Latinoamérica
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¿Estado fallido?
Freddy Ontiveros Cabrera
www.tinku.org
Puede ser "consuelo de tontos" o una peligrosa actitud indiferente el afirmar
que no es Bolivia el único país en crisis de Latinoamérica. Que otros Estados
peores situaciones enfrentan o han enfrentado. Esto es cierto, nuestro país, a
pesar de todo, presenta un conjunto de condiciones mucho más favorables y ofrece
potencialidades que podrían prometer un mejor porvenir.
Sin embargo, es necesario reconocer que las condiciones políticas, sociales y
económicas actuales nos conducen a una descomunal y terrorífica incertidumbre
que requieren acciones articuladas, sostenidas y urgentes. La institucionalidad
democrática en Bolivia sigue inestable.
Como señales de este deterioro en el nuevo siglo XXI al que todo el mundo, le
auguró "mejor suerte y un venturoso porvenir", dos gobiernos electos
democráticamente en Bolivia, han sido sustituidos (2003 y 2005), aunque "dentro
de un relativo marco constitucional", mediante alzamientos populares y políticos
violentos, y como emergencia de ello, la permanente intolerancia y rechazo a
cualquier iniciativa nacida de las instituciones
Al calor de esta inestabilidad en círculos financieros internacionales se habla
de un nuevo indicador denominado "Índice de Estados Fallidos", construido a
partir de medidores que abordan asuntos políticos, sociales y económicos, entre
ellos: la presión demográfica, el movimiento de inmigrantes, falta de protección
de los derechos humanos, desarrollo desequilibrado, declive en el crecimiento
económico, incremento de desigualdades, criminalización y cuestionamiento del
Estado, deterioro de los servicios públicos, intervención de otros Estados o
actores políticos externos.
¿Cómo nos evaluamos en esa relación de indicadores? ¿Somos o estamos en trance
de ser un "Estado fallido"?
Algunos dirán que estos estudios expresan "la aspiración de las potencias de
imponer su hegemonía" y justificar acciones interventoras futuras. Sin embargo,
no dejan de ser un instrumento indicativo a considerar, con la prudencia y
relatividad del caso. Urge un análisis sobre los riesgos y los problemas que
enfrenta nuestro país en la construcción de su institucionalidad.:
- La desigual distribución del ingreso
- El crecimiento desordenado y desigual de la población
- El comportamiento de la "clase política"
- La polarización de las regiones
- La desconfianza mutua
- La tentación de usar el poder de manera absoluta
- Falta de actitud de diálogo
- La ingerencia externa
- La falta de una visión de largo plazo
A veces somos injustos y atribuimos a Dios, al destino, y a los errores de otros
la culpabilidad. Pretendemos lavarnos las manos, justificarnos, evadir nuestras
responsabilidades o diluirnos en asuntos no sustantivos, lo cual es una
tendencia equivocada, pero muy humana.
Por ello, tomando en cuenta que el consenso no es blanco ni negro, tampoco rojo
y más bien es multicolor, ¿porqué no programar acciones realistas contra la
persistente falta de vocación unitaria de los bolivianos? Y antes, como pre-requisito,
respondernos entre todos a los siguientes cuestionamientos capitales: ¿Es
posible construir consensos duraderos y estables en éste, talvez, último intento
por re-construir el Estado Boliviano? ¿Por qué es tan difícil que los bolivianos
podamos entendernos, respetar nuestras diferencias, aceptarnos y convivir bajo
un mismo cielo y territorio, con cultura diversa pero historia común que nos
hace tener muchas más similitudes que diferencias?...
Existe una ineludible responsabilidad de los que tienen en sus manos las
capacidades de dialogar y buscar coincidencias nacionales en medio de necesarios
desacuerdos que siempre existieron y existirán… o resignarse a seguir igual y
asesinar lentamente a Bolivia.
* Freddy Ontiveros es abogado, colaborador de tinku.org, ex dirigente de la
central obrera dep. de oruro y ex secretario general de la prefectura en
Oruro-Bolivia