Desde la llegada del grupo Vila - Manzano, el diario La Capital hizo realidad
los dichos de Eduardo Galeano cuando apuntaba que en la actualidad "los medios
de comunicación justifican los fines del sistema". Y los fines del sistema son
la continuidad de la concentración de riquezas en pocas manos a través de los
actores políticos. Tres son los primeros problemas que genera semejante
concepción de los grandes medios de comunicación como armas de chantaje,
extorsión y desconocimiento público en busca de impunidad: político, empresarial
y laboral. En lo político la sociedad se encuentra sometida a una oferta
informativa que nunca sabe si es completa y verdadera o incompleta y mentirosa
Las columnas les pertenecen a ellos
Desde la llegada de Vila - Manzano y el grupo UNO, El diario "La Capital" se ha
convertido en una herramienta para diversas campañas políticas que van desde la
presidencial hasta la interna de la Asociación de Trabajadores del Estado,
pasando por la renovación de la comisión directiva de Central. Intereses
económicos y alianzas políticas que superan la voluntad de informar y llegan a
rozar el delito de la censura. A pesar de esto, los propios trabajadores del
diario han comenzado a discutir sobre los contenidos y las formas como una
manera de lograr reivindicaciones laborales pero también de defensa de la fuente
laboral ya que semejantes campañas van en contra de la empresa. En forma
paralela, los trabajadores de "El Ciudadano & la región" han difundido un
excelente documento que expresa la necesidad de apoyar el emprendimiento. Por su
parte, el Sindicato de Prensa de Rosario ha convocado a una radio abierta para
el sábado 18 de octubre en el marco del día mundial de la democracia en los
medios "por medios de comunicación al servicio de la verdad; por un periodismo
sin obediencia debida. Reclamamos a las patronales el respeto a nuestro trabajo
libre de censura y manipulación. Exigimos a los dueños de las empresas
periodísticas que asuman el compromiso social que les corresponde", sostiene el
documento. De estas cosas hablan las siguientes líneas. Falta algo, la decisión
política de las mayorías rosarinas de discutir, de una buena vez, qué es lo que
pasa en los grandes medios de comunicación.
Las apuestas y censuras políticas de "La Capital"
Las columnas de La Capital le pertenecen a los que hacen negocios con el pueblo
desinformado.
Mientras los trabajadores cobran en cuotas y no tienen demasiadas certezas con
respecto al futuro de la fuente laboral, las decisiones editoriales conspiran
contra el producto en forma paralela que respaldan candidaturas y ejercen
censuras inconcebibles a veinte años de funcionamiento de la democracia.
El diario, poderosa cabecera del Multimedios en Rosario y la provincia, se jugó
por la candidatura presidencial de Carlos Menem; la lista Tricolor en las
internas de la Asociación Trabajadores del Estado que se vinculan al manejo del
PAMI rosarino; el oficialismo en el Club Atlético Rosario Central luego del
remate del patrimonio corporizado en sus jugadores; por Alberto Hammerly a
gobernador y alentó la llegada de Norberto Nicotra a la Municipalidad.
Pero más allá de que perdió en cada una y en todas estas elecciones, el problema
fue el medio utilizado.
El apoyo a Menem fue directamente proporcional al origen del multimedios que hoy
explota la rica y centenaria historia de la segunda sombra de los rosarinos como
es el diario fundado por Ovidio Lagos.
La decisión de negar cualquier entrevista a los candidatos del oficialismo en
ATE estuvo relacionada con la participación de los integrantes de la lista
opositora, la Tricolor, en la conducción de la Unidad Prestacional que controla
y conduce los efectores propios del PAMI local. Aquí también es necesario
suponer que ciertos directivos de la empresa mediática participan en la
distribución de los fondos que hasta este año se manejaba en las mesas chicas de
la Unidad Prestacional. Lo cierto es que fue una burda maniobra de censura que
cuesta creer que haya tenido consenso entre el grupo de redactores que hoy
ostentan cargos directivos dentro del medio.
La aparición en la tapa de la propaganda que impulsaba la candidatura a
gobernador del principal delfín de Reutemann, Alberto Hammerly, es una decisión
histórica contraria a todo lo que hizo el diario desde finales del siglo XIX y
que no pasó desapercibida por ningún rosarino como bien lo destacaron decenas de
canillitas. Aunque se argumente que fue un espacio publicitario se trata de la
tapa del diario. Un precio que se paga con descenso de credibilidad aunque los
dineros recibidos sirvan para pagar sueldos y otras cosas menos indispensables
que entran en la imaginación de los lectores y del cronista de este borrador de
ensayo. En relación a las tapas de "La Capital" de los últimos tres años es
digno de detenerse en ciertas perlas. Cuando se denunció a los empresarios que
habían enviado los dineros al exterior durante el año 2001, apareció, por
primera vez en la historia del matutino, una notable caricatura que
ejemplificaba el carácter jugado de hombres como Roberto Paladini, entre otros.
Esa fue una jugada notable. Pero la tapa del 20 de diciembre, un día después de
la brutal represión policial que ya había dejado un tendal de cuatro muertos en
la zona del Gran Rosario, la tapa fue la llegada del conjunto pop "Bandana", un
verdadero alarde de brutalidad desinformada, como diría León Gieco.
La apuesta a Norberto Nicotra es una jugada que desde hace años viene haciendo
el peronismo de la línea del ex legislador nacional Luis Rubeo para lavarle la
cara al PJ rosarino. Nicotra fue uno de los primeros dirigentes locales que
apoyó a Eduardo Duhalde y luego apareció en una fotografía como el enclave
kirchnerista en la ciudad cuando los propios hombres que trabajan con el actual
presidente hace años no tienen relación alguna con el ex presidente del Concejo
Municipal. Su último trabajo público lo sitúa en el directorio del dos veces
privatizado puerto rosarino en el que se conocen las relaciones con algunos
integrantes del diario La Capital. Pero también estuvo relacionado con las
pautas publicitarias que desde el PAMI local llegaban a las radios de amplitud
modulada locales.
Acá no se discute la libertad de elección ni la línea editorial del principal
diario de la ciudad. Lo que se discute es la decisión de anular hasta la censura
de las voces que discuten los mismos lugares de poder que los entenados de La
Capital.
Lo de Central es una metáfora que merece tratarse por separado.