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Latinoam�rica

La realidad fragmentada

Empleados de las petroleras tuvieron y tienen cargos de ministros en los reg�menes de S�nchez de Lozada, B�nzer, Jorge Quiroga, Carlos Mesa y Eduardo Rodr�guez

Andr�s Soliz Rada

El aluvi�n noticioso suele confundir a la poblaci�n. La mayor�a de los medios de comunicaci�n social ponen similar �nfasis a la escasez de garrafas, la distribuci�n del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), la terminaci�n del contrato del Estado con la italiana Euro Telecom, la pugna regional por la distribuci�n de esca�os parlamentarios, las elecciones del 4 diciembre, el posible adelanto de la asamblea constituyente, la interminable internaci�n de veh�culos de contrabando, la hojarasca de los programas de la partidocracia, la presencia del "gonismo" en el Tribunal Constitucional y la Corte Electoral, la inminente ampliaci�n de ventas de gas al Brasil y la Argentina, la frustrada "refundaci�n" de YPFB. etc., etc., etc., sin relacionar estos hechos tienen entre si.
Al tener en cuenta que un trill�n de pies c�bicos de gas (TCF) genera un valor m�nimo de 3.000 millones de d�lares y que los 48 TCF que existen Bolivia, en reservas probadas y probables, movilizar�n 144 mil millones de d�lares, sin contar sus reservas de petr�leo, se toma conciencia de los esfuerzos del capital transnacional por impedir que el pa�s se beneficie de semejante negocio. Este es marco en el que los cerebros de la anti naci�n se congratulan por los enfrentamientos fratricidas y alientan la desintegraci�n del pa�s.
Lo parad�jico es que las regiones se dan de dentelladas no por los beneficios del gas o del petr�leo o de los recursos mineros, que, sin tomar en cuenta el hierro del Mut�n, generar�n exportaciones, en los proyectos "San Cristobal", "San Bartolom�" y "Kori Kollo", por 1.000 millones de d�lares al a�o y s�lo 20 millones para Bolivia, sino porque Santa Cruz y Cochabamba tendr�n seis diputados m�s, a costa de La Paz, Oruro y Potos�. No se entiende que el tema de los esca�os, magnificado por la miop�a de dirigentes c�vicos y parlamentarios de Potos�, La Paz y Oruro, est� siendo utilizado como pretexto por las petroleras y dirigentes c�vicos de Santa Cruz y Tarija para la auto convocatoria a la elecci�n de prefectos y la "promulgaci�n de una Constituci�n Pol�tica del Estado de car�cter regional.
La fragmentada realidad hace que las ciudades del occidente del pa�s est�n bloqueadas por la escasez de garrafas de gas natural. Pero no surge la respuesta l�gica: La expulsi�n de las transnacionales Chaco (Amoco y British Petroleum) y Andina (Repsol-YPF), que han recurrido a un planificado chantaje para lograr que el Parlamento derogue una Ley de Hidrocarburos que no ha cambiado casi nada, pero que se ha atrevido a aprobar mecanismos de fiscalizaci�n de la producci�n e incremento m�nimo de impuestos, permanentemente evadidos hasta ahora.
Tampoco se ha denunciado que la "re fundaci�n" de Yacimientos Petrol�feros Fiscales Bolivianos (YPFB) ha quedado en letra muerte, al impedirle contar, como mand� el refer�ndum del 18 de julio de 2004, con el 50 por ciento del capital accionario de Chaco, Transredes (Enron-Shell) y Andina, que detentan de manera ilegal las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs), manejado por bancos suizos y espa�oles. Las compa��as han impedido que YPFB se una a los emprendimientos que est�n realizando PDVSA de Venezuela, Petrobr�s de Brasil y ENARSA de Argentina.
Y mientras Bolivia se desintegra, el enorme gasoducto del noreste argentino (NEA) avanza implacable hasta la frontera, a fin de incrementar las exportaciones de 7 millones a 30 millones de MCD. Petrobr�s, asociada a empresas europeas y norteamericanas, exigen que las ventas bolivianas al mercado brasile�o se incrementen de 30 millones a 100 millones de MCD, a trav�s de un gasoducto que tendr� un di�metro 150 veces mayor que la rid�cula ca�er�a que transporta gas a La Paz y Oruro, donde la lucha por las garrafas de GLP se torna dram�tica para la subsistencia cotidiana.
Las agresiones mutuas impiden diferenciar a aliados y adversarios. Nadie reclama a la Federaci�n de Empresarios de Santa Cruz por albergar en sus filas a las transnacionales petroleras. Empleados de las petroleras tuvieron y tienen cargos de ministros en los reg�menes de S�nchez de Lozada, B�nzer, Jorge Quiroga, Carlos Mesa y Eduardo Rodr�guez. Pero Bolivia carece, adem�s, de un instrumento pol�tico, con presencia nacional y con la lucidez de preservar la existencia de un pa�s, al que se le va terminando el ox�geno.


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