'seguridad del Estado' y en procura del bienestar del pueblo boliviano'. Así como el 135 no le exime de cualquier disculpa cuando refrenda el anterior, señalando que: 'Todas las empresas establecidas para la explotación aprovechamiento o negocios en el país se consideraran nacionales y estarán sometidas a la soberanía, a las leyes y autoridades de la república'.