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Georgia: Primer aniversario de la llegada al poder de los "rosados"
P. Georgadze
En Georgia, hace poco más de un año, el poder, como resultado de la "Revolución de las rosas", cambió formalmente de manos (con mucho ruido, echaron al presidente Shevarnadze, disolvieron el recién constituido parlamento y "eligieron" a los "revolucionarios rosados").
Durante este tiempo los cambios producidos han sido para peor. Al frente de
todos los ámbitos de la administración pública del estado, se pusieron simples
aficionados, diletantes ambiciosos, que reniegan no solo de los valores
socialistas soviéticos, sino también de las costumbres nacionales georgianas,
del modo de vida y de los principios éticos, que han guiado a la etnia georgiana
a lo largo de toda la historia de su existencia. Se ha destruido y se continúa
destruyendo todo lo que se creó durante el periodo soviético en Georgia. Se han
abandonado los memoriales de los caídos durante la Segunda guerra mundial. En lo
que supone un claro menosprecio e insulto a los muertos y participantes
supervivientes de la guerra, en la capital se ha creado un memorial a los caídos
en los conflictos fraticidas de Osetia del Sur y Abjasia, con su correspondiente
llama eterna y guardia de honor permanente. Se han quemado las películas de la
época soviética, incluyendo los documentales dedicados a la Gran guerra patria,
haciendo caso omiso a las peticiones de los veteranos de que fuesen emitidos por
televisión, en homenaje al 60 aniversario de la gran victoria sobre el fascismo.
Durante este año al frente del gobierno, los ministros de las denominadas
estructuras de fuerza, han intercambiado el cargo dos o tres veces. Por ejemplo,
el actual ministro de defensa, ha tenido tiempo para ser antes fiscal general y
ministro del interior. Lo mismo podemos decir del ministro de economía, de los
gobernadores, del ministerio de administraciones públicas.
Durante esta etapa del "nuevo" gobierno, la situación económica no ha parado de
empeorar. Los precios de los productos básicos han crecido una media de 20-30%.
Por ejemplo, un kilo de carne cuesta 3-3’5 $, el queso 3-4’2 $, el pescado entre
4 y 8’8 $, el litro de gasolina 0’80$, el gasoleo 70 céntimos (datos
actualizados a enero de 2005).
Durante este año, el mínimo necesario para la subsistencia de un trabajador, ha
pasado de 117 lari a 145 (65 y 80’5 $ respectivamente). Hay que ser avezado,
para comprender y descubrir las argucias y falsedades en el manejo de la
estadística oficial, que publica el actual gobierno georgiano. Pese a la actual
incompetencia y falta de profesionalidad de la nueva dirigencia, debemos
descubrirnos ante su capacidad para falsear y decorar la situación real, para
presentarnos sus "logros" y hacernos ver todo de color de rosa. En esto si que
han superado incluso a un auténtico profesional en este terreno, como era el
presidente Shevarnadze.
En Georgia, la pensión mínima sigue siendo de 7’7 $ y el sueldo medio de 38’8$.
Prometieron al pueblo montañas de oro, y en el primer aniversario de la
"Revolución de las rosas" son incapaces de pagar a los jubilados las pensiones
que antes tenían, mientras 20 mil profesores y maestros siguen esperando cobrar
en Tbilisi, un sueldo que de media no supera los 16’5 $ al mes. El número de
parados ha crecido considerablemente. Pero antes de mencionar las cifras
totales, hay que conocer el método de adscripción como desempleado que se sigue
en Georgia.
Aquí no se considera desempleado al habitante de zona rural, ya que quien más
quien menos tiene un pequeño huerto anexo a la casa. Si además hubiese recibido
una mísera porción de tierra proveniente del Koljos liquidado, no se considerará
desempleado a ningún miembro de la familia. La población rural en Georgia, según
datos oficiales supone el 47’6 %. Incluso el habitante urbano que disponga de un
pequeño terreno en su casa de campo, no podrá inscribirse como desempleado.
Y a pesar de todo esto, el número oficial de parados en Georgia equivale al 13%
de la población activa, sin contar con que pronto serán suprimidos 50.000
puestos de funcionario.
En realidad, según expertos independientes, el paro en comparación con el 2003,
ha sufrido a comienzos del 2005 un aumento del 20%, por lo que afecta ya al 47%
de la población activa. La mayor parte de los mismos son gente con menos de 30
años.
Loe "revolucionarios rosas" tampoco han podido frenar el flujo migratorio de la
población georgiana, que sale del país como única alternativa de subsistencia.
Más bien al contrario: ha crecido la cantidad de gente que desea abandonar el
país. Es por eso que el actual gobierno divide a la población georgiana en dos
categorías: permanente y temporal. De este modo pretenden ocultar el hecho del
catastrófico descenso poblacional en el país, que ha pasado de tener 5 millones
400 mil habitantes en el 1989, a los 3 millones 89 mil personas en el 2003.
Abandona las aldeas principalmente la gente de la montaña, se cierran escuelas,
ambulatorios. Se ha reducido drásticamente la natalidad (en tres veces en
relación a 1990), aumenta la mortalidad en la misma proporción.
Durante el 2004 se contabilizó el hallazgo de 20 recién nacidos en contenedores
de basura. Oficialmente 300 niños se vendieron a EE.UU. No para de crecer el
número de niños de la calle, especialmente en Tbilisi.
La "nueva" dirigencia ha acelerado los tiempos de privatización de lo poco que
quedaba de titularidad pública. Los entes públicos que quedan no pasan de 400.
En la lista de espera quedan los puertos marítimos de Batumi y Poti…, los
ferrocarriles, la fábrica de vagones, el edificio de la filarmónica estatal…,
hasta la antigua residencia del gobierno. Como declaró el ministro de economía
georgiano:"…en Georgia todo está en venta, excepto el honor y la conciencia".
Lo cierto es que hace tiempo que el gobierno vendió el honor y la dignidad.
El actual gobierno georgiano no reconoce nada georgiano: ni siquiera que la
nación georgiana viviese en paz y buena vecindad con Armenia, Azerbaiyán, Rusia.
Mucho menos reconocen que los pueblos de Rusia, y el pueblo ruso en primer
lugar, a pesar de la política de la autocracia zarista, estuviesen de nuestro
lado y ayudasen al pueblo georgiano, permitiendo nuestra supervivencia como
nación.
Hace tiempo que la rusofobia se ha elevado al rango de política oficial del
estado, pero parece que los "revolucionarios de las rosas" la han convertido en
divisa fundamental.
Durante los primeros 20 días de septiembre, en el diario "Ajali taoba" (Nueva
generación) se publicaron 63 artículos con amplios titulares de temática
antirrusa.
El problema está en que no es solo este periódico el encargado de atizar el odio
entre los pueblos ruso y georgiano. En general, los medios georgianos parecen
competir entre si, a ver quien echa más porquería a las relaciones
ruso-georgianas.
Por ejemplo el periódico"Resonans", publica con fecha 13 de enero a toda página,
con letras bien grandes, una información de Abjasia, bajo el titular "los perros
rusos insultan el amor propio de los abjasios".
Y todo esto a pesar de los verdaderos deseos y aspiraciones de convivencia
pacífica del 93% de la población georgiana.
El actual equipo del presidente de Georgia, al que alguno ya llama Mijail
Tsunamovich, no sabe actuar de otro modo, no quiere y no puede, ya que en
Georgia hay 5 mil funcionarios que reciben un pago añadido mensual de entre 800
y 1500 $, proveniente de Soros. Así que están obligados a hacer lo que hacen.
En una palabra, el año al frente del gobierno de los actuales dirigentes, el
pueblo lo ha bautizado como el año del Tsunami, y se prepara para paliar las
consecuencias.
Un consejo para los pueblos hermanos de la antigua URSS: rehuid de revoluciones
naranjas, rosas, del vino, lináceas, o de la cereza… pues todas ellas son calco
del tsunami georgiano de las rosas.
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P.Georgadze.
Sec.Gral del CC del Partido Comunista Unificado de Georgia.