Argentina: La lucha continúa
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39 meses de los asesinatos de Kosteki y Santillán, carta
abierta del frente Darío Santillán a la sociedad
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Cibelli)
El motivo central de las movilizaciones cada día 26 desde hace más de tres años,
es el reclamo de justicia y el homenaje a los dos chicos asesinados en la
represión que el gobierno de Duhalde ordenó el 26 de junio de 2002. A pesar de
que se está desarrollando el juicio, fiscales y jueces desistieron de las
citaciones a los responsables políticos para que Duhalde, Alvarez, Atanasof y
Ruckauf ni siquiera tuvieran que ir a declarar como testigos; el gobierno, que
tiene la obligación de colaborar con la justicia y habla de los derechos
humanos, incumplió su promesa de crear una comisión investigadora y presionó
para que a cambio de la apertura de ciertos archivos poco importantes de la SIDE,
Kirchner no tuviera que ir a explicar ante el tribunal por qué no declasificó en
forma completa esos archivos. El juicio se encamina a cerrar el caso en las
responsabilidades de Fanchiotti y Acosta, reduciendo a un hecho policial lo que
fue una decisión política de que hubiera muertes en esa represión. Los
responsables de que Darío y Maxi fueran asesinados, entonces, van camino a gozar
de un manto de completa impunidad. Por eso, para que quienes decidieron que se
reprimiera hasta que hubiera muertos paguen, para que otros desde el poder no
vuelvan a decidir volver a matar amparados en esta impunidad, reclamamos
justicia.
¿Pero no podemos implementar otra forma de reclamar justicia?, nos
preguntan muchos. Respondemos: por supuesto que sí, llevamos adelante muchísimas
formas. Impulsamos múltiples campañas de concientización con afiches callejeros,
pintamos los paredones de nuestros barrios, difundimos nuestros reclamos y
nuestras verdades, hicimos actos en plazas, centros sociales, facultades y
lugares de trabajo, hasta editamos un libro fruto de una investigación que
hicimos junto a los abogados. Hicimos obras de teatro. El pasado martes 20,
compañeros y compañeras de nuestra organización participaron junto a
importantísimos artistas plásticos en la muestra por Darío y Maxi que se exhibe
en el Palais de Glace, reclamando justicia. Cuando empezó el juicio, montamos
pacíficamente una vigilia frente a los tribunales que duró 40 días. Homenajeamos
a Darío y Maxi poniendo sus nombres en proyectos productivos y talleres de
trabajo. Hasta nos reunimos, junto a los familiares, con el presidente de la
Nación dos veces y escuchamos promesas incumplidas de Comisiones Investigadoras
y colaboración con la justicia...
¿Y la protesta cada mes en el Puente, en qué ayuda?, nos preguntan
también. Nosotros vemos que, si hoy el gobierno se muestra cuidadoso de que una
represión no vuelva a costar la vida de personas inocentes que expresan reclamos
justos, es porque la memoria de lo que pasó con Darío y Maximiliano está bien
latente en la sociedad. Y no es muy difícil darse cuenta que el principal hecho
que mantiene la memoria sobre las consecuencias trágicas de que un gobierno
decida enfrentar una situación de crisis matando manifestantes, es la
concurrencia consecuente, pacífica, firme, cada día 26 de cada mes en
Avellaneda. La presencia en el Puente Pueyrredón recordando los asesinatos de
Darío y Maxi tiene un valor simbólico y expresa un mensaje muy claro: quienes no
tenemos otra forma de expresarnos ante la sociedad si no es a través de la
movilización masiva, no vamos a resignarnos a desaparecer del espacio público
para volver al olvido como pretende el gobierno, no vamos a callarnos nuestro
reclamo de justicia, no vamos a olivdar la memoria de quienes dieron sus vidas
luchando para que todos nosotros vivamos con dignidad.
¿Y si el gobierno nos recibe? Sería bueno para todos que el gobierno dé
solución al pliego de reivindicaciones sociales que todas las organizaciones de
desocupados venimos planteando desde hace meses, eso ayudaría a descomprimir la
tensión social. Iríamos gustosos a buscar esa solución. De la misma forma
decimos muy claramente que nuestro reclamo de justicia por los asesinatos de
Kosteki y Santillán no se cambia por unos cuantos planes sociales ni subsidios
económicos, como ofreció en su momento el gobierno. Tampoco nuestro reclamo está
atado a ningún tiempo electoral, ya que las organizaciones del Frente no
participamos en las elecciones ni somos candidatos a nada. Junto a los
familiares, junto a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, decimos que la sangre
derramada no se negocia, no se olvida. La única solución al reclamo de justicia,
será que se haga justicia.
Cuál es nuestra propuesta, entonces? ¿qué le decimos a los vecinos de
Avellaneda? , podrían preguntarnos por último. Entonces explicamos con
claridad: le planteamos a toda la sociedad que nos proponemos, durante dos horas
una vez al mes, hacer un acto de homenaje y reclamo de justicia, junto a los
familiares de los jóvenes asesinados, en la bajada del Puente Pueyrredón. Sólo
en nuestra organización, el Frente Popular Darío Santillán, somos más de 2000
familias cada 26, a lo que se suman otros grupos y organismos. Es lógico que la
presencia de miles de personas para un acto popular genere la necesidad de
desviar el tránsito. El tránsito no quedará interrumpido, porque los brazos de
acceso al Puente por Pavón y el puente viejo, permiten la circulación
alternativa mientras se realiza la concentración. Dos horas una vez al mes.
Miles de personas en un reclamo sentido de justicia. Esa es nuestra propuesta.
¿Y qué pasará si el gobierno insiste en impedir la concentración? Pasará
que el problema no hará otra cosa que agrandarse: centenares de efectivos de una
fuerza militarizada como lo es la Gendarmería en un radio de 20 cuadras a la
redonda, agravan las dificultades y el temor de quienes viven en la zona, al
punto que el último 26 un colegio recomendó a sus alumnos retirarse antes de
clase. Los dos escenarios posibles, entonces, son: 1) que realicemos nuestro
reclamo en la base del Puente y que el gobierno no se proponga impedirlo:
entonces, entre las 12 y las 14 horas, en las cinco cuadras que separan la
Estación del Puente habrá cierta congestión de tránsito, y nada más.
O, 2) si el gobierno una vez más militariza la zona de Avellaneda, nosotros por
eso no dejaremos de movilizarnos: el resultado será entonces nuevamente la
tensión y el miedo, la incertidumbre, el fantasma de un latente enfrentamiento
entre manifestantes y gendarmes... y el tránsito, estará más embotellado aún.
El gobierno tiene la obligación de respetar las concentraciones populares, es
ilegal que no lo haga, y su rol, en vez de mandar tropas de Gendarmería
dispuestas a reprimir y agrandar los problemas, debería ser facilitar y
organizar el tránsito para que haya la menor dificultad para todos. De darse el
peor de los escenarios, la responsabilidad, queda claro, será exclusivamente de
la intolerancia del gobierno.
Nosotros iremos este 26, junto a Leonardo y Alberto Santillán, con la adhesión
de las hermanas de Maximiliano, como cada 26, a reclamar justicia.
¡Darío Santillán, Maximiliano Kosteki, presentes, ahora y siempre!
La sangre derramada no olvida, no se negocia