Europa |
Aznar y el Cid Campeador
Mientras era felicitado por el nacimiento de su nieto Rodrigo, el
fhürercito afirmó que durante su mandato aumentó la libertad de expresión.
J. M. Álvarez
Insurgente.org
Recientemente José María Aznar asistió a un acto, celebrado en Madrid, para
presentar la reedición de dos libros del periodista del régimen Pedro J.
Ramírez. Como es costumbre en él, hizo una entrada triunfal, jaleado por unos
300 fieles que le aplaudieron fervorosamente, como si se tratara de un emperador
que regresa a Roma, después de una campaña bélica contra los bárbaros. (moros en
su caso)
Y para que no faltara nada, también estuvo por allí el locutor de la COPE,
Federico Jiménez Losantos, un extremista, enemigo acérrimo de Cuba y Venezuela,
que oyó complacido la encendida defensa de la libertad de expresión de la que
hizo gala el Mínimo Líder. Lo que no sabemos es si, dentro del concepto que
tiene ambos sobre la libertad de expresión, puede encajar la velada amenaza que
efectuó Federico, el diablillo cojuelo, contra el diputado catalán Joan
Puigcercos, al que advirtió, desde su programa de la COPE, que
tuviera cuidado porque sabe por donde se mueve e, incluso, el bar al que acude a
tomar café.
Durante su intervención, Aznar afirmó que con el PP la libertad de opinión no
disminuyó, sino que aumentó, denunciando la existencia de escándalos en la
concesión de créditos privilegiados y en los intentos de controlar empresas,
hechos que no se investigan sino que se ocultan "intentando decir que todo el
mundo lleva barro encima". Desde luego, a estas alturas, no va a descubrirnos
que, tanto el PSOE como el PP, andan inmersos en innumerables escándalos porque,
en la bicefalia partidista que se turna en el Gobierno del país, todos son de la
misma familia y, por tanto, de igual calaña. Pero Aznar, con sus críticas, hace
bueno el dicho de "perro come carne de perro".
El antiguo falangista, y todos los suyos, no tiene barro encima, tiene toneladas
de porquería. El fhürercito parece sufrir de amnesia crónica. Basta con recordar
como siendo él presidente del Gobierno, el organismo público, llamado por
entonces Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), adjudicó las obras de la
línea del tren de alta velocidad (AVE) Madrid-Lleida a una empresa del grupo de
su amigo Berlusconi. La operación tuvo de comisionista al yernísimo, Alejandro
Agag, el cual se embolsó la bagatela de ocho mil millones de las antiguas
pesetas.
Recientemente Alejandro Agag lo ha hecho abuelo por segunda vez y, como era de
esperar, le han llovido las felicitaciones por el nacimiento de su nieto, de
nombre Rodrigo. También lo ha felicitado el miembro de su partido, y siniestro
elemento de extrema derecha, Jaime Mayor Oreja, quien cree que ese nombre se lo
han puesto en honor de Rodrigo Díaz de Vivar (el Cid Campeador) porque- afirmó
en la cadena COPE, dónde si no- que "en España hace falta un nuevo Cid
Campeador".
Con razón en una conferencia que dio Aznar en Milán, y en la que la emprendió,
de nuevo, contra los infieles musulmanes, fue interpelado por un miembro de la
Liga Árabe, que estaba presente, formándose un gran alboroto que lo dejó en el
más completo de los ridículos. Nadie debe asombrarse porque eso suceda. Estamos
hablando de un señor tan clarividente que en su día llegó a decir- en un
macarrónico inglés de tipo "yus pikinglis"- que el terrorismo de Ben Laden
comenzó a gestarse en España cuando los árabes invadieron la Península, a
principios del siglo VIII de nuestra era.
Así es la clase política española. Aznar- un ignorante fascista impresentable,
que elude su responsabilidad por el atentado del 11-M- llegó a ser presidente
del Estado español. Con Zapatero continúan las torturas, aunque ahora se
realizan con buen rollito, y por lontananza asoma la carita barbada del
monaguillo Rajoy. ¿ Habrá cambios próximos o tendremos que esperar a que el
nietísimo Rodrigo cumpla la mayoría de edad para que podamos "disfrutar" de una
nueva Reconquista que expulse a los musulmanes (inmigrantes) por segunda y
definitiva vez?