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Argentina: La lucha continúa

"Capucha y Capuchita"  

 Mariano Abrevaya Dios

(hijo de Ricardo Dios, asesinado por la dictadura militar en el  mes de noviembre de 1976).

La cita era a las 10.45 en una de las puertas de la ESMA,  sobre la Avenida Libertador, a metros de la General Paz.
La mañana se presentaba como fresca, temida y  necesaria. Eramos aproximadamente 30 personas, hombres y mujeres con una edad  promedio de 25 años. La visita al más tremendo centro clandestino de detención  de nuestro país formaba parte de una iniciativa de la agrupación H.I.J.O.S.,  quienes a partir de un trabajo de construcción de unas de sus comisiones,  aquella a través de la cual la organización pretende aportar ideas y  propuestas a la gran discusión planteada en el ámbito de los organismos de  derechos humanos, y otras organizaciones culturales, políticas y sociales, en relación a cómo, y desde que lugar, se debe/puede abordar el tema de un futuro  'museo/espacio de/por la memoria', para que la sociedad toda, al momento de  que las puertas del predio sean abiertas al público, pueda llevarse una idea  clara de que fue lo paso allí dentro, y fundamentalmente porqué.
Nos  acompañaron algunas guías, funcionarias del gobierno de la ciudad, ámbito al  cual pertenece hoy en día el predio, cuya función era justamente guiar al  visitante durante el recorrido, el cual tiene ya un principio y un fin. Cabe  destacar que hasta el momento se ha logrado un importante consenso en relación  al texto que llevan numerosos paneles informativos, no así en otro aspectos  macros que se espera resolver pronto, que denotan los nombres de los  edificios, las funciones que allí se cumplían, su distribución edilicia, su  funcionalidad operativa y los cambios que sufrieron a nivel arquitectónico,  por ejemplo como consecuencia de la visita de una comisión interamericana de  derechos humanos en el año 1979, a partir de la creciente presión  internacional generada por la infinidad de gravísimas denuncias de violaciones  a los derechos humanos en el exterior.
Los paneles en cuestión aparecen de  manera constante a lo largo de toda la ruta que realiza el angustiado, y  consternado, visitante, tanto en las calles internas del predio como en el  interior de los edificios.
También fueron parte de la visita algunos ex  detenidos desaparecidos del centro, quienes se ocuparon de relatar, con un  nivel de detalle escalofriante, en base a sucesos acontecidos durante su  estadía allí, como funcionaba la maquinaria enferma y asesina de el aparato  represor de la ultima dictadura militar.
 Estos hombres, y estas mujeres, golpeados, y  golpeadas, como pocos, pero con un alma intacta que sigue dando batalla( uno  tiene la sensación que así será por siempre y hasta sus últimos días ), fueron  claves a la hora de que cada uno de nosotros se pusiese a ahondar, analizar,  desmembrar y mamar, todo el paquete de información que nuestros sentidos  captaron durante las dos horas que duro este viaje a la locura. Desnudaron su  terrible experiencia ante nosotros y nos la ofrecieron con  valentía.
Fuimos haciendo el recorrido y a medida que pasaban los  minutos, los pisos, las ventanas, las construcciones, vacías y peladas - ya  que según contaron todo fue desmantelado al llegar la democracia en el año  1983 -, los relatos de los que allí estuvieron, los datos vertidos por las  guías, los textos de los paneles de información, que se mostraban como luces  blancas en medio del infierno, las escaleras, los baños, los hierros, el  oxido, el aire y su aroma a nada, uno iba tomando conciencia dell verdadero, e  inimaginable al fin, horror que allí se había vivido. Un horror que no  encuentra palabras para ser descrito y que te abraza de cuerpo y alma,  generándote una angustia tan profunda que se te cierra el pecho de manera  tajante.
Nos llevaron a un sótano de dimensiones generosas, pero no  como uno debería suponer para soportar semejante aparato represivo. nos  contaron que desde allí se hacían los famosos traslados hacia 'los vuelos de  la muerte'. nos mostraron el lugar en donde el camión del Ejército estacionaba  de cola para que los prisioneros subiesen al mismo, después de que 'jeringa',  rótulo nefasto para aquel personaje que formaba parte de la patota y que se ocupaba de sedar a los detenidos, hiciera su trabajo, y así, el camión partiese desde este punto para dirigirse al aeroparque de la ciudad, con los secuestrados, desprotegidos, entregados y semi dormidos. nos detallaron cada espacio del piso. Sus idas y venidas. Sus constantes modificaciones edilicias  y el lugar en donde algunos de ellos pasaron algún tiempo. un silencio  nervioso, tenso, con una carga de infinita bronca acumulada por años, que se  re contra confirmaba a sí misma en ese mismo instante, acompaño cada una de  las intervenciones de los ex detenidos desaparecidos.
Cayó más de una lágrima,  densa y pesada como una bomba atómica, de parte de alguno de los presentes y  no falto algún abrazo ofreciendo calidez de parte de otro de los presentes,  con el fin de acompañar la pena.
El casino de oficiales de la marina es enorme y uno va  perdiendo la noción de su distribución. Salimos del monstruoso sótano y nos  hicieron subir por la escalera principal del edificio para llevarnos al  habitáculo conocido como 'capucha', espacio físico que no dudo en describir  como el más escalofriante que pude ver en mi vida.
Entre el sótano y  este impresionante lugar( una especie de gran altillo con forma de 'L', con  infinidad de hierros que estaban apuntalados desde el piso contra el techo,  generando una división de espacios que serian utilizados como celdas  personales para los secuestrados ), hay dos grandísimos pisos, dentro de los  cuales están los dormitorios de los oficiales, quienes dormían allí mientras  debajo y encima de ellos se escribía la historia más siniestra de nuestro  país.
Un frío cínico se apoderó de mi en cuanto empecé a dimensionar, a  través de la vista y los sentidos todos, lo horrendo del lugar, por la  impresión causada ante tanto encierro entre hierros, y fundamentalmente por la perversidad que allí se paseaba, e instalaba a diario, durante tanto tiempo, en la clandestinidad, y con una impunidad absoluta y escalofriante.
Allí pasaban el día los secuestrados, tabicados,  encapuchados, tirados, hechos mierda, solos, sin poder hablar, sin poder  comer, torturados y despojados de toda humanidad. Del sótano en donde se los  torturaba, a capucha. De capucha al sótano donde se los torturaba nuevamente.  siempre tabicados, encapuchados y con grilletes en los pies, que de tanto ir y venir, y después de ser amarrados a los pies de tantas miles de personas que por allí desfilaron, terminaron limando, y marcando a fuego, los escalones de  mármol de la escalera del edificio, hecho que los ex detenidos se ocuparon de  observar y remarcar  Los sobrevivientes iban contando su experiencia, su  vivencia, su dolencia.
Algunas sumamente crudas, otras de tono anecdótico.  Inclusive hubo tiempo para algún que otro chistecito que rompía el hielo de  manera monumental, y hasta casi necesaria.
Alguno de ellos nos trajo el recuerdo de  unacompañera: -Aquí estuvo norma arrostito, disparo casi con orgullo  uno de los ex detenidos.
-La ventana que ven ahí era mucho mas pequeña que  la que pueden ver ahora. sino la 'gaby' se les tiraba, como dejando en  claro que esta pequeña mujer no se andaba con vueltas.
Terminado el  periplo por 'capucha', nos trasladamos hasta otro sector conocido como 'el  pañol', cuya característica principal era la de hacer de almacén del botín  robado a los secuestrados. esto eran muebles, ropa, literatura, discos .. todo  lo que a la patota le generase algún tipo de interés era llevado a 'casa' - se  hace referencia al 'chiquitaje', ya que las propiedades, autos y/o terrenos,  eran otra cuestión mas pesada aún, y que merece un capitulo diferenciado -.  después de que se tuviera que vaciar el lugar ante la visita de la cidh, este  espacio del edificio pasaría a ser una especie de oficina de inteligencia de  los grupos de tareas. allí los secuestrados hacían trabajo 'esclavo', como  ellos mismos se ocuparon de apreciar, realizando trabajos de propaganda para  el 'proceso de organización nacional', cuyo estandarte de la época fue 'los  argentinos somos derechos y humanos'. el piso estaba fraccionado en especies  de oficinas delimitadas por vidrios, donde trabajaban los ex detenidos, y de ahí el termino 'pecera'.
Luego subimos unas delgadas escaleras que nos  llevaron hasta 'capuchita', Un espacio de dimensiones más reducidas que  'capucha, y de ahí su diminutivo. Tan horrendo como el primero pero más  pequeño, que entre otras cosas tenía como función alojar detenidos cuando  'capucha' rebalsaba de 'chupados' - término que forma parte de un amplio  lenguaje subterráneo asociado a la época y lugar - Se termino el recorrido y bajamos las escaleras,  en silencio, anonadados,cansados, impresionados y fundamentalmente muy  golpeados.
dejamos atrás el ahora vacío, y frío, y helado, y macabro, casino  de oficiales de la marina, para terminar todos reunidos en unas salas alfombradas y con algo de calorcito que provenía de unos radiadores, en donde  pudimos tomar algo de café y mate. No hubo mucho para decir. Solo nos dejamos  caer por unos instantes.
Estas salas que ahora hacen de oficina para la  gente que allí trabaja,encuadrados en lo que se conoce como 'espacio por la  memoria', se encuentran justo detrás de aquella gran puerta de madera que esta  sobre la avenida libertador, la mas representativa de todas, la que todos  conocemos, la mas emblemática, aquella misma que recibió flores, cantos y  lágrimas esa inolvidable tarde del 24/03/2004 en donde la ESMA pasaba a  manos de la gente. Me refiero a la puerta que tiene escrito en su frente, con  letras bien grandes, miles de veces miradas con vergüenza, y odio, que dicen: Escuela de Mecánica de la Armada.
Me fui a casa y me senté a intentar  volcar en papel algo que surgiese de mi ser después de semejante viaje al  infierno: me parece trascendental que se esté discutiendo, que se esté  peleando, que se esté construyendo, que se esté intentando sacar lo mejor de  todos para que las puertas de la Esma, y su nefasta experiencia de exterminio  de una generación entera, se abran en pos de aprender, en pos de aclarar y  contar, con honrada responsabilidad, la historia de quienes fueron los  responsables de comandar este centro clandestino de detención, a quienes  violaron y torturaron, asesinaron y desaparecieron, y principalmente debido a  que. allí radica la cuestión más importante a ahondar, ya que dentro de este  interrogante tan grande, tan fuerte, tan grueso, está el norte de toda aquella  generación desaparecida.
su búsqueda incansable, e inobjetable, de la bendita  justicia social, y la igualdad, como valores supremos.
Me parece muy  importante que cuando mi hijo visite la Esma, u otro ex centro clandestino de  detención ahora en manos del estado, reciba información responsable y  coherente con la historia, y que principalmente le despierte y/o agigante su  capacidad para sensibilizarse, para que mañana no sea tan sencillo llevar  adelante un genocidio como el que nos tocó vivir a todos nosotros, los hijos  de los desaparecidos y los que no también, y para que una sociedad más justa y  equitativa, sea posible en otro momento de nuestra historia  futura.