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Internacional

Se espera la llegada de 10 mil activistas para la cumbre del 13 al 18 en Hong Kong

REUTERS, AFP Y DPA

La primera protesta contra la OMC reunió a 3 mil personas
Miembros de ONG de Filipinas fueron retenidos en el aeropuerto local; otros activistas informaron sobre problemas con las visas y a varios más los hoteles les cancelaron reservaciones
REUTERS, AFP Y DPA

Manifestantes de varias ONG participaron en la protesta contra la OMC que se realizó en Hong Kong ayer, dos días antes de que empiece la reunión ministerial de los 149 países miembros FOTO Reuters
Hong Kong, 11 de diciembre. Al menos 3 mil personas realizaron este domingo la primera manifestación contra la Organización Mundial de Comercio (OMC) previo a la reunión ministerial de los 149 países miembros que comenzará el martes.
Durante el encuentro del 13 al 18 de diciembre se espera que unos 10 mil activistas arriben en esta ciudad para oponerse a las negociaciones sobre comercio global.
El secretario general del sindicato español Unión General de Trabajadores (UGT, izquierda), Cándido Méndez, declaró que la marcha ''es un clamor para que la OMC tenga en cuenta el trabajo con derecho, el trabajo decente y las necesidades de los países en desarrollo''.
Méndez abogó porque la OMC incorpore las normas fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en las reglas generales para el comercio, a fin de ''no dejar reducido el proceso de globalización al negocio, sino vincularlo al desarrollo de los pueblos''.
Los partidarios de las negociaciones dicen que un acuerdo sobre comercio podría generar miles de millones de dólares en beneficios y posiblemente sacaría a millones de la pobreza, pero muchos detractores alegan que beneficiaría a las naciones más ricas a expensas de los países en vías de desarrollo.
''Nos sentimos muy frustrados con las empresas multinacionales'', dijo a su vez Kenzo Sasaki, propietario de una granja lechera con 20 vacas en el norte de Tokio, que encabeza un grupo de granjeros japoneses que visten ropa de samurai. ''Nuestro principal mensaje es por la soberanía de los alimentos. La OMC es basura'', declaró.
Los manifestantes estarán atentos a cualquier movimiento o iniciativa de la cumbre, y entre ellos habrá mil 500 trabajadores surcoreanos, estudiantes y granjeros, considerados los mayores activistas antiglobalización en Asia.
Preocupada por evitar que se repitan los acontecimientos violentos de anteriores reuniones sobre comercio en Cancún y en Seattle, la policía estableció patrullas cerca del Centro de Convenciones de Hong Kong, el escenario de la cumbre frente al famoso puerto de la ciudad.
Cuadrillas de trabajadores han pegado las piedras del pavimento que estaban sueltas en la zona, y han soldado las rejillas de las alcantarillas para impedir que los manifestantes las utilicen como proyectiles. Los pasos peatonales elevados han sido cubiertos con mallas para que no se pueda arrojar nada desde ellos.
Varios miembros de organizaciones no gubernamentales de Filipinas fueron retenidos en el aeropuerto local la semana pasada, lo que consideraron una forma de hostigamiento. Otros han informado sobre problemas con las visas, y algunos dicen que los hoteles han cancelado sus reservaciones porque consideraban radicales a sus futuros clientes.
Las protestas en la cumbre de la OMC en Seattle en 1999 acabaron en caos; los manifestantes rompieron ventanas y arrojaron piedras a la policía. En Cancún, donde la OMC se reunió en 2003, un granjero surcoreano se suicidó en señal de protesta.
Las conversaciones de la OMC pueden ser decisivas. Dos de las tres últimas conferencias acabaron en fracaso y un nuevo revés podría ser fatal para las posibilidades de negociar un nuevo tratado en 2006, que tendría como objetivo eliminar las barreras para el comercio mundial.
Hong Kong no será un éxito, prevé Amorim
Brasil, líder del Grupo de los 20, que exige a las naciones desarrolladas una apertura de los mercados agrícolas, cree que la asamblea de la OMC no dará resultados para el esfuerzo de liberalizar el comercio mundial.
El canciller Celso Amorim fue tajante al señalar que ''Hong Kong no será un éxito. Hay más que un reconocimiento, hay una certeza de que en Hong Kong no haremos el trabajo que esperamos. La Unión Europea dice que ya no tiene más capacidad de movimiento, y si esto es verdad, nadie más se va a mover en las cosas esenciales''.
Los grandes exportadores de productos agrícolas, como Brasil, reclaman a la UE que mejore su oferta de desmantelar los aranceles agrícolas entre 35 y 60 por ciento.
Los europeos no están dispuestos a hacer más concesiones si los países emergentes no abren más el mercado de servicios y productos industriales a la competencia externa.
En una entrevista que publica el diario O Globo, Amorim señaló que los países emergentes están dispuestos a hacer concesiones, pero señaló que las naciones desarrolladas son las que deben sacrificarse más.
''Estamos dispuestos a hacer un gesto en productos industriales, pero condicionado y limitado por el gesto que los países desarrollados puedan hacer en materia de productos agrícolas'', afirmó. ''Que no nos vengan con juegos estadísticos como en el pasado. La locomotora es la agricultura y el motor de arranque en este momento es el acceso a los mercados. Sin eso, el resto no marcha'', agregó.
Pese a todo, el diplomático aseguró que no descarta la posibilidad de que las negociaciones de la Ronda de Doha concluyan en forma exitosa en 2006, siempre y cuando haya disposición política de remover las trabas que han estancado las conversaciones. ''Creo que es posible cumplir el plazo. Sólo que eso depende de un impulso político'', afirmó Amorim.
La semana anterior, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, propuso al estadunidense George W. Bush un encuentro en enero para abordar el asunto.
''Si hay una reunión en enero, cuando muchos jefes de Estado se irán a Davos, Suiza, en el Foro Económico Mundial, con la presencia de los países desarrollados y del G-20, hasta marzo o abril lograremos hacer lo que debería haber sido hecho en Doha'', sostuvo el canciller, quien admitió que las negociaciones no pueden fracasar, pero tampoco ''podemos alcanzar un mal acuerdo''.