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Internacional

George Cerebro Bush

Ramiro Meneses
Rebelión

George Bush, emperador de gringolandia, resulta tan patético como Cerebro, el ratón del cómic televisivo producido por Steven Spielberg. Ambos padecen de un instinto megalómano que linda con el ridículo. Sendos personajes sueñan con dominar el mundo y no dejan pasar oportunidad para llevar a cabo sus fantasías imperiales. La diferencia: Bush es un personaje real, Cerebro lo es de ficción. Las fantasías de éste nos provocan risa, las de Bush, espanto, pavor, terror, pues sus desmesuras de ególatra implican la invasión y destrucción de países y ciudades y la muerte de centenares de miles de personas, entre ancianos, mujeres y niños inocentes, como ocurre actualmente en Irak, donde las tropas de ocupación norteamericanas y británicas están cometiendo el más deleznable genocidio en nombre de la barbarie civilizada. George W. Bush es una mimetización de Cerebro.
Pinky es otro ratón, es el escudero de Cerebro. Éste lo trata, mejor dicho, lo maltrata a cada rato sin misericordia, pues Pinky es una especie de tarado que todo lo embrolla, todo lo hace mal; él admira a Cerebro, le sigue la corriente, lo apoya en sus descocados proyectos, pero a la final resulta responsable del fracaso de los mismos, sin embargo, a pesar de ellos, Cerebro sigue con él, pues parece que es incapaz de encontrar a alguien más que lo secunde con tanta lealtad en sus locuras como lo hace Pinky.
Álvaro Uribe Vélez es presidente de Colombia, bueno digamos más bien que es una especie de Procónsul del gobierno terrorista de Cerebro Bush en territorio colombiano. Pinky Uribe secunda a Cerebro Bush en sus planes de intervención terrorista; y Pinky Uribe, no importa si mete o no la pata, ha demostrado suficientemente hasta donde está dispuesto a masacrar a sus coterráneos colombianos o malograr a sus vecinos de Venezuela o de Panamá o de Ecuador con tal de demostrar su lealtad y apego a los ideales mesiánicos de su amo norteño. No le importa si Cerebro Bush lo trata como a un tarado o un estúpido. Él sigue siendo fiel como un perrito faldero.
Cerebro Bush ha dicho en su discurso de proclamación como emperador que no descansará en su lucha por imponer la libertad en el mundo entero. Algunos lo han tildado de cínico e hipócrita. Se equivocan, él es consecuente con su prédica y está dispuesto a diezmar a medio planeta con tal de que la libertad afinque su señorío en cada rincón de la Tierra. Libertad de las corporaciones trasnacionales para privatizar el agua, los bosques, la selva, el aire, el amor, la solidaridad; libertad de ellas para explotar y saquear los recursos humanos y materiales de las naciones pobres. Libertad para que los norteamericanos impongan su cultura de hamburguesas y hot-dogs y su estilo de vida consumista y violento de cow-boys a todos los habitantes del planeta. Esa es su visión de libertad. Libertad para que el imperio yanky pueda hacer lo que le dé la gana: desconocer a las Naciones Unidas, violar el derecho Internacional, desconocer las Convenciones de Ginebra y cuanto protocolo exista.

Cerebro Bush cuenta con una gran aliada en su sublime aventura imperialista. Es una señora cuyos tatarabuelos fueron arrancados un mal día de su amada tierra africana por los tatarabuelos de Cerebro Bush, quienes los esclavizaron y obligaron a servirles cual animales en sus haciendas, en sus minas o en sus mansiones. Ella tiene un nombre muy difícil de escribir. Creo que se escribe CondónLeesA Rice o CondoLeechSa Rice, no estoy seguro, pero no importa y no quiero que nadie me corrija, pues de nada serviría. Llámese como se llame dicha señora, ella es y seguirá siendo brutalmente agresiva, como Elvira, que confunde amor y mimos con estrujos crueles y violentos.
Cerebro Bush y CondónLeesA Rice forman una pareja explosiva, muy peligrosa. Quizás tan brutal y violenta como la que formaron Nerón y Agripina en aquellos días nefastos del otro imperio, o quizás peor. (Yo me pregunto si Cerebro Bush terminará incendiando Washington, como Nerón hizo con Roma, estoy persuadido de su participación en el derribo de las Torres Gemelas de Nueva York). Ellos han declarado muy belicosamente en contra del gobierno legítimo, democrático y constitucional del Presidente Hugo Chávez Frías y han cuestionado nuestro proyecto bolivariano por nacionalista y antiimperialista. No tengo dudas: ellos pretenden arreglar cuentas con la resistencia iraquí, o sea aniquilarla -cosa que no creo posible- para luego lanzarse, como aves de rapiña que son, sobre nuestra patria, para asegurar la explotación y saqueo de nuestras inmensas riquezas energéticas, de agua y de biodiversidad, pero les auguro un fatal tropiezo, como el que sufrió con nosotros el imperio español en el siglo XIX, cuando con Simón Bolívar a la cabeza cavamos su fosa y le dimos definitiva sepultura.
Cada día crece en el mundo el número de personas que odian a Cerebro Bush. Yo era uno de ellos. Ahora más bien le tengo lástima. Sí, lástima, porque estoy persuadido de que es un pobre ser que vive desesperado, porque él ha vivido desde niño inducido a competir y vivir en pos del éxito, de la gloria, y tuvo que pasar por un período muy deprimente de consumo de alcohol y drogas porque llegó a creer que era un bueno para nada, hasta que encontró la ruta de la trampa y del fraude y se convirtió en un hombre exitoso al estilo norteamericano y llegó a coronarse emperador de los EEUU y ser el tahúr más poderoso del mundo; pero este pobre ser humano que es Cerebro Bush sabe perfectamente que la posteridad lo recordará tal como hoy se recuerda a Nerón o a Hitler, con desprecio, porque encarnan las pasiones más bajas y abominables, lo que más aborrece la progenie humana. Él no puede escapar a ese veredicto inapelable de la historia, y por eso sufre, pero no puede escapar a la cond ena que ya tiene sobre sí.
Lástima también me dan los súbditos norteamericanos de Cerebro Bush, porque tener a un demente como gobernante es de por sí lamentable, pero además dan lástima porque forman una sociedad que cada día se hunde aún más en sus miserias morales y espirituales. Son una sociedad enferma, terriblemente temerosa, con un miedo rayano en la paranoia. Y ese miedo los induce a vivir en la violencia, en la sospecha y el recelo hacia el otro; viven estresados, consumiendo drogas, comprando armas. No pueden confiar en nada ni en nadie. Si se produce un apagón de 45 minutos entran en pánico. Aquí en mi país, en mi pequeña ciudad tercermundista de El Tigre, aquí puede darse un apagón de muchas horas, y uno lo que hace es arrecharse o quejarse, o tomarlo para inventar chistes, pero no caemos en el miedo.
Pero que no se equivoquen ni Cerebro Bush, ni CondoLeechSa Rice, ni Pinky Uribe ni ningún estadounidense bushadicto, no crean que por inspirarnos lástima, nos vamos a quedar con los brazos cruzados si intentan alguna agresión contra la patria de Bolívar, ni lo sueñen; aquí decimos como el gran Rubén Darío en su poema dedicado a Roosevelt: "Tened cuidado. ˇVive la América Española!/ Hay mil cachorros sueltos del León Español./ Se necesitaría, Roosevelt, ser por Dios mismo,/ el Riflero terrible y el fuerte Cazador,/ para poder tenernos en vuestras férreas garras./ Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ˇDios!"

(0283-2313479 o
menesesramiro@latinmail.com)

Ramiro Meneses (Venezuela) es profesor de Lengua y Literatura. Fundador del Comando de Defensa de la Revolución. Director de "Correo del Sur", periódico alternativo para leer, pensar, reflexionar y actuar revolucionariamente.