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Latinoamérica



Sobre la extradición a EEUU del líder de las FARC Simón Trinidad

Simón Trinidad ¿el Dimitrov colombiano?

Javier Arjona
Rebelión

MAL ha comenzado el año para los colombianos con ese "gesto" de genuflexión protagonizado por su presidente: pudimos ver las imágenes tomadas por el DAS donde un Simón Trinidad amarrado era trasladado al extranjero por un millón de polícias más asustados que él.
Uribe, la caricatura de presidente que más se asemeja al personaje de "gran dictador" de Chaplin, rompía la soberanía nacional y hacía entrega de su prisionero guerrillero al amo del norte..
CONOCIMOS y tuvimos la suerte de entrevistar dos veces a Simón Trinidad, en La Uribe y en Los Pozos del Caguán, lugares habilitados por el gobierno colombiano para "negociar la paz". Supimos allí de la gran humanidad de Simón, que tomó dos de los numerosos nombres de Bolivar, cuando dejó comodidades y riquezas (era gerente de un banco), y "se echó al monte" para contribuir al advenimiento de la nueva Colombia.
Adimirado y profundamente respetado por los jóvenes guerrilleros que le acompañaban, Simón Trinidad no lo era menos, respetado y requerido, por los numerosos periodistas, autoridades colombianas y embajadores de todo el mundo que pasaron por el Caguán en esos tres años.
Amable, sencillo, atento, Simón hizo parte de la comisión negociadora con el gobierno, bajo los auspicios de los "países amigos", entre los que estaban el Vaticano, la ONU, o la España del gobierno de Aznar...hasta que Estados Unidos obligó a Pastrana a romper unilateralmente los diálogos preparando la llegada de Uribe..
¿POR QUÉ ha querido retratarse Uribe de forma tan inequívoca como lacayo de USA? Por un lado ha desechado la extradición de Mancuso, el líder de los paramilitares de la motosierra, con miles de asesinatos reconocidos, y narcotraficante confeso...y por el otro ordena la extradición de Simón Trinidad, cuyo delito flagrante, confesado con orgullo y reconocido internacionalmente es de REBELARSE contra la injusticia en Colombia..
UNA PATADA descarada a las esperanzas generadas para el
Intercambio Humanitario, exigido por familiares de prisioneros de ambos lados, y que había adquirido alto rango político en el país, pues el "gesto" de la entrega a un país extranjero de un ciudadano nacional pretende ser el portazo a esa posibilidad de canje humanitario, y la incentivación de la guerra.
URIBE
ha despreciado las leyes colombianas y el Derecho Internacional Humanitario, pero sobremanera, al retratarse como más paramilitar que antes, al invitar a los jefes paramilitares a pasear por Bogotá con escolta del ejército e intervenir largamente en el Congreso, al propiciar el paraiso privado para Castaño y Mancuso, se está cebando, como nadie debería hacerlo, en los miles de miles de víctimas del paramilitarismo, despreciándolos, humillándolos.
SIMON en cambio conocía su suerte desde que hace un año fue secuestrado en Quito, gracias a la complicidad del traidor Gutierrez (según la declaración de los movimientos sociales ecuatorianos), y a las acciones de la CIA, y como revolucionario estaba preparado para ello.
(Algo similar a la acción de los espías en Caracas el 13 de diciembre, con la innegable complicidad de las autoridades venezolanas, para secuestrar a Ricardo Gonzalez, ¡qué casualidad¡ otro de los representantes negociadores guerrilleros..)
En ESTADOS UNIDOS, por muy buenas que sean las técnicas de quebrantamiento de la personalidad, con todos los añadidos de la tremenda "investigación" en ese terreno en Guantánamo, cualquier juicio que medianamente se precie de serlo, tendrá delante a un revolucionario completo. Y..¿qué puede hacer Simón Trinidad sino convocar como testigos a los embajadores de Estados Unidos, de España, del Vaticano o de la ONU, con los que se reunía en el tiempo en que dicen las pruebas prefabricadas por Uribe estaría cometiendo delitos..?
Un papel de denuncia, tal vez históricamente similar al que se obligó a jugar a Dimitrov desenmascarando eficaz y profusamente al naciente nazismo en Europa.