Internacional
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El gigantesco escándalo de las cárceles secretas de la CIA
Maestros de la tortura
Viacheslav Titiokin
Sovietskaya Rossia
Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S.Comín
En Europa Occidental y los EE.UU. no cesa el escándalo desatado en torno a
las cárceles secretas de la CIA.
Por lo visto los honorables agentes de la CIA se sienten incómodos torturando en
Estados Unidos. La ley y su humanismo innato se lo impiden. Por eso trasladan a
los prisioneros a cámaras de tortura en el extranjero, donde les sacan lo que
necesitan saber con ayuda de tenazas y psicotrópicos.
El negocio este, desde luego no es nuevo, sólo que esta vez ha terminado
convirtiéndose en un escándalo.
Todo comenzó con la publicación de un artículo en el "Washington Post", en el
que se aseguraba que la CIA posee cárceles secretas en al menos dos países de la
Europa del Este.
La sorprendida Europa Occidental volvió rápidamente la mirada hacia sus
"hermanos pequeños" en el Este, exigiendo con firmeza una respuesta. Pero veamos
antes la repercusión de la noticia en los propios Estados Unidos.
Pensar que el "Washington Post" se hubiese convertido de repente en portavoz de
los defensores de los valores morales sería demasiado ingenuo.
Esta publicación según parece, es una de las manifestaciones de la lucha entre
bastidores que se ha endurecido en la élite de los EE.UU, cuando el fiasco en
Irak comienza a adquirir visos de catástrofe.
Es cuando menos significativo que los líderes de los EE.UU estén ahora más
preocupados en buscar a los culpables de esta fuga de información, que por el
hecho mismo de la denuncia (las actividades de la CIA, claramente contrarias al
derecho internacional).
Los representantes gubernamentales estadounidenses comentan lo sucedido de
pasada, mientras se muestran muy activos en la búsqueda de aquellos que han
aireado los trapos sucios.
Presionados por Europa Occidental, (este tema fue tratado recientemente en el
encuentro mantenido por el nuevo representante de exteriores de la RFA,
W.F.Steinmaier, con la Secretaria de Estado, C.Rice), los gobernantes
estadounidenses comienzan a reconocer, de mala gana, que algún que otro
pecadillo tienen que expiar.
De momento no se ofrecen más detalles.
La verdad, es que todo parece bastante claro. El que Washington no niegue la
existencia de las cárceles secretas de la CIA, demuestra que esta práctica
vergonzosa realmente se ha estado produciendo.
Lo que no se acaba de entender es la supuesta reacción de sorpresa de Europa
Occidental.
La gloriosa y valerosa CIA, que nos muestran en las películas de Hollywood,
lleva muchas décadas cometiendo todo tipo de "hazañas" sangrientas. ¿Acaso
Pinochet hizo desaparecer a cientos de comunistas sin que sus amigos
estadounidenses tuvieran conocimiento de ello? ¿Y la Contra nicaragüense? ¿No
fue con armas recibidas de la CIA, con las que asesinó a miles de campesinos?
¿No fueron mercenarios de la CIA los que volaron en pleno vuelo sobre el océano,
un avión cubano con decenas de pasajeros a mediados de los 70?
El gobierno estadounidense sigue negándose a extraditar a Venezuela a uno de
estos mercenarios, el terrorista internacional, P.Carriles.
Hay cientos de ejemplos como estos. Pero como todo sucedía en América Latina, a
la que hasta no hace mucho se consideraba el "patio trasero" de los EE.UU.,
nadie parecía extrañarse. Era lo normal.
La "Agencia" ha derramado suficiente sangre en Latinoamérica y Asia, como para
llenar un lago de tamaño mediano.
Solo en Vietnam, en el transcurso del programa "Fénix" (programa para el
exterminio de dirigentes y activistas del movimiento de liberación) la CIA
eliminó a más de 20 mil personas.
¿De qué se asusta entonces Europa Occidental?
Pues de que las cárceles secretas de la CIA no han aparecido en Asia, África o
América latina, sino en sus propias narices, concretamente en Kosovo.
La alianza de los "narcobarones" albaneses (a los que luego presentaron como
"luchadores por la libertad") con los servicios secretos occidentales se conoce
desde hace tiempo.
La CIA y el Pentágono, así como los servicios de inteligencia británicos y
alemanes, llevaron al poder en Kosovo a la mafia albanesa. Ahora estos les están
devolviendo el favor.
Cierto que la CIA no les ha confiado a ellos la custodia de los prisioneros
(demasiado sanguinarios). Por eso mantenían a sus víctimas en la base de "Bondstil".
Kosovo es un tumor cancerígeno en el cuerpo de Europa, creado por los mismos
europeos y al que no pueden controlar.
El auténtico shock vino al saberse que las cárceles secretas de la CIA se
encontraban en países de Europa Oriental, que ya han sido aceptados en la
respetable Unión Europea, o están en proceso de serlo: Polonia, Rumanía y puede
que también Bulgaria.
Los prisioneros de la CIA fueron transportados en aviones pertenecientes a la
"Agencia".
Asombra la dimensión de la operación.
Según han denunciado, solo del Reino Unido habrían salido 200 personas,
sospechosas de estar relacionadas con el terrorismo internacional.
En Alemania, según datos de la prensa germana, se habrían registrado en los
últimos años, 80 de estos vuelos.
Las informaciones de aterrizajes y despegues de estos extraños aviones se
investigan en una serie de países, incluyendo España, Suiza y Noruega.
Los dirigentes de la Unión Europea han amenazado con la expulsión a aquellos
países, que permiten a los EE.UU. ejecutar sus sucias operaciones en su
territorio. Por eso el asustado presidente polaco (al que todos acusan) el señor
Kwasnievsky, actualmente vive ocupado en negar todas las acusaciones. Claro, que
tiene muy poco crédito.
En la prensa aparecen datos bastante concretos de los lugares donde la CIA
podría tener a sus victimas en Polonia.
La indignación de los europeos, no se debe sólo a la utilización del territorio
del continente para asuntos tan turbios, sino también al vasallaje de Europa
Oriental hacia los Estados Unidos.
La misma Polonia se ha convertido en un bufón servicial de los EE.UU., dispuesto
a todo con tal de contentar a su amo: desde el envío de miles de sus soldados a
Irak, hasta la esperada aceptación del despliegue en territorio polaco de
sistemas antimisiles de los EE.UU.
Minucias como el ofrecimiento de albergar cárceles secretas, no deberían pues
asombrarnos.
Lo que no deja de sorprendernos, son las gigantescas reservas de hipocresía de
las que hacen gala nuestros vecinos de la Europa del Este y sus amigos en Rusia.
Llevamos ya 15 años oyendo la misma canción machacona sobre los "crímenes del
KGB". Sin la más mínima prueba, dicho sea de paso.
Pero mira tú por donde, resulta que los "más democráticos" países del mundo, los
gobiernos de Europa Oriental, que siguen gimoteando por los "crímenes del
comunismo", están implicados en la creación de cámaras de tortura secretas.
Aún estamos a la espera de oír una mínima palabra de condena de boca de los
abnegados defensores de todos los oprimidos, los señores Pozner y Svanidze
(famosos presentadores de la televisión rusa. N de la T).
Este sucio asunto demuestra una vez más que no hay que hacerse ilusiones con la
respetabilidad de los socios estadounidenses.
Estos muchachos sonrientes, siempre tienen cerca mazmorras secretas y maestros
en el arte de la tortura.
Por lo que parece, el escándalo todavía va a dar mucho que hablar.
La opinión pública internacional tiene derecho a saber qué ha sido de la gente
que pasó por esas cárceles secretas en Polonia y Rumanía y que se supone fueron
torturados. La CIA no acostumbra a dejar testigos.
¿No podría ser que en el territorio de los países citados, hubiese además
masivos enterramientos secretos de las víctimas de la CIA?