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Europa



Turquía: Solidaridad desde el País Valencia

 


La izquierda turca mayoritariamente estaba en prisión, el silencio era la nota predominante en Turquía. Entonces desde dentro de las cárceles se planteó la desobediencia y la lucha de clases ahí mismo, mantener la resistencia dentro para trasladar la esperanza a quienes estaban fuera.

Entrevista con Bahar Kimyongür, miembro del DHKC


Es la primera vez que la voz de los presos políticos turcos se oye en el País Valencia, que se organizan actividades públicas para denunciar su situación en las cárceles, que se explica qué son los centros de exterminio de tipo F instaurados en el año 2000, que compartimos cháchara con los compañeros del DHKC (Frente Revolucionario de Liberación del Pueblo). Especialmente, la primera vez que hacemos una entrevista manejando (mal) idiomas, por eso, cualquier errata se debe a los entrevistadores y entrevistadoras del Escamot Forat y no al compañero Bahar Kimyongür, miembro de la Sección de Internacional del DHKC y, hombre generoso que nos ha ayudado a abrir una puerta en las celdas de aislamiento en las que están confinados los compañeros revolucionarios y las compañeras revolucionarias de Turquía.
Escamot Forat (E.F.)- ¿Morir de hambre para no morir en soledad?
Bahar Kimyongür (B.K.)- Puede parecer extremo, pero es una cuestión básica que se está discutiendo, poder vivir en colectividad y no morir en soledad. Habría que remontarse a los dos golpes de estado en Turquía, especialmente al del 12.09.80 con 650.000 presos, 98.000 acusados de pertenencia a organizaciones clandestinas, 150.000 exiliados, 49 militantes muertos ahorcados, 171 detenidos asesinados oficialmente por la tortura, más de 300 militantes asesinados por otros medios… La izquierda turca mayoritariamente estaba en prisión, el silencio era la nota predominante en Turquía. Entonces desde dentro de las cárceles se planteó la desobediencia y la lucha de clases ahí mismo, mantener la resistencia dentro para trasladar la esperanza a quienes estaban fuera. Con el manual de reinserción de la C.I.A. se intentó someter la volu ntad de los presos, privarles de su dignidad como seres humanos dentro del encarcelamiento y frente a todas esas medidas, los presos iniciaron una huelga de hambre que duró 75 días, costó 4 muertos y finalmente se logró la primera victoria. En los años 90 los prisioneros turcos tenían más derechos que en las cárceles occidentales, eso era debido al espíritu de lucha de los presos, a su nivel de organización y de resistencia frente a las arbitrariedades que lograron ganar una serie de derechos frente a las autoridades militares y carcelarias. Con la instauración de las cárceles de tipo F todos esos derechos desaparecen de inmediato.
E.F.- ¿Qué son las cárceles de tipo F?
B.K.- No es nada nuevo, en Europa existen, en el Estado Español son los FIES. Lo único que se ha hecho es exportar el modelo a Turquía, con unas condiciones más duras que las que tenían las propias cárceles turcas, todo ello en nombre de la democracia y de la democratización de Turquía. Cárceles en las que se aísla a los presos, no sólo física sino también sensorialmente, dejándolos a merced de sus carceleros y sin posibilidades de organizarse y resistir frente a la arbitrariedad, los abusos y la tortura. Curiosamente en los medios occidentales ya no se habla de las cárceles turcas, justamente cuando en el fatídico año 2000 se instalan las cárce les tipo F y para los presos la situación no ha hecho sino empeorar. Los problemas de piel, vista, de concentración, de depresión, la aparición de tendencias suicidas fruto del aislamiento sensorial, unido a la falta de vida en colectividad los convierten en personas vulnerables en manos de sus torturadores, una muerte lenta que tiene gran interés para las autoridades de la U.E. y turcas que así no necesitan recurrir directamente a métodos más expeditivos para acabar con los revolucionarios y las revolucionarias, les basta con estos modernos centros de exterminio.
E.F.- ¿Qué ha pasado desde la instalación de las cárceles de tipo F?
B.K.- Los sectores democráticos de la sociedad turca dijeron que las nuevas cárceles eran un proyecto con el único objetivo de dividir al movimiento político que había surgido en los años 80 en las prisiones, sobre todo encaminado a romper la resistencia de los presos, hubo una centena de acciones de protesta de la sociedad civil, hasta que los presos decidieron iniciar una huelga de hambre el 28 de octubre del año 2000 que han llamado "ayuno hasta la muerte". Las autoridades iniciaron la operación que, paradójicamente llamaron "vuelta a la vida" que fue en la práctica una operación para deportar a los presos de las cárceles antiguas a las de ti po F, con intervención de los militares y con tal profusión de todo tipo de armas y violencia desmesurada sobre los huelguistas que se saldó con 28 muertos, gran número de heridos y pese al terror desatado no consiguieron romper la huelga de hambre.
E.F.- ¿Cuál es la situación de los compañeros y las compañeras en huelga de hambre?
B.K.- En estos momentos han muerto 117, con los que todavía continúan el gobierno está utilizando otro medio de coacción y de mutilación deliberada como es la medicación forzosa, prohibida por la convención médica de Tokio y de Malta, puesto que provoca en los huelguistas de hambre sometidos a dicha medicación el síndrome de Wernicke-Korsakoff
[1], este síndrome provoca daños irreversibles en el sistema nervioso central y periférico y es otra forma de tortura que se está aplicando a los presos, por ello el ministro de sanidad turco ha sido calificado como "Dr. Mengele".
Además, debido a que cada vez que muere un preso hay gran cantidad de protestas en la calle el nuevo subterfugio de las autoridades ha sido liberar a algunos presos, basado en el artículo 399 del Código Procedimiento Penal que lo prevé por 6 meses renovables y por motivos de salud, y así dividir y que se olvidara el tema. No les ha funcionado dado que los presos han continuado la huelga de hambre fuera, incluso en ocasiones con la solidaridad de gente del exterior que también se pusieron en huelga, se hicieron bien visibles en lugares públicos, algunos han muerto en el exterior y las autoridades turcas no han podido presentarse ante la U.E. como un escaparate moderno, de respeto a los derechos humanos, su escaparate tiene la mancha de los presos que luchan en el exterior. También tiene la mancha de la censura, está prohibido en cualquier publicación hacer referenci a a la huelga de hambre, ya hay algún periodista y escritor condenado a multas o incluso a prisión, es frecuente encontrar alguna página en negro en los periódicos, el "alto consejo audiovisual" compuesto por militares se encarga de censurar todo aquello que no desean.
Con todo, lo único que están pidiendo los presos es una medida tan sencilla como romper el aislamiento, volver a la socialización, poder comunicarse, son optimistas y tienen confianza en que conseguirán su objetivo, no saben cuando, no saben como, pero luchan por lograrlo.
E.F. - Vamos a hablar un poco del papel actual de los militares en Turquía.
B.K. - El ejército es todo en Turquía: es el Estado, el capital, los medios de comunicación…El holding "Renault-Turquía", creado con las cotizaciones obligatorias de los militares, les permite controlar la construcción, minería, transporte, banca, turismo, en definitiva, todos los sectores. Ese holding dirige la economía del país y su consejo de administración está compuesto por militares jubilados. Ya hablamos antes del Alto Consejo Audiovisual. Controlan también la enseñanza a través del Alto Consejo de la Educación, que nombra a los rectores y autoriza las asociaciones de estudiantes.
Por ese predominante papel, la Unión Europea interesada en hacer negocios, pone el acento en cambios estéticos en Turquía, colaborando con los gobernantes turcos para hacer desaparecer a las organizaciones revolucionarias. Tal fue el caso de la pasada operación del 1 de abril, fruto de la cual 82 personas en Turquía fueron arrestadas y serán juzgadas el próximo 25 de octubre bajo la acusación de pertenencia al ilegal DHKP-C.
Hablamos de muchas cosas más, de la doble explotación de la mujer, del derecho a la autodeterminación, del trabajo en un frente, de la cultura. Sorprendente el nivel de coincidencia y de afinidad. Tuvimos que seleccionar y aunque las palabras, seguro, no puedan expresar todo el horror y la tortura de esa muerte lenta que es el aislamiento en prisión, quisimos exponer exhaustivamente la situación de los compañeros presos y las compañeras presas y como nuestra pequeña forma de solidaridad con los revolucionarios y las revolucionarias que se resisten a renunciar a sus convicciones y reciben, por ello, la durísima represión del fascismo.



[1] El síndrome, liberados y posteriormente encarcelados, hay una larga lista. Más información en aquí (presos.com)