Europa |
Londres se compromete a aplicar
Viernes Santo y Downing Street
De Chastelain confirma oficialmente que el IRA ha puesto todas sus armas
fuera de uso 27-9-05 El Gobierno británico se comprometió ayer a dar los pasos
necesarios para implementar la Declaración de Downing Street y el Acuerdo de
Viernes Santo, que reconocen el derecho de autodeterminación y encauzan el
proceso de paz, tras la confirmación oficial, por parte del general John de
Chastelain, de que el Ejército Republicano Irlandés ha puesto sus armas fuera de
uso de forma verificable.
DUBLIN
Era el primer día de la conferencia del Partido Laborista en Brighton y, tras la
manifestación multitudinaria que el pasado sábado se produjo en Londres contra
la guerra de Irak, la confirmación por parte del general canadiense John De
Chastelain del decomiso final del IRA es el tipo de «buenas noticias» que el
primer ministro británico, Tony Blair, estaba esperando. El líder laborista
describió la acción del IRA como «un paso importante en la transición del
conflicto a la paz en Irlanda del Norte».
Blair recordó cómo sucesivos gobiernos británicos habían intentado conseguir el
desarme del IRA. «Hoy se ha conseguido», declaró el líder británico. «El proceso
de paz puede ahora completarse», afirmó, para luego reiterar que su
Administración continuará cumpliendo con sus compromisos bajo el libro de ruta
que es el Acuerdo de Viernes Santo y el reconocimiento de la soberanía del
pueblo norirlandés para elegir su futuro que contiene la Declaración de Downing
Street.
«Creemos que a su debido tiempo ello conducirá a la reinstauración del Fobierno
autonómico y un futuro más pacífico en el norte de Irlanda», añadió.
Por su parte, el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, describió el decomiso
del IRA como un «hito» en el proceso de paz, pero matizó que no significa el
final del proceso de paz. «Es una fase», describió Ahern, añadiendo que la
siguiente fase consiste en tratar de implementar el Acuerdo de Viernes Santo y
reinstaurar las instituciones en los próximos meses.
En una declaración conjunta de los dos gobiernos, Londres y Dublín destacan que
ahora es «urgente que se acabe con la actividad de los paramilitares lealistas y
que sus armas sean decomisadas».
Sin embargo, Sammy Duddy, miembro del Grupo de Investigación Política del Ulster
organización ligada políticamente al grupo paramilitar lealista UDA, ya ha
advertido que los lealistas no van a seguir el ejemplo del IRA. «El general no
tiene ninguna oportunidad de conseguir algo semejante», retó. «Incluso si vive
208 años, no será testigo de algo semejante», reiteró el lealista, que explicó
que el hecho de que el IRA haya destruido su armamento no significa nada.
«Tienen todo el poder, pueden ir y organizar otro Canary Wharf mañana», señaló
Duddy en referencia a la explosión en el sector financiero de Londres que en
1996 abrió un paréntesis en el alto el fuego decretado por el IRA en 1994.
Es precisamente en este momento cuando aquellos que defienden el mantenimiento
de la relación de dependencia con Gran Bretaña sienten que corren un mayor
peligro de ver cumplidos los objetivos republicanos. Duddy destacó que el mayor
miedo de su comunidad es la consecución de una Irlanda unida. «Como he dicho,
nos resistiremos a ello en todas y cada una de las oportunidades de las que
dispongamos».
Asimismo, el unionismo, que ha perdido la excusa de las armas del IRA tras la
confirmación del decomiso, se encuentra ahora en la disyuntiva de encontrar
nuevas formas de oposición al cambio político del proceso de paz irlandés. En
una declaración hecha pública por el Partido Unionista del Ulster, esta
formación política manifiesta su pesar por el hecho de que el decomiso no ha
«maximizado la confianza del público», en referencia a los términos en los que
se ha producido el decomiso, en ausencia de evidencia visual. El UUP también
exigía que el «imperio criminal también sea desmantelado».
Washington saluda la oportunidad al avance político La Casa Blanca ha recibido
favorablemente el desarme anunciado por el IRA, que califica de «primera etapa
crucial» hacia la paz y que crea las condiciones «para que los partidos
políticos relancen sus esfuerzos para la consecución de un acuerdo político
duradero», manifestó el portavoz Scott McClellan, quien instó a seguir el ejmplo
del IRA a los grupos armados, «lealistas o republicanos». El jefe del equipo
negociador, Martín McGuinness, viaja hoy a Washington. - Un otra vez
insatisfecho Paisley reacciona indignado DUBLIN Durante años, los unionistas y
lealistas hicieron de la necesidad del desarme del IRA el centro de su agenda
política y la excusa para frenar el avance del proceso de paz. Así pues, muchos
considerarían que el anuncio de ayer sería una causa para la celebración en la
clase política protestante. La realidad desmiente las expectativas, y la
confirmación por parte de De Chastelain de que el IRA ha destruido sus arsenales
ha sido recibida con una hostilidad incrédula desde las filas unionistas/lealistas.
El líder del partido unionista mayoritario, Ian Paisley, y su negativa a aceptar
el testimonio de De Chastelain y de los otros testigos del decomiso, entre ellos
un religioso metodista, Harold Good, es un claro ejemplo de ello. «No sabemos
cuántas armas, la cantidad de municiones y explosivos que han sido decomisados,
no se nos ha dicho cómo se llevó a cabo el decomiso», sopesaba un Paisley que se
aferraba al detalle para negar la relevancia del acontecimiento. Y en su línea
habitual, el líder del DUP atacaba a las administraciones de Londres y Dublín y
al IRA, a los que acusaba de «deshonestidad» y «duplicidad». Paisley acusó a
Londres de haber incumplido la promesa de que el decomiso sería transparente y
verificable al no haberse producido evidencia fotográfica de la destrucción de
armamento.
Reacción más templada Sin embargo, las declaraciones de Paisley se vieron
templadas por su segundo, Peter Robinson, al que se considera representativo de
la línea pragmática dentro del DUP, frente al tradicionalismo monolítico de
Paisley.
Robinson reconoció la importancia de la confirmación del decomiso republicano,
pero insistió en que se necesita tiempo para convencer al unionismo de la
realidad de este último.