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Más de un centenar de presos han muerto desde 2002 en centros de detención de EEUU
Gara
Human Rights First denunció que, desde 2002, más de cien presos han fallecido en
centros de detención de Estados Unidos, y subraya la negligencia con la que han
actuado las autoridades militares. La ONG estadounidense, con sede en Nueva York
y Washington, califica de «extremadamente inadecuado y dañino» el método de
investigación, y resalta que ni siquiera han tomado declaración a testigos clave
ni recopilado pruebas
Más de cien prisioneros han muerto en centros de detención de Estados Unidos
desde 2002, según afirmó ayer la organización estadounidense no gubernamental
Human Rights First, que adelantó un informe que será publicado próximamente en
el que se incluyen 27 casos que el Ejército ya ha identificado como homicidios,
supuestos o confirmados, y al menos otros siete en los que los presos fueron
torturados hasta la muerte. Buena parte de los casos incluidos en el informe
ocurrieron en Irak, en los centros de detención de Mosul, Tirkrit y Abu Ghraib,
entre otros.
Esta información llega a pocos días de la reunión que la próxima semana
realizará una Comisión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes para
debatir la conveniencia o no de incluir en el proyecto de ley sobre
«interrogatorio militar» de Estados Unidos una enmienda recientemente aprobada
por el Senado que prohíbe las torturas y los malos tratos a prisioneros de
guerra.
Human Rights First, fundada en 1978 y con sede en Nueva York y Washington,
resalta que la muerte de decenas de presos bajo custodia del Ejército revela un
«método de investigación extremadamente inadecuado y dañino» sobre estos
fallecimientos en prisión. A modo de ejemplo, expone que las autoridades
militares ni siquiera han tomado declaración a testigos clave sobre estas
muertes y tampoco han recopilado y mantenido pruebas que pudieran ser utilizadas
en un juicio. Además, tal y como destaca, las investigaciones criminales y
administrativas llevadas a cabo por el Ejército se han interferido unas a otras
y han comprometido la búsqueda de los responsables de estas muertes.
Por otra parte, los comandantes militares no han informado adecuadamente sobre
las muertes de presos bajo su responsabilidad y sólo han comunicado estos
fallecimientos varios días o incluso semanas después de que ocurrieran, en
muchos casos únicamente después de que el caso transcendiese a la opinión
pública. La ONG también acusa a los comandantes de interferir en las
investigaciones.
El pasado 5 de octubre, el Senado aprobó con 90 votos a favor y 9 en contra una
enmienda presentada por el senador John McCain y otros congresistas republicanos
para que «el Manual sobre Inteligencia en Campañas del Ejército» sea de
aplicación obligatoria en todos los casos de custodia militar.
Esta enmienda refuerza la prohibición de los tratos crueles, inhumanos y
degradantes a los prisioneros. El Gobierno estadounidense dijo que el Manual «no
es obligatorio para las agencias de Inteligencia o para las acciones de Estados
Unidos en el extranjero».
El propio presidente George W. Bush amenazó con vetar esta enmienda del Senado.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, llegó a decir que este cambio,
prohibir a los soldados «inflingir un trato cruel, inhumano o degradante» a los
detenidos, «limitaría la capacidad del presidente como comandante en jefe para
llevar a cabo de forma efectiva su guerra contra el terrorismo».
Cabe recordar que, desde hace cuatro años, EEUU mantiene a más 500 personas
presas en el campo de concentración de Guantánamo. En febrero, una juez federal
declaró ilegales estas detenciones e inconstitucionales los procedimientos
legales empleados por el Gobierno. En abril, los presos de Guantánamo comenzaron
una huelga de hambre indefinida en protesta por las brutales condiciones de vida
y su detención indefinida. EEUU también tiene centros de detención en
Afganistán, en la isla del Pacífico Diego García y en barcos.