Latinoamérica
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Bolivia ante la migración necesaria
de la coca a la quinua.
Ricardo Ángel Cardona.
Después del gobierno nacional, popular y democrático del Dr. Hernán Siles Zuazo
y sus exportaciones superiores a los 1.700 millones de dólares en 1983-84 debido
a la producción de las empresas públicas principalmente, se ingresó a la lógica
neo-liberal del decreto 21060 que accedió a clausurar o privatizar a
prácticamente todas las empresas e instituciones que daban vida a nuestro país.
El ocaso de occidente comenzó entonces. .
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Estas empresas son COMIBOL y sus minas en Oruro, Potosí y La Paz; ENAF y su
polimetalúrgico de Vinto; YPFB con sus respectivas refinerías, gasoductos,
distribuidoras, ENFE y sus ramales a ciudades y provincias en occidente y
oriente, ENDE y sus planes de producción de energía eléctrica termo e hidro para
consumo interno y exportación, ENTEL y sus alta productividad y asociatividad
con cooperativas locales; Corporaciones de Desarrollo encargadas de incubar
empresas, construirlas y ponerlas en funcionamiento; COFADENA y las empresas
militares mixtas de la química industrial básica vinculadas a los salares de
Uyuni y Coipasa; SIDERSA que debía producir hierro esponja, arrabio y aceros en
los yacimientos del Mutún, etc, etc..
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Esta política de clausurar las empresas públicas de producción y de servicios
para reemplazarlas por empresas privadas que se adueñaron de sus bienes y
reservas, no ha dado resultado en Bolivia, y el BM o FMI conocen muy bien esta
situación deteriorada que ha llevado a decenas de miles de orureños y potosinos
a abandonar su terruño y afincarse en Chapare, Santa Cruz o Beni. El desempleo
es la señal más contundente..
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La evidencia es que miles y miles de mineros y metalúrgicos y fabriles fueron
despedidos y no pudieron jubilarse en forma digna. En gran parte muchos de ellos
se dedicaron a la producción de la coca y a su comercialización. Resultado de
esta política salvaje es que Bolivia sigue siendo uno de los principales
productores de coca en Sudamérica tanto legal como ilegal. Y desde
entonces Bolivia no puede salir del circuito coca-cocaína pese a que se ha
planteado desde entonces dedicar gran parte de la producción de la coca a su
industrialización acelerada para producir diversos alimentos balanceados y
medicamentos..
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Lo evidente sin embargo es que Bolivia contribuye a la producción de cocaína en
forma indirecta y no necesariamente este debería ser su destino manifiesto, bajo
ninguna circunstancia los bolivianos deberíamos contribuir a la producción de
cocaína porque ella hace daño a generaciones enteras de jóvenes principalmente
del primer mundo. Entonces los gobiernos nacionales están llamados a revertir
esta situación usando la tecnología y las semillas sagradas de los cereales
andinos como la quinua y amaranto o quiwicha. .
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Si un próximo gobierno de izquierda en manos del MAS o del Almirante Gildo
Angulo y su equipo de militares patriotas, tendría la posibilidad de planificar
la economía boliviana hacia un nivel altamente productivo, la opción alternativa
claramente es la de plantear la producción masiva de quinua y quiwicha real en
las zonas del Altiplano aptas para ello..
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La producción actual de quinua sobrepasa 50 mil toneladas y con precios internos
su valor monetario llegaría fácilmente a 20 millones de dólares. Pero se trata
de exportar quinua real procesada e industrializada en grandes cantidades tanto
a la Comunidad Europea y Japón principalmente..
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Grandes cantidades significa una producción inicial de al menos un millón de
toneladas que con precios de exportación a Europa podría superar un ingreso neto
de más de mil millones de dólares y acercarse a los mil quinientos millones. Si
Bolivia y los gobiernos que propongan este plan - con base en un incremento de
la producción agrícola de quinua para exportación y seguridad alimenticia -
negociaran con la CE y Japón ( también China y la India ) una venta garantizada
anual de 10 millones de toneladas de quinua real se podría tener ingresos de al
menos 10 mil a 15 mil millones de dólares anuales. Cifra muy superior a todo lo
que exporta Bolivia actualmente que alcanza a superar apenas los dos mil
millones de dólares. La soya quedaría muy rezagada frente a la quinua..
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La soya con ser un producto estrella de la producción agroindustrial de Bolivia
solamente llega a un millón de toneladas pero con precios de casi diez
veces menos que la quinua real por tonelada. Es decir que si Bolivia y sus
campesinos y comunidades rurales consolidaran un acuerdo de producción con el
Estado boliviano para alcanzar estas metas los próximos cinco años, entonces
Bolivia tendría un porvenir asegurado para sus comunidades campesinas
beneficiando a millones de productores andinos y sus familias..
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En el acuerdo de producción debe ingresar el incentivo gubernamental de entrega
de semillas, tecnología apropiada, capacitación, créditos, adelantos
financieros, maquinarias, riego, infraestructura, caminos y electrificación.
Pero fundamentalmente aseguramiento del mercado comprador en la Comunidad
Europea y Japón en una primera fase. .
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Países que acordarían con el gobierno nacional la provisión segura de diez
millones de toneladas de quinua real por año y proveerían del adelanto
financiero necesario de un 50% de la venta final. Adelanto que por lo visto
anteriormente podría alcanzar la cifra millonaria de más de siete mil millones
de dólares por año y otro tanto a la entrega de la quinua real debidamente
industrializada y procesada apta para el consumo humano en Europa y Japón..
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El gobierno boliviano por realizar las tareas de coordinación y procesamiento
industrial en plantas estratégicamente situadas más la comercialización
respectiva podría tener ingresos del 30% de la cifra total, es decir de cuatro a
cinco mil millones de dólares. Cifra muy superior a la venta de gas natural o de
minerales o de soya..
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Con esta política agraria y agrícola y agroindustrial ganaríamos todos al mismo
tiempo. Se abandonaría parcial o totalmente la producción de coca para dedicar
todos los esfuerzos humanos y técnicos a la producción de quinua real y quiwicha
o amaranto. Productos que son ampliamente requeridos actualmente en Europa y
Japón para alimentar a humanos y animales como cerdos y vacas. Mientras
mejor se alimente a los animales mejor alimentado estará el ser humano.
Problemas como los virus de las vacas locas no deberían darse alimentando a los
animales con quinua o quiwicha. Vale la pena para no tener que liquidar a
millones de vacas como sucedió en Inglaterra hace pocos años atrás..
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Pero también ganaría la misma CE o Japón ya que no tendrían que dar préstamos ni
cooperación financiera y menos limosnas en el futuro a Bolivia, solamente
deberían comprometerse a dar un adelanto financiero del 50% para comprar
semillas y apoyar inicialmente la infraestructura del área rural. Los europeos y
asiáticos no producen en sus países quinua ni quiwicha y por tanto no tienen
problemas con sus propios campesinos que reclaman proteccionismo frente a otros
productos. Finalmente gana el gobierno nacional debido a que conseguiría por
primera vez en la historia de Bolivia coordinar la producción agrícola con miles
de comunidades campesinas para la exportación. Se habría dado apertura para la
alianza real campo-ciudad y el desarrollo integral y científico del agro. Se
habría alcanzado el ansiado desarrollo rural integrado y la eliminación
definitiva del atraso y la miseria..
12.X.2005
rancardonay@yahoo.es