Es el momento
William E. Izarra
Rebelión
Es tiempo de encuentros. Es hora de ceder posturas irreconciliables. Es el
momento estelar del inicio de la fase cumbre del nuevo estadio socioeconómico
para Venezuela. Es hora de pensar más en la Patria que en actitudes calculadores
de acceso al poder. Es, en definitiva, el instante de sobreponer lo espiritual
del ser al pragmatismo de la ambición.
Es también el espacio de la etapa que exige el sincerarse para reconocer el
valor de cada quien y, sin caer en la adulación, reconocer potencialidades y
capacidades de quienes llevan el peso de conducir el Proceso. Es el momento de
multiplicar energías positivas para respaldar al Presidente Chávez. Que el
Presidente sienta el apoyo solidario de toda la militancia revolucionaria para
que se vitalice su espíritu y siempre sepa que no estará solo. Es hora de asumir
con conciencia la búsqueda del Bien Común. Es entonces la fase del "Salto
Adelante" para la construcción el poder popular y, en consecuencia, profundizar
la revolución.
Es también el momento apropiado para recordar que el poder popular es sinónimo
de democracia directa. Que el poder popular expresa la toma de decisiones
directamente por el pueblo, sin la intermediación de estructuras cupulares. Ya
es tiempo de entenderlo así. El poder popular es el camino de la revolución y la
democracia directa es su canal de acción política que materializa los principios
de las decisiones directas del pueblo. Cuando el Presidente manifiesta "todo el
poder para el pueblo" en esa frase Hugo Chávez está sintetizando lo que busca la
democracia directa. Poder popular y democracia directa se fusionan para
identificar su acción en el conjunto de postulados, preceptos y valores que
legitiman al nuevo orden social del Proceso Revolucionario. Todo el poder para
el pueblo significa, esencialmente, transferir la toma de decisiones a las
comunidades organizadas y convertir al gobierno en instrumento del pueblo. Ambos
enunciados (toma decisiones y gobierno como instrumento) son postulados
primarios de la democracia directa.
Hoy es también el momento de la conciencia colectiva para saber que la
democracia directa es la participación de todo el pueblo. Importante para el
proceso asumir que cada quien exprese sus ideales, manifieste sus metas de vida
y ejecute los acuerdos de transformación de su hábitat, medio de subsistencia y
entorno material. Que hoy se acepte definitivamente que la democracia directa es
el sistema político de mayor nivel de participación ciudadana, cuyos fundamentos
se sustentan en tres principios revolucionarios: (i) la autogestión; (ii) la
comunidad organizada, y (iii) el Bien Común. Principios que al ser
concientizados conducirán al pueblo a dominar al mundo y así crear los
instrumentos para satisfacer sus necesidades. Esto se traduce en ser dueño de su
propio destino. La democracia directa asegura los derechos y libertades del
pueblo: de organizarse, de expresarse, de elegir representantes y revocarlos
cuando no cumplen con sus compromisos, de gozar de todos los derechos sociales,
de decidir sobre todos los aspectos que conciernen a la vida presente y futura.
En el "Salto Adelante" los auténticos revolucionarios saben que es el momento
para la creación de la Plataforma Unitaria, base del poder constituyente y
síntesis política de la unidad popular. Es el momento para reflexionar acerca de
unir a todos las unidades de acción política para alcanzar las dos mega-metas
del actual período gubernamental: (i) obtener las 2/3 partes de los diputados a
la Asamblea Nacional en diciembre del 2005, y (ii) triunfar en la reelección
presidencial de diciembre del 2006 con 10 millones de votos.
Es el momento de fin de año y es al mismo tiempo el inicio del 2005. Año de la
prosperidad nacional y de señalar, sin rubor, el verdadero amor por el prójimo.
Es el momento singular de aceptar que en la revolución prevalecerá por siempre
la buena voluntad del revolucionario.
izarraw@cantv.net