Internacional
|
Su acto de desobediencia civil en 1955 rompió el esquema legal
de la segregación
David brooks
Ficha policiaca de Rosa Parks en Montgomery, Alabama, luego de su acto de
desobediencia civil al subir a un autobús y negarse a pasar a la parte trasera,
donde viajaban los pasajeros negros FOTO Ap
Nueva York, 25 de octubre. Gracias, miss Rosa/Tú fuiste la chispa/Que hizo
estallar nuestro movimiento de liberación/Gracias, miss Rosa Parks.
Así celebraban los Neville Brothers -legendario conjunto de Nueva Orleáns- en su
canción a la "madre del movimiento de derechos civiles" de Estados Unidos quien
murió ayer a los 92 años de edad.
Un solo acto de desobediencia civil de esta costurera hace justo medio siglo es
celebrado como el momento en que nació el movimiento nacional de derechos
civiles de los afroestadunidenses. El primero de diciembre de 1955 en Montgomery,
Alabama, donde como en todo el sur del país las leyes institucionalizaban la
segregación racial en todos los ámbitos públicos -transporte, hoteles,
restaurantes, escuelas- Parks abordó un autobús público y se sentó en una
asiento para blancos. Cuando el chofer le ordenó pasar atrás, a la sección de
negros, se negó.
Fue arrestada, procesada, y obligada a pagar una multa. Poco después, en
respuesta, 50 mil afroestadunidenses en Montgomery realizaron un boicot a los
autobuses públicos durante 381 días. Entre los organizadores del acto de
resistencia estaba un ministro bautista poco conocido de 26 años de edad: el
reverendo Martín Luther King, Jr.
En comentarios hechos en 1992, Parks recordó: "en ese tiempo que fui arrestada,
no tenía ni idea que se volvería en esto. Fue un día como cualquiera. Lo único
que lo hizo significativo fue que las masas de gente se unieron". Pero fue ese
acto el que marcó el nacimiento del movimiento nacional de derechos civiles.
Activista capacitada
Parks no era una mujer cualquiera. En ese tiempo era secretaria de la sección
local de la organización nacional de derechos civiles NAACP. Hija de una maestra
y un carpintero, tenía 42 años de edad cuando realizó su acto de desobediencia.
Fue capacitada en Highlander Center, centro de estudios, cultura popular y
estrategia de movimientos laborales y comunitarios en el sur fundado por Myles
Horton, quien años después colaboró con Paulo Freire en varios proyectos y un
libro sobre pedagogía popular. Highlander fue un centro de capacitación de
organizadores en varios de los movimientos populares del sur desde los años 30,
y hoy continúa capacitando a líderes comunitarios, incluyendo a nuevos
inmigrantes mexicanos en el sur.
Durante un tiempo otorgaba un premio anual de reconocimiento a líderes populares
en nombre de su fundador. El primer galardonado fue Freire, y poco después,
Marco Rascón fue premiado con el "Myles Horton Chair". Poco más tarde,
Superbarrio y Rascón ofrecieron presentaciones en talleres organizados por
Highlander.
Tampoco Parks fue la primera en cometer este acto de resistencia. Por lo menos
otras dos mujeres, por separado, hicieron lo mismo meses atrás, entre ellas una
joven de 15 años, ambas fueron arrestadas. Pero los organizadores decidieron no
usar esos casos por varias razones. Con Parks, quien era una mujer de familia
impecable, maestra en la escuela de una iglesia, y respetada por toda la
comunidad negra, los líderes activistas decidieron que era el momento.
Con el boicot en Montgomery estalló el movimiento nacional que no sólo rompió el
esquema legal de la segregación, sino que se convirtió en un movimiento que
nutriría a otros, entre ellos el movimiento contra la guerra en Vietnam, el de
derechos civiles chicano, luchas sindicales y más.
Pero, como recordó el historiador Howard Zinn en una entrevista con La
Jornada hace un par de años, el hecho es que el acto de Parks no fue aislado
sino parte de una serie de acciones de desobediencia civil que estaban
ocurriendo, algunas coordinadas, otras espontáneas, en varios puntos del sur y
que nadie podría pronosticar que en una coyuntura política conservadora (el
Estados Unidos de los años 50, el macartismo, la represión contra organizaciones
izquierdistas etc.) surgiría un movimiento nacional de proporciones históricas.
Parks, por amenazas y hostigamiento, y con pocas oportunidades para obtener
empleo después de su acción, decidió salir del sur con su esposo y en 1957 se
fueron a vivir a Detroit. Continuó participando en esfuerzos de defensa de los
derechos civiles, trabajó como asesora del representante federal John Conyers
entre 1965 hasta jubilarse en 1988, y siguió trabajando en proyectos para
capacitar líderes jóvenes afroestadunidenses.
Murió anoche en su casa después de más de 10 años de mala salud. Hoy varios
dirigentes sociales y figuras políticas expresaron su pesar, desde veteranos de
la lucha por los derechos civiles como el representante federal John L. Lewis,
el senador Edward Kennedy, el representante Conyers, el reverendo Jesse Jackson,
el arzobispo de Detroit Adam Maida, el alcalde de Los Angeles Antonio
Villaraigosa, entre decenas más.
El presidente George W. Bush comentó hoy que el país honra la memoria de "una de
las mujeres más inspiradores del siglo XXI, Rosa Parks" y habló de cómo esta
"humilde costurera" (sin mencionar que era una activista capacitada) se enfrentó
a la injusticia en un "acto de valentía personal que movió a millones". Sin
embargo, rehusó ordenar algún día conmemorativo o bajar las banderas a media
asta. Poco después, amenazó a Siria.
Aunque casi todos saben quién es Parks, la historia del movimiento es víctima,
cada vez más, de la enfermedad más grave de este país: la amnesia histórica. Sin
embargo, en centros como Highlander y en organizaciones que ahora defienden
derechos civiles y laborales por varios puntos del sur, se están escribiendo
nuevas historias, pero esta vez son bilingües, con mexicanos y centroamericanos
encabezando varias de estas luchas por la dignidad humana. La próxima Rosa Parks
probablemente hablará español, y se encontrará con su antecesora histórica en
varias esquinas de este país.