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Latinoamérica


 

Ante todo soberanía

Comisión Internacional de las Farc – Ejército del Pueblo

El tema de mayor controversia ha sido la extradición de Salvatore Mancuso y Simón Trinidad.

El primero, de origen Italiano, terrateniente, jefe paramilitar, narcotraficante, sindicado de cometer centenares de masacres contra miles de personas indefensas. Ha sido condenado por la opinión pública nacional e internacional. Decenas de ONGs de Derechos Humanos de Colombia y el mundo han condenado sus crímenes.

El segundo, un hombre muy respetado por la sociedad de Valledupar, ex-Gerente de un Banco de la ciudad y Comandante guerrillero de las FARC-EP. Desempeñó papel relievante en los diálogos en San Vicente del Caguán, Departamento del Caquetá, entre el Gobierno de Andrés Pastrana 1.998- 2002 y las FARC, para buscar una solución política al conflicto social y armado que ha vivido el país en los últimos 60 años.

El paramilitar tiene un expediente en EE.UU., desde hace dos años y medio. Lo sindican de introducir varias toneladas de Cocaína a ese país. Lo habían pedido en extradición pero la Corte Suprema de Colombia no había fallado, como tampoco había fallado en el caso de Carlos Castaño, conocido paramilitar y narcotraficante. Llama la atención que ahora fallen pero agregando el caso de Simón Trinidad.

Hay que dejar bien claro Simón no tenía ninguna sindicación por narcotráfico hasta el día de su captura. La justicia colombiana lo sindicaba de ser de las FARC, es decir, de rebelión a la cual tiene derecho todo ciudadano de Colombia y el mundo.

EE.UU. no tenía ningún cargo contra Simón, sólo después de su captura, la justicia estadounidense comenzó afanosamente a buscar pruebas. No las ha encontrado, pero de todas formas ha hecho el montaje.

Necesita fabricar una novela para vincular a la FARC al narcotráfico. Las que ha montado se le han caído, todos recuerdan el caso de "El Marrano"; después de hacer un despliegue militar para trasladarlo a EE.UU. después de haber sido ampliamente publicado por los medios de comunicación, tuvieron que devolverlo, porque no tenia nada que ver con las acusaciones.

La extradición de Simón es política y hay que afrontarlo así. Uribe Vélez quiere chantajear a Simón insinuando que suspende su extradición si firma un documento, renunciando a la lucha, ordenando a sus hombres un cese al fuego. Ignora que los revolucionarios no son chantajeables, que enfrentan con alta moral revolucionaria la muerte, la tortura, la cárcel y la extradición, si se presenta. Un revolucionario actúa movido por la conciencia revolucionaria y en el sitio que se encuentra defenderá la causa que ha abrazado. Hay muchos ejemplos en el mundo, donde los revolucionarios han dado muestras de valor, disciplina y dignidad, han preferido la muerte a manchar su vida renunciando a sus ideales.

El imperialismo quiere a Simón para convertirlo en escarmiento para los revolucionarios de Colombia, le encanta oír las declaraciones de terror de los narcotraficantes que ha llevado para aplicarles la ley de los EE.UU., sólo que se va a quedar esperando oír de boca de un fariano el pedido de clemencia para que no lo extraditen. No lo va a conseguir porque donde quiera que se encuentre usará los medios que encuentre a su alcance para denunciar el régimen injusto que ha gobernado a Colombia durante dos siglos, para denunciar a los verdaderos narcoparamilitares colombianos y sobre todo a los narcotraficantes de los EE.UU.

Trinidad donde se encuentre continuará denunciando al gobierno de Uribe Vélez y su política de guerra contra del pueblo colombiano; continuará desenmascarando la entrega a las transnacionales de las riquezas de nuestro país, como el Oro, el Petróleo, las Esmeraldas, el Carbón, las Empresas del Estado que tanto sacrificio han costado a varias generaciones de colombianos. Se opondrá firmemente a la ingerencia de EE.UU. en los asuntos internos de nuestro país, a la intervención militar con la cual pisotea el suelo colombiano con los mil 400 oficiales estadounidenses dirigiendo el Ejército gubernamental que masacra campesinos a través del Plan Colombia y el Plan Patriota. Seguirá oponiéndose a la extradición de colombianos para que sean juzgados por la justicia de los gringos como si nosotros no tuviéramos unas leyes y una justicia capaz de castigar al que la viole...todo porque los narcoparamilitares que se encuentran en el poder como Uribe Vélez necesitan recibir la mísera limosna que le dan los gringos para que acabe la guerrilla.

COMISIÓN INTERNACIONAL DE LAS FARC – EJÉRCITO DEL PUEBLO
DICIEMBRE 2004 – ENERO 2005