Argentina: La lucha contin�a
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El Congreso aprob� dos leyes antiterroristas dictadas por Washington
Menem, Duhalde y Kirchner unidos por dos normas que
reflotan el fantasma de la persecuci�n pol�tica e ideol�gica al estilo de los
setenta. Patricia Walsh, la �nica voz en contra: "No debimos permitir que esto
ocurriera".
Por Carlos Rodr�guez y Mariana Collante
ANRed - A (redaccion@anred.org)
En
el mayor de los silencios, sin difusi�n por parte de los medios de prensa ni
cr�ticas masivas de los organismos de derechos humanos, el Congreso Nacional
aprob�, el 31 de marzo pasado, dos leyes "antiterroristas" virtualmente dictadas
desde Washington por el gobierno de George Bush. La primera de ellas aprueba la
aplicaci�n en la Argentina de la Convenci�n Interamericana contra el Terrorismo,
que fue gestada en Bridgetown, Barbados, el 3 de junio de 2002, bajo la batuta
del gobierno de los Estados Unidos. La segunda ley convalida el Convenio
Internacional para la Represi�n de la Financiaci�n del Terrorismo, aprobado por
la Asamblea General de la ONU el 9 de diciembre de 1999.
La primera de las normas, en el art�culo 1, dice que su objetivo es "prevenir,
sancionar y eliminar el terrorismo", aunque nada explica sobre qu� se entiende
por "terrorismo". La palabra "eliminar" tiene reminiscencias tremendas en la
Argentina, porque trae a la memoria el verbo "aniquilar", al que se apel�, en
1975, en el decreto de un gobierno constitucional, firmado entre otros por el
tantas veces ministro, vicepresidente y gobernador Carlos Ruckauf, para dar
comienzo al Operativo Independencia, contra la "subversi�n", que termin� con
30.000 desaparecidos, miles de presos y torturados en c�rceles y centros
clandestinos de detenci�n, y un sinf�n de exiliados.
En el art�culo segundo de la norma, se especifica que son "delitos" los que
est�n mencionados en diez convenios internacionales, cinco de los cuales fueron
firmados entre los a�os 1970 y 1980, es decir en plena ofensiva del llamado Plan
C�ndor, que hizo estragos en los pa�ses de Latinoam�rica, desde Chile hasta la
Argentina, pasando por Uruguay, Brasil, Bolivia, Nicaragua y otras naciones
aplastadas por gobiernos militares o civiles cuya plataforma pol�tica estuvo
basada en el autoritarismo, la persecuci�n y las ejecuciones sumarias de
opositores pol�ticos.
Las normas que son tomadas como marco de la ley "antiterrorista", son los
convenios y convenciones para la represi�n del apoderamiento de aeronaves (La
Haya, diciembre de 1970); represi�n de actos il�citos contra la aviaci�n civil
(Montreal, 1971); prevenci�n y castigo de delitos contra personas
internacionalmente protegidas, incluyendo los agentes diplom�ticos (ONU, 1973);
toma de rehenes (ONU, 1979); protecci�n f�sica de materiales nucleares (Viena,
1980); violencia en los aeropuertos (Montreal, 1988); represi�n de "actos
il�citos" contra la seguridad de la navegaci�n mar�tima (Roma, 1988); represi�n
de "actos il�citos" contra plataformas fijas emplazadas en la plataforma
continental (Roma, 1988); represi�n de "atentados terroristas con bombas" (ONU,
1997), y represi�n de la financiaci�n del terrorismo (ONU, 1999).
En el art�culo 3 se especifica que "cada Estado parte" tendr� que esforzarse
"por ser parte de los instrumentos internacionales" mencionados. Las naciones
tendr�n que adoptar, en consecuencia, "las medidas necesarias para la aplicaci�n
efectiva" de los convenios y convenciones "incluido el establecimiento en su
legislaci�n interna de penas a los delitos ah� contemplados".
Para facilitar la extradici�n de los presuntos "terroristas", los gobiernos se
prestar�n asistencia jur�dica mutua y "ninguno de los delitos establecidos en
los instrumentos internacionales enumerados en el art�culo 2"ser� considerado
"un delito pol�tico o un delito inspirado por motivos pol�ticos". En
consecuencia "una solicitud de extradici�n o de asistencia jur�dica mutua no
podr� denegarse por la sola raz�n de que se relaciona con un delito pol�tico o
con un delito conexo con delito pol�tico o un delito inspirado por motivos
pol�ticos". Ya no existir� la posibilidad de asilo pol�tico del supuesto
"terrorista", pero el Estado tendr� todas las herramientas para detenerlo o
expulsarlo por alegadas cuestiones pol�ticas e ideol�gicas.
El destacado ling�ista norteamericano Noam Chomsky ha dicho que su pa�s, Estados
Unidos, es "el verdadero Estado ilegal" porque "rechaza el cumplimiento de las
normas internacionales, act�a unilateralmente y se abre paso violentamente" a la
hora de enfrentar los conflictos. Las normas "antiterroristas" aprobadas en
Argentina hacen posible que aunque EEUU no tenga excusas para intervenir
militarmente en el pa�s, lo pueda hacer, de todos modos, aplicando las
convenciones internacionales avaladas por leyes como las sancionadas en el
Congreso Nacional a fines de marzo.
La Correpi, uno de los pocos organismos que denunci� la sanci�n de las dos
leyes, record� que Estados Unidos, gestor de las dos normas aprobadas, es el
"Estado terrorista" por excelencia, como lo ha demostrado desde 1779, con George
Washington a la cabeza, hasta las recientes invasiones de Bush en Afganist�n o
Irak, pasando por las bombas nucleares en Nagasaki o Hiroshima, o la guerra de
Vietnam. En las dos normas aprobadas por el Congreso Nacional, se advierte que
el "terrorismo" est� aunado, en los �ltimos tiempos, con el "narcotr�fico" y con
el "lavado de dinero". Nada se dice, en relaci�n con esos rubros, que tanto el
tr�fico de droga como el lavado del dinero son negocios monumentales que tienen
su epicentro en Estados Unidos y en su principal aliado, Inglaterra, como lo han
expresado Chomsky y varios estudios realizados por analistas occidentales.
Incluso hay trabajos realizados por la DEA, el organismo que fija la pol�tica
norteamericana en relaci�n con la llamada "lucha contra el narcotr�fico".
La ofensiva, en la Argentina, para que el Congreso aprobara los convenios y
convenciones en materia de "terrorismo", se agudiz� a partir del mes de enero de
1995, con la asunci�n, como ministro del Interior de Carlos Vladimiro Corach,
durante la gesti�n de Carlos Menem. Todo el periplo est� enumerado, en detalle,
en un panfleto con forma de libro llamado "La respuesta argentina frente al
terrorismo", escrito por Corach y por Mario Baiz�n, un paraperiodista que estuvo
en la Secretar�a de Inteligencia de Estado (SIDE) durante la gesti�n del tambi�n
paraperiodista Juan Bautista "Tata" Yofre. El impulso de Menem-Corach se tradujo
en los proyectos de ley motorizados durante el gobierno del presidente
"interino" Eduardo Duhalde y ahora se sancionaron bajo la administraci�n
"progresista" de N�stor Kirchner.
Corach, en conjunci�n con EEUU, fue el que comenz� a demonizar a la zona
denominada de la Triple Frontera, que une Argentina con Paraguay y Brasil. La
periodista Stella Calloni ha denunciado el ingreso al Paraguay de 400 marines
que cuentan con inmunidad, libre tr�nsito y permanencia. Todo porque all�, seg�n
Washington, se han asentado los "terroristas" isl�micos que asolan al "mundo
libre". Una nota publicada en Buenos Aires por el diario Clar�n, el 19 de agosto
de 2001, poco antes del atentado a las Torres Gemelas, dec�a textualmente:
"Salta es uno de los epicentros del conflicto social, con ciudades como General
Mosconi y Tartagal que se mostraron entre las pioneras de la nueva forma de
protesta nacional contra la desocupaci�n y el ajuste que encarnan los
piqueteros. Por otra parte, se suele decir que la provincia est� atravesada por
varias rutas del narcotr�fico�" El p�rrafo, sacado de contexto, podr�a dar pie a
cualquier futura intervenci�n militar, como la que hoy est� asolando a Colombia.
La nota hac�a alusi�n al Operativo Caba�as, con participaci�n de tropas
estadounidenses y argentinas, que durante a�os se hizo en Salta. Eran verdaderos
simulacros de operativos "antiterroristas" o las inefables "ayudas
humanitarias", como las que destruyeron Los Balcanes o los asentamientos kurdos
en Turqu�a. La vieja receta de los EEUU.
Por Carlos Rodr�guez
Patricia Walsh, la �nica voz en contra
"No debimos permitir que esto ocurriera"
Por Mariana Collante
"Cuando hablamos de ley antiterrorista, en realidad tenemos que hablar en
plural" precisa Patricia Walsh, diputada nacional por Izquierda Unida. "Se trata
de dos leyes que tienen car�cter internacional. A los cuales la Argentina, no
solo adhiere, sino que ratifica, a trav�s del Congreso de la Naci�n. Estas leyes
se refieren al Financiamiento del Terrorismo y a la Convenci�n Interamericana
contra el Terrorismo." La adhesi�n, en el caso de la Argentina, se hizo en forma
simult�nea y conjunta. La C�mara de Diputados de la Naci�n trat� las dos leyes
en un �nico debate que finaliz� con su aprobaci�n el 31 de marzo. Para Walsh:
"Esta legislaci�n antiterrorista forma parte de los planes de la administraci�n
Bush para el planeta y son instrumentos privilegiados que el gobierno de N�stor
Kirchner ha decidido avalar y utilizar para criminalizar la protesta social ".
La Comisi�n de Derechos Humanos y Garant�as est� presidida por Hugo Perie, del
Partido Justicialista de Corrientes. Un legislador que reivindica su pasado de
militante montonero, pero a la vez permite, como presidente de la comisi�n, que
el dictamen se haya firmado en forma positiva, salvo una disidencia total, la de
Walsh. "No logr� que me acompa�aran otros diputados nacionales que integran la
comisi�n. El n�mero de integrantes que se necesitaba para firmar el dictamen no
era el suficiente. Entonces, pusieron en funcionamiento todos los manejos
habidos y por haber para reunir el aval que faltaba. El diputado nacional,
Francisco 'Barba' Guti�rrez (Polo Social) facilit� su firma y hoy, ocupa un
lugar en la lista de candidatos del Frente por la Victoria de N�stor Kirchner".
Adem�s se pregunta: "�Este diputado de centro izquierda no advirti� la gravedad
de poner una firma a un dictamen de la Comisi�n de Derechos Humanos y Garant�as
sin siquiera su presencia f�sica? Ha violado el reglamento interno de la C�mara
de Diputados que dice que las firmas deben ser rubricadas en forma personal.
Este es un dato menor, ya que el reglamento se viola permanentemente y no es mi
motivo central de preocupaci�n, sino que se viole la conciencia sobre los
instrumentos de persecuci�n a la protesta social en nuestro pa�s". La
legislaci�n no define terrorista, lo que define y enumera son los actos de
terrorismo con una peligrosa vaguedad. Esta legislaci�n apunta a perseguir las
actividades que se vinculan con la lucha de los pueblos y entonces, en la
Argentina, terrorista puede ser una piquetera, un piquetero, un desocupado. Los
que ocupan tierras desde las luchas campesinas y los pueblos originarios, los
trabajadores en lucha por la recomposici�n salarial. El ministro de salud, Gines
Gonz�lez Garc�a, se apuesto a tono y ha llamado 'terrorista' a los trabajadores
del Hospital Garrahan por reclamar un aumento de sueldo.
Recuerda Patricia Walsh, que cuando se reunieron en la Comisi�n de Labor
Parlamentaria (que agrupa a los presidentes de bloque), ella pidi� "una
postergaci�n del tratamiento debido a que 'el manual' (antiterrorista) es muy
voluminoso". All� se produjo una situaci�n de estupor porque me preguntaron �qu�
manual?. Reci�n all� 'se enteraron' de que el FMI edit� un manual para redacci�n
de leyes vinculadas con el terrorismo, destinado a todos los pa�ses donde ejerce
influencia este organismo de cr�dito internacional. A la comisi�n de labor
parlamentaria les dije que ni siquiera hab�a gastado los veinte d�lares que
cuesta porque lo baje del sitio oficial".
Todo aquel que recolecte fondos, que abra una cuenta en un banco, destinada a la
solidaridad de la lucha del pueblo iraqu� -por ejemplo-- tiene el objetivo de
financiar el terrorismo. Tambi�n se termina con el derecho de asilo, de refugio
pol�tico. Con la nueva legislaci�n no se va a poder invocar causales que se
puedan anteponer a lo que significa una demanda en t�rminos de extradici�n por
llamados actos de terrorismo. La fundamentaci�n que hace el FMI para la mejor
comprensi�n de esta legislaci�n, es la siguiente: "Hay una trilog�a, explica la
dirigente, terrorismo, narcotr�fico y lavado de dinero. Se dice que se lava
dinero procedente del narcotr�fico, con ese dinero lavado se financia
terrorismo, lo cual es un disparate absoluto. Es verdad que en la Argentina
existe una lavado de dinero muy fuerte, pero se vincula con la compra de medios
de comunicaci�n. Hay multimedios que preceden del lavado de dinero. En Argentina
el dinero procede de la corrupci�n, del narcotr�fico, y de cualquier otro
negocio ilegal como la prostituci�n, la trata de blancas, pero el m�s importante
es el de la coima, y de la corrupci�n pol�tica. Ese dinero se usa para
enriquecerse, se construye poder econ�mico y pol�tico".
"Cuando nosotros bajemos a tierra los manuales y lo incorporemos al C�digo
Penal, cosa que no se ha producido pero es inminente, nos vamos a dar cuenta que
es una herramienta para criminalizar mejor, la protesta social, con penas m�s
duras, y no son las penas locas de Blumberg. Las penas de Blumberg son penas
dur�simas que han resquebrajado la correlaci�n de las figuras en el C�digo
Penal. Lo que viene no es a lo Blumberg es a lo Bush", advierte la representante
de Izquierda Unida. En el C�digo Penal, el art�culo 213 bis habla de
'prepotencia ideol�gica'. Esto significa la difusi�n de las ideas, de toda
persona o grupo que intente imponer sus ideas por el temor. Este articulo est�
planteado como una figura penal abierta, quiere decir que se puede utilizar en
un espectro muy amplio. "El gobierno de N�stor Kirchner quiere incrementar la
carga punitiva del 213 sum�ndole lo que se refiere a la financiaci�n del
terrorismo. Y quien est� en esta actividad legislativa es el presidente de la
Comisi�n de Relaciones Exteriores, el diputado nacional Jorge Arg�ello.
A modo de conclusi�n, Patricia Walsh define las responsabilidades.
"Lamentablemente la gran mayor�a de la poblaci�n no sabe c�mo se dio este debate
ni quienes dimos este debate. Qu� consecuencias tendr� esta nueva legislaci�n y
quienes son los responsables. Estos son los diputados nacionales que responden a
Eduardo Duhalde, los diputados kirchneristas, y la falta de respuesta en tiempo
y en forma, amplificada, de las organizaciones sociales. El gobierno utiliza la
bandera de los derechos humanos para encubrir cuestiones grav�simas que nosotros
tenemos que denunciar. Les digo fraternalmente a las organizaciones de derechos
humanos que no debimos haber permitido que esto ocurriera".