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Internacional

Cindy Sheehan, líderes religiosos y ex funcionarios, detenidos frente a la Casa Blanca
Protesta pacífica contra la guerra en Irak culmina en cientos de arrestos


"Arresten a Bush"; "No más sangre por petróleo"... entre las consignas de la desobediencia civil

David Brooks

La Jornada

Manifestantes contra la guerra pidieron ayer frente a la Casa Blanca el regreso de las tropas estadunidenses de Irak, en un acto de desobediencia civil pacífica FOTO Ap

Washington, 26 de septiembre. Cientos de personas, entre ellos Cindy Sheehan, líderes religiosos, y una ex funcionaria del Departamento de Estado, fueron arrestados al realizar una acción pacífica de desobediencia civil en demanda del fin de la guerra en Irak.
Unos 2 mil manifestantes marcharon alrededor de la Casa Blanca antes de concentrarse frente a las rejas principales donde Sheehan, la madre de un soldado muerto y quien se ha convertido en la cara del movimiento contra la guerra, se dirigió a la entrada acompañada por líderes religiosos y otros parientes de soldados para solicitar entrevistarse con el presidente George W. Bush. Cuando se les negó la solicitud, la comitiva y cientos de manifestantes se sentaron sobre la acera frente la Casa Blanca y rehusaron moverse al ser advertidos de que serían arrestados.
"Arresten a Bush", coreaban los simpatizantes que apoyaban la acción desde la calle al otro lado de las barreras de la policía. Tambores y campanas sonaron, entonaron canciones de paz y se corearon consignas contra la guerra. Los activistas colocaron fotos de soldados muertos en Irak, mantas y símbolos sobre las rejas de la Casa Blanca. "Ya no más sangre por petróleo, ya basta de sangre estadunidense o iraquí en nombre de nuestros hijos", coreaban. Alguien colocó la cinta amarilla empleada por la policía que declara "escena de crimen" en las rejas de la residencia presidencial.
Entre los "desobedientes" en la acción de protesta había reverendos protestantes, curas católicos, rabinos, musulmanes y monjes budistas, veteranos de guerra, parientes de soldados, las mujeres de Código Rosa, jóvenes anarquistas, estudiantes, sindicalistas y hasta ex funcionarios del gobierno. Ann Wright, la ex funcionaria del Departamento de Estado que renunció en protesta por los engaños de este gobierno, estuvo entre las arrestadas hoy.
Según un vocero de la policía se arrestaron a 370 personas durante cuatro horas esta tarde, todo de manera pacífica.
Vale recordar que esta tradición de desobediencia civil pacífica nace de la acción del filósofo estadunidense más reconocido de su tiempo, Henry David Thoreau, quien en 1846 rehusó pagar impuestos federales y fue encarcelado en protesta por la guerra de Washington contra México. "Me cuesta menos en todos los sentidos incurrir el castigo por desobediencia al Estado que lo que sería obedecer", declaró en aquel entonces.
La protesta frente a la Casa Blanca fue un festival de resistencia, con algunas escenas sorprendentes. Mientras monjes budistas tocaban sus tamborcillos, con una decena de gente meditando frente a ellos, a un lado estaban colocados los Veteranos por la Paz bajo su manta, mientras que del otro lado de los monjes, unas ocho mujeres que se habían desnudado el torso bajo pancartas que decían "la guerra es indecente" o "la tortura es indecente", y coreando "eso es indecente" señalando hacia la Casa Blanca, y "esto es decente" al señalar sus cuerpos.
Varios activistas caminaban con nombres de civiles iraquíes muertos por la guerra. "Assad Abd Asrlswl, 10 años de edad, 25 marzo del 2003", decía uno.
Cuando la policía, muy lenta y cuidadosamente, levantaba a un manifestante para esposarlo y colocarlo en un camión, la gente del otro lado de la barrera coreaba "gracias" y daba su nombre. "Gracias, reverenda Diane", gritaron, "gracias Cindy, te queremos", cuando se llevaron a Sheehan, "gracias, rabino Moskow", y así. De repente brotó el coro de "gracias, patriotas estadunidenses" al elogiar a todos los dispuestos de ser arrestados. Sheehan fue de los primeros arrestados, y llevaba la foto de su hijo Casey, quien murió en Irak, y la colgó de las rejas de la Casa Blanca antes de ser detenida.
Todos fueron acusados de manifestarse sin permiso, un delito menor.
Mientras tanto, cientos de activistas fueron al Congreso para presionar a legisladores a poner fin a la guerra y hacer retornar las tropas.
Con estos actos coordinados por la coalición United for Peace and Justice (UFPJ), culminaron tres días de protesta contra la guerra en Irak. El sábado más de 150 mil participaron en una marcha nacional convocada conjuntamente por UPFJ y la Coalición ANSWER en la manifestación más grande en esta capital desde el inicio de la guerra, y ayer miles participaron en foros y talleres. "Estas dos acciones de hoy, frente a la Casa Blanca y en el Congreso, no tienen precedente", señaló Bill Dobbs, vocero de la coalición, a La Jornada. "Son la continuación del mensaje enviado por la marcha este fin de semana, y esto seguirá ampliándose al regresar todos a los diversos puntos del país".
El vocero de la Casa Blanca, Scott McClelland, comentó a los medios que Bush estaba enterado de los manifestantes y "reconoce que hay diferencias de opinión" sobre Irak. Señaló que los manifestantes están gozando de su derecho de expresar sus opiniones pacíficamente, pero que el presidente cree que retirar las tropas de Irak haría menos seguro al país y "más peligroso el mundo".
Pero afuera los manifestantes no aceptaban que sólo se trate de un desacuerdo de opinión, indicando que ahora ellos representan el sentir de casi 60 por ciento de la población según las encuestas. "Bush, mentiroso, cobarde", coreaban, ya que el jefe de Estado rehusaba dialogar con Sheehan y las otras familias de soldados muertos en la guerra en Irak.