El ministro de Defenda colombiano visitó en la cárcel a una
traficante de heroína inscribiéndose como cónyuge autorizado
Gonzalo Guillen y Gerardo Reyes
El Nuevo Herald
Un tribunal de segunda instancia confirmó el veredicto de culpabilidad por
tráfico de heroína contra una mujer que tiene registrado en la prisión como
visitante conyugal al actual ministro de Defensa de Colombia, Jorge Alberto
Uribe Echavarría.
Dora Adriana Alzate Restrepo recibió por lo menos una visita de Uribe en la
cárcel femenina El Buen Pastor de Medellín ocho meses antes de que Uribe
asumiera el ministerio en noviembre de 2003. Aunque inicialmente negó a El Nuevo
Herald haberla visitado en prisión, Uribe reconoció posteriormente en un
comunicado de prensa, que sí lo hizo pero no fue una visita conyugal sino de
carácter ``humano y de amistad''.
En la entrevista el ministro negó versiones conocidas por este diario de que se
había ejercido presión sobre el tribunal que manejó el caso para atenuar la pena
contra Alzate.
Un tribunal de segunda instancia confirmó el veredicto de culpabilidad por
tráfico de heroína contra Alzate. La sentencia original, dictada en septiembre
pasado por el Juzgado Primero Penal del Circuito de Antioquia, condenó a Alzate
a nueve años de prisión sin derecho a recibir su casa por cárcel y a pagar una
multa equivalente a seis mil salarios mensuales mínimos.
El Tribunal Superior de Antioquia, al resolver la apelación en sentencia que le
fue notificada el 14 de diciembre, mantuvo el veredicto de culpabilidad, le
redujo la pena de cárcel a ocho años y bajó la multa a 200 salarios mínimos.
Alzate, de 35 años, quien posee las ciudadanías colombiana y estadounidense, fue
arrestada en febrero de 2003 cuando intentó viajar de Medellín a Miami en un
vuelo comercial con una maleta en la que llevaba cerca de dos kilos de heroína
de alta pureza. El alijo, valorado en aproximadamente $100,000, fue detectado
por un perro policial.
Al poco tiempo de haber sido arrestada, pidió que Uribe, de 65 años, fuera
autorizado como visitante conyugal. En el juicio, Alzate declaró que su pareja
era un importante hombre de negocios con el que tenía una relación sentimental
de 18 años.
Alzate vivió en Miami durante por lo menos dos años. En un principio trabajó
como camarera en el restaurante La Carreta, según declaró en el expediente en
Colombia. En ese tiempo rentaba una pieza en una casa de familia del suroeste de
Miami. Según la dueña de la casa, Alzate renunció a su empleo en el restaurante
para trabajar en una tienda de discos.
Según los registros de propiedades del condado Miami-Dade, Alzate figura como
propietaria de una casa al noroeste de Miami en la urbanización Secret Garden.
La casa fue adquirida por Alzate en octubre de 2002 por $130,000.
Cuando Uribe reconoció que visitó a Alzate sostuvo que su relación con ella
venía desde hace 10 años y no 18.
Uribe negó que la visita carcelaria hecha a Alzate hubiera tenido carácter
conyugal. El Nuevo Herald confirmó en el expediente judicial y en fuentes
penitenciarias que el ministro permanece inscrito en la cárcel como cónyuge
autorizado para visitar a Alzate.
A raíz de la publicación de El Nuevo Herald en noviembre, algunos medios de
comunicación escritos y radiales en Colombia disculparon al ministro
argumentando que la visita era parte de su vida íntima y se dedicaron a
especular públicamente sobre quiénes habrían sido las fuentes de El Nuevo Herald.
La publicación generó una intensa discusión sobre el derecho a la privacidad.
En ese sentido el diario El Tiempo, en reciente nota editorial, advirtió que
``mientras fue un ciudadano privado, las relaciones del doctor Uribe pertenecían
a su sagrada intimidad y no afectaban el interés común. Pero al aceptar un alto
cargo público las características de esa relación lesionan la credibilidad y
vulnerabilidad del ministro''.
En el expediente del juicio, que es público, las autoridades de inmigración
aportaron un estudio sobre diversos viajes de Alzate al exterior, algunos de los
cuales, hechos entre abril de 1995 y febrero de 2002, coinciden en destinos y
fechas con ingresos de Uribe a ciudades como Miami y Houston.
El ministro se negó a dar explicaciones sobre esas coincidencias cuando fue
consultado por El Nuevo Herald.