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Latinoamérica


 

Operación "Farol da Colina"
Empresas uruguayas en lavado de Brasil


Al menos cuatro sociedades off shore uruguayas y una empresa de inversiones financieras son sospechosas de estar vinculadas a una red de lavado de dinero cuyo centro está en Brasil. Las operaciones ascendería a US$ 20 mil millones. El J. P. Morgan Chase aparece también vinculado.

Revista Caras y Caretas

Brasil quiere liquidar a los llamados doleiros, nombre que identifica a los cambistas ilegales. Algunos de ellos, uruguayos y brasileños, debieron trasladarse a nuestro país, donde sus operaciones se realizaban desde mucho tiempo atrás. Los datos surgieron de una amplia investigación que se desarrolla actualmente en Brasil, en una operación conjunta de la oficina impositiva brasileña, el Ministerio Público y la Policía Federal, en lo que se denominó 'Operación farol da colina'.
Muchas de estas operaciones ilegales son objeto de indagaciones de una comisión investigadora parlamentaria que se originó por la privatización del Banco Banestado, del Estado de Paraná, en el año 2000. Hasta ahora, cuatro sociedades off shore uruguayas están en la mira de los investigadores, pero no se descarta que aparezcan otras. Se trata de Blue Carbo, General Star, Depolo Corporation y Laurel Finance. Otra sociedad de inversores y asesoramiento financiero, que funciona en las torres del World Trade Center de Montevideo, también estaría siendo investigada, según afirmaron las fuentes consultadas por CARAS y CARETAS.
BLUE CARBO y GENERAL STAR
La off shore Blue Carbo, con sede en Uruguay, habría remitido unos US$ 503 millones hacia varios bancos, a través del 'doleiro' Alexander Ferreira Gomes, de Fortaleza, Brasil.
General Star es una off shore perteneciente a doleiros uruguayos, a través de la cual uno de los líderes del partido PMDB de Brasil, el senador Ney Suassuna, movió en forma ilegal por lo menos US$ 3 millones, entre 1998 y 2003, a su cuenta particular en el Delta Bank de Miami. La cuenta llevaba el nombre codificado de 'Key West' (igual que la localidad de Florida, Estados Unidos).
Segúln una ley aprobada por el Congreso brasileño en 1986, se considera un delito tener cuentas en el exterior que no estén declaradas ante la Impositiva de Brasil. Paradójicamente, el senador Suassuna presidía la Comisión de Fiscalización y Control del Senado. Los doleiros uruguayos giraban los dólares a la agencia de Banestado en Nueva York, y luego eran transferidas al MTB Bank o a las cuentas de Beacon Hill Service Corporation, una sociedad perteneciente al JP Morgan Chase.
Estas operaciones se rastrearon hasta por lo menos el año 1997. Según fuentes policiales, unas 60 firmas estaban conectadas con Beacon Hill, responsable de la gestión de numerosas cuentas de cambistas en el extranjero. Beacon Hill aparece como una de las beneficiarias del esquema de lavado, habiendo manejado alrededor de US$ 20 mil millones entre 1997 y 2002.
Cuarenta sociedades están siendo investigadas actualmente por la Policía, quien trata de identificar a los clientes de los cambistas que podrían estar envueltos en hechos de corrupción, evasión fiscal y contrabando, entre otros delitos.
El fiscal del distrito de Nueva York, Robert M. Morgenthau, declaró el 21 julio de este año ante el Senado de Estados Unidos confirmando la participación de Beacon Hill y casas de cambio de Brasil y Uruguay en la operativa de lavado de dinero proveniente del narcotráfico, el terrorismo y la venta de armas.
Morgenthau aportó a la comisión investigadora parlamentaria sobre el banco Banestado,
un Cd con más de 700 mil operaciones sospechosas realizadas sólo en el MTB Banco de Nueva York. Entre estos movimientos se detectó también un depósito de US$ 50 mil en el banco Goldman Sachs de Estados unidos, correspondiente a Henrique Meirelles, actual presidente del Banco Central de Brasil, quien ahora se encuentra en aprietos.
DEPOLO CORPORATION
Según la revista Istoé de Brasil; la off shore uruguaya Depolo Corporation era utilizada por dos contratistas de fútbol brasileños, Alexandre Martins y Reinaldo Pitta, quienes fueron procesados. Más de US$ 33 millones fueron traficados 'hacia el exterior por los dos representantes que además eran dueños de las firmas Gortin Promoçoes y Passabra Turismo. La Policía Federal encontró la pista a través de una agenda de una de las secretarias, Carolina Nolasco, una portuguesa nacionalizada americana que estuvo detenida en Estados Unidos por lavado de dinero cuando era ejecutiva del Merchants Bank. Carolina fue también investigada en Brasil por ser 'doleira' del ex tesorero del presidente Collor de Mello, Paulo César Farias. Este episodio es recordado porque parte del dinero de Collor llegó a Uruguay en los años noventa, según denunció el periodista Samuel Blixen, con la aparente participación del estudio el entonces ministro de Economía, Ignacio de Posadas. Collor terminó destituido como Presidente.
Dentro del esquema de lavado de los dos contratistas de fútbol brasileños, pasaron unos US$ 24,7 millones a nombre de Gortih Corporation, la mayor parte de los cuales fueron depositados en la cuenta de la off shore uruguaya Depolo Corporation. Esta sociedad también aparece en el tráfico de dinero de altos funcionarios de la Impositiva brasileña, hacia el CBC Bank, nuevo nombre que adoptó el MTB Bank de Nueva York. Los infieles servidores del Estado recibían coimas a cambio de "amnistías fiscales" para empresarios deudores del fisco de Río de Janeiro.
LAUREL FINANCE y JACAREI
El doleiro brasileño Samuel Semtob Sequerra movilizó por lo menos US$ 56 millones hacia la agencia neoyorquina del banco Banestado, a través de la off shore uruguaya Laurel Finance, con sede formal en Montevideo. Con los dólares en Estados Unidos, las autoridades de ese país cerraron el MTB Bank y Beacon Hill por lavado de dinero.
Según las fuentes consultadas por CARASyCARETAS, también estaría bajo investigación por posibles irregularidades la empresa uruguaya Jacarei Company SA, con oficinas en dos pisos del World Trade Center de Montevideo. En la oficina 232, uno de los funcionarios de esta sociedad declaró a esta revista que su giró es el asesoramiento en finanzas, pero dijo que allí "no había responsables" y no sabía con quién hablar al respecto. Por el contrario, en la oficina 1201, uno de los responsables que se identificó como "Mateo" , aunque no quiso aclarar si era su nombre o su apellido, declaró, en forma poco amable, que ellos eran inversores financieros pero que no estaban bajo control del BCU. SU respuesta frente a la pregunta de las posibles vinculaciones con las sospechas de actuar en lavado de dinero fue lacónica: "¿Y?".
Víctor Carrato