Internacional
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Katrina, traición "bipartidaria"
Toni Solo
Rebelión
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
No sorprende que cuando el mendaz, astuto gobierno Bush piense sólo en sus
propios intereses y no en las necesidades de sus prójimos. Pero la abyección y
la miseria sufridas por la gente en los estados sureños de EE.UU. abandonada a
su suerte después del huracán Katrina fue más lejos. La ausencia evidente de una
estructura u organización de defensa civil aunque fuera provisional, indica
hasta qué punto EE.UU. ha degenerado hacia un corrupto Estado monopartido,
sumido en la negligencia e incompetencia federales y locales, incapaz de
librarse del legado racista de la esclavitud. Katrina ha mostrado que EE.UU. es
una república bananera adicta a los esteroides – los pobres sufren privación e
inseguridad mientras los ricos se divierten e inician guerras.
Katrina y Mitch
La gente que vivió el huracán Mitch en Centroamérica en 1998 se interroga ante
el fracaso ignominioso de la protección de la gente en EE.UU. después de Katrina.
Cuando Mitch se desató sobre Centroamérica en octubre, hace siete años, los
efectos de las lluvias a cientos de kilómetros del ojo del huracán tuvieron un
impacto similar al de la ruptura de los diques en Nueva Orleans. Cientos de
miles de personas en ciudades y comunidades rurales se vieron afectadas por las
inundaciones y aislados durante días y semanas. Algunas similitudes con Katrina
son evidentes.
Por ejemplo, durante varios días nadie se dio cuenta de la gravedad de lo que
ocurría realmente con la población afectada. En todo el mundo se supo que el
desastre había afectado gravemente a Honduras cerca de un día después. Pero
pocos comprendieron que era un masivo desastre regional hasta el lunes o el
martes, cuatro o cinco días más tarde. Un periodista irlandés que llamó desde
Dublín en esos días recibió la información de parte de una importante agencia de
ayuda en la capital hondureña, Tegucicalpa, que "¿Nicaragua?,… no, allí no pasa
nada… "El martes comenzaron a extraer más de mil cadáveres del fango en
Posoltega en la costa nicaragüense del Pacífico.
El que una ignorancia similar haya podido prevalecer en el caso de Nueva Orleans
únicamente demuestra que la elite política y mediática de EE.UU. – no sólo el
propio régimen de Bush – realmente menosprecia a la población predominantemente
negra y latina en EE.UU. tal como lo hace con la gente de países lejanos en vías
de desarrollo. Qué irónico y paradójico que la reacción de las comunidades
centroamericanas asoladas por Mitch haya sido, en casi todos los casos,
incomparablemente más humana y práctica que la de las autoridades locales en
Nueva Orleans. Ciertamente en Nicaragua, la reacción del gobierno central ante
Mitch fue tan patética como la del régimen Bush ante el desastre en Nueva
Orleans.
Autoridad municipal, defensa civil coordinada.
El resultado fue que las autoridades municipales soportaron durante semanas el
peso de la atención de decenas de miles de personas en sus respectivas áreas. A
diferencia de Nueva Orleans, se enfrentó ese desafío. En el norte de Nicaragua,
comités locales de emergencia trabajaron día y noche durante un mes, sin ayuda
material externa de alguna importancia. Las inundaciones provocadas por Mitch
arrasaron cruces carreteros cruciales en Tipitapa, Sebaco y Jícaro, aislando por
completo al norte de Nicaragua.
La reacción de los alcaldes locales fue reunirse con comandantes del ejército,
la policía y los servicios de bomberos, empresarios locales y eclesiásticos.
Funcionarios municipales, acostumbrados a arreglárselas con la falta casi total
de recursos, cumplieron con sus obligaciones hacia la gente que debían atender.
En el sitio en el que yo me encontraba, en una ciudad con una población de cerca
de 120.000, tuvimos suerte porque la electricidad funcionó por lo menos
esporádicamente y las líneas telefónicas no fueron afectadas. Los bancos
continuaron su trabajo, aunque estuvieron virtualmente vacíos durante días, y la
oficina local del Banco Central tenía suficientes billetes para satisfacer la
demanda. Todo eso significó que la gente pudo pedir y recibir fondos del
exterior.
En los tres días después de que Mitch se desató sobre la ciudad, más de diez mil
personas fueron desplazadas de sus casas. Fueron acomodadas en escuelas y otros
edificios públicos. Cada noche, el comité de emergencia estudiaba las
necesidades en cada refugio y coordinaba las entregas de los suministros
disponibles. Los empresarios locales donaron alimentos, jabón, detergentes y
papel higiénico, pañales y mamaderas, o las vendieron al precio de coste o
menos. Cientos de individuos locales donaron dinero o alimentos, vestimentas,
ropa de cama y medicinas.
No significa que todo haya sido fraternal. Algunos negocios trataron de subir
los precios para aprovechar la escasez. Algunos funcionarios pro-gubernamentales
boicotearon el comité de emergencia porque el alcalde era sandinista. Las
autoridades médicas del gobierno se negaron a entregar medicinas almacenadas en
sus bodegas. Recuerdo vívidamente que el jefe del centro de salud local –
responsable por toda la ciudad – pidió que le ayudara a comprar medicinas
mientras estábamos en la fila empapada por el agua para el cruce temporal del
río donde 100 metros de carretera habían sido arrasados por las aguas. El
puente, construido por una compañía de EE.UU. cuarenta años antes, sobrevivió
intacto.
La actividad para enfrentar casi toda necesidad relevante fue organizada. Las
estaciones locales de radio emitieron constantemente mensajes ayudando a las
familias a mantener contacto y confortar a sus seres queridos. El combustible
fue racionado a la espera de la llegada de camiones cisterna para suministrar a
las gasolineras, ¿quién sabe cuándo? Un jeep de una agencia de ayuda basada
cerca de la frontera hondureña se quedó varado con cuatro de sus trabajadores.
Recibieron combustible del comité de emergencia para entregar alimentos y
medicinas en el área local hasta que el batallón del ejército estacionado en la
ciudad voló los derrumbes de tierra que bloqueaban la ruta al norte, permitiendo
así que volvieran a su base, vadeando todos y cada uno de los ríos en su camino.
La guerra "bipartidaria" de clases y guerra contra los pobres
Un espíritu cívico similar existió evidentemente después de Katrina. Pero
careció de estructuras bien organizadas de defensa civil que fueran realmente
efectivas. Decenas de miles de personas quedaron abandonadas sin atención
adecuada durante más de una semana. No fue sólo el fracaso del gobierno central
sino un también fracaso de la dirección local.- resultante de un sistema
político y social podrido, emblemático de una sociedad en decadencia.
Una comparación con la experiencia en Honduras, Nicaragua y El Salvador después
de Mitch sugiere que gente valerosa y buena que hacían lo posible en Nueva
Orleans fue decepcionada por sus autoridades municipales y por conciudadanos
acaudalados así como por el gobierno nacional. Las mejores reacciones humanas no
pueden compensar un proceso democrático abstracto, carente de significado real y
la ausencia de una cultura política que fomente la solidaridad colectiva. Al
contrario, el sistema político de EE.UU. impulsa abiertamente la guerra de
clases y raza a través de su régimen tributario y sus políticas de justicia
penal.
"Bipartidario" es un mal apodo en este contexto. Ese fracaso forma parte
integral del engañoso truco del monopartido neoliberal que el pueblo de EE.UU.
se ha tragado durante decenios. Hasta la semana pasada la plutocracia
monopartidista que es Estados Unidos tuvo una política "bipartidaria" de
financiamiento de la ocupación ilegal de Palestina por Israel y de invadir
Afganistán e Irak, mientras abandonaba a Louisiana y Mississippi a la merced de
los huracanes. Las decenas de miles de personas abandonadas y desatendidas
durante una semana constituyen una recusación condenatoria de un sistema
político de partido único sobornado por gigantescas corporaciones e intereses
extranjeros.
El descomunal presupuesto militar de EE.UU. es financiado sobre todo gracias a
la compra china y japonesa de deudas del gobierno de EE.UU. EE.UU. no puede
pagarse la vida. Funciona como una especie de súpermacho asesino a sueldo por
cuenta de una elite corporativa global. Los catastróficos cortes de corriente
que afectaron al noreste de Estados Unidos y el sudeste de Canadá hace un par de
años ya mostraron que la inversión en la infraestructura de EE.UU. se encuentra
en crisis. Katrina volvió a mostrarlo. Pero la elite plutócrata de EE.UU. sigue
luchando con todas sus fuerzas contra un cambio de política.
Las secuelas de Katrina – bienestar corporativo, cambio cosmético.
No son sólo Bush, Cheney, Rumsfeld, Rice y los intereses corporativos que
representan los que se benefician enormemente con desastres como Katrina y los
precios en pleno aumento del combustible. Muchos demócratas con participación en
el gran negocio del petróleo también se beneficiarán. Incesantes aumentos en el
precio de mercado del petróleo son exacerbados por la acción militar "bipartidaria"
en Irak y las amenazas contra Irán.
El que la camarilla "bipartidaria" no haya protegido la infraestructura
portuaria y de las comunicaciones de Nueva Orleans hará subir aún más los
precios del petróleo. Para sumarse al cerdo-que-cae-del-cielo corporativo, ya se
informa que se ha asignado a los compinches corporativos de Cheney en
Halliburton trabajo de reconstrucción del puerto en Nueva Orleans. Sin duda los
carnívoros corporativos vinculados a los demócratas recibirán su parte inflada
de la carcasa de Louisiana.
A mediano plazo, Katrina podrá o no significar algún tipo de hito si una mayoría
en EE.UU. termina por despertar ante la delincuencia de sus clases gobernantes e
intenta detener su decadencia como sociedad. Es poco probable que algo positivo
ocurra de inmediato. El régimen Bush exagerará cualquier culpa que pueda asignar
razonablemente a las autoridades estatales y municipales. Los demócratas
ayudarán a ocultar los fracasos del sistema. Los medios corporativos ayudarán al
Congreso a presentar un impresionante teatro de indignación e investigación. El
régimen Bush trabajará rápido para subir la apuesta inicial con aún más
aventuras imperiales en el extranjero en Irán o en Venezuela.
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Toni Solo es un activista basado en Centroamérica - contactos vía: