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La OTAN ha acordado desplegarse en el sur de Afganistán, donde cooperarán con la Operación antiterrorista Libertad Duradera (OEF) dirigida por Estados Unidos. En esta nueva estrategia de la ocupación se pasará de la "defensa pasiva" a los ataques autorizados. "No debe haber ninguna duda de que nuestras fuerzas tendrán el equipo y el apoyo necesarios para hacer su trabajo", declaró el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, al anunciar la aprobación del "plan operativo" en la reunión de ministros de Exteriores de la Alianza celebrada en Bruselas. La presencia de la OTAN en la invasión, traerá consigo la retirada de parte de la tropa yanqui. Al fin y al cabo son aliados.
                  Agencias/inSurGente.- La Fuerza de Asistencia a la Seguridad de Afganistán (ISAF) iniciará su despliegue al sur en la primavera, para lo que tiene previsto aumentar sus efectivos a 15.000, de los actuales 9.000, que están concentrados en la actualidad en Kabul (centro), el norte y el oeste.
                  Con ello, "la OTAN estará presente en tres cuartas partes de Afganistán" con miles de tropas más y al menos 13 unidades de reconstrucción provincial, señaló De Hoop Scheffer.
                  El plan operativo zanja las diferencias entre países como el Reino Unido y EEUU, que hubieran querido una fusión entre ambas operaciones, y los que se oponían como España, Alemania, Bélgica, Francia, Turquía y Holanda, por tratarse de misiones distintas.
                  Horas después de anunciarse la operación, el responsable de las tropas estadounidenses en Afganistán, el general Kark Eikenberry, apuntó la posibilidad de que en los próximos meses pueda reducirse el número de soldados de EEUU en ese país.
                  La presencia estadounidense en Afganistán es actualmente de unos 18.000 soldados, parte de los cuales pueden regresar a sus hogares una vez que la OTAN asuma el control de la región sur del país, dijo Eikenberry. "Con el ajuste de fuerzas puede haber una menor presencia de EEUU en esa región", precisó.
                  Para asegurar la coordinación entre ambas operaciones en el sur, el comandante de la ISAF tendrá bajo su mando a dos vicecomandantes, uno encargado de la estabilidad y el otro de la seguridad.
                  Este último tendrá un "doble mando", ya que también dirigirá las operaciones antiterroristas de las fuerzas de la coalición encabezadas por EEUU y responderá de ellas ante el comandante de la OEF, según fuentes de la OTAN.
                  El plan también tiene en cuenta la mayor peligrosidad del sur, donde operan narcotraficantes e insurgentes, y dota a la ISAF de las fuerzas, equipamientos y autoridad necesarios para hacer frente a las amenazas a su entorno inmediato y defenderse, a la vez que garantiza la evacuación urgente de heridos, según las fuentes.
                  "Ningún país aceptaría desplegarse sin estas garantías", explicaron las fuentes, que subrayaron que las tropas "no serán enviadas con las manos atadas".
                  La ISAF ya no se limitará a una "defensa pasiva" de sus "unidades de reconstrucción provincial"), sino a una "defensa activa", que puede incluir el uso de artillería y protección aérea y la entrada en acción de la infantería en casos "in extremis" (de rescate), informaron fuentes diplomáticas.
                  El plan también fija normas muy precisas en el caso de detención de sospechosos, en momentos en los que se cuestiona la política antiterrorista de EEUU.
                  Los supuestos vuelos de la CIA para trasladar a sospechosos de terrorismo a cárceles secretas en el Este de Europa han dominado la gira que efectuó esta semana a Europa la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, y que concluye en la OTAN.
                  Según el plan adoptado, las fuerzas de la OTAN podrán detener a individuos que planteen un peligro para la seguridad de su entorno inmediato por un tiempo de seis a 96 horas, aunque en este caso límite requerirán la autorización del comandante de ISAF.
                  Una vez transcurrido ese plazo, el sospechoso deberá ser liberado o entregado a las autoridades afganas y siempre que se produzca un arresto deberá notificarse a la Media Luna Roja.
                  La ISAF aumentará además su apoyo al Ejército Nacional Afgano, con la creación de equipos de enlace y asesoramiento de operaciones que acompañarán a las fuerzas afganas en sus despliegues y les proporcionarán un adiestramiento especializado.
                  La Alianza proveerá al Ejército afgano con medios para la evacuación de bajas tanto por aire como por tierra.
                  La OTAN iniciará ahora el proceso de reclutamiento de fuerzas para la operación, en la que han anunciado su participación el Reino Unido, Canadá y Holanda, aunque este último país aún requiere la luz verde del Parlamento.