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Argentina: La lucha continúa

¿Cada muerte de Obispo?

Marcelo O´Connor
TMO*

El viejo refrán,'cada muerte de obispo', perdió vigencia; ahora es cada renuncia o destitución de obispo y con una frecuencia preocupante. El caso del prelado santiagueño es uno más de una larga serie de escándalos recientes. Es obvio que buena parte del clero lleva una doble vida que compagina sacerdocio y prácticas sexuales ocultas. La de Maccarone es la menos grave, porque la homosexualidad no es una enfermedad ni un delito, aunque su Iglesia sea ferozmente homofóbica.

Veamos: 1) En 1990, Alphonsus Penney, arzobispo de San Juan de Terranova (Canadá), dimitió por encubrimiento de delitos sexuales de sacerdotes de su diócesis;
2) 1991, Hubert Patrick O´Connor, obispo de Prince George (Canadá), acusado de violaciones a varias mujeres;
3) 1992, Eamon Casey, obispo de Dublín (Irlanda), dimitió por mantener a un hijo con fondos de la diócesis; 4) 1993, Rudolf Bär, obispo de Rótterdam (Holanda), dimitió por homosexual;
4) 1995, Hansjoeg Vogel, obispo de Basilea, dimitió por embarazar a una amante;
5)1996, Roderick Wright, obispo de Argyll (Escocia), se fugó con una feligresa;
6) 1995, Hans Hermann Gröer, cardenal y arzobispo de Viena, dimitió por pedófilo;
7) 1999, J. Keith Symons, obispo de Palm Beach (EEUU), por abusos a monaguillos;
8) 2000, John Aloysus Ward, arzobispo de Cardiff, por encubrimiento de curas pedófilos;
9) 2001, Pierre Pican, obispo de Bayeux Lisieux (Francia), condenado a tres meses de prisión por encubrimiento de una cura pederasta;
10) 2002, Anthony O´Connell, obispo de Palm Beach, sucesor del anterior, por haber abusado de dos seminaristas;
11) 2002, Julius Paetz, arzobispo de Poznan (Polonia), por abusos sexuales a seminaristas;
12) 2002, Brendan Comiskey, obispo de Ferns (Irlanda), por encubrimiento de delitos sexuales de un sacerdote;
13) 2002, Franziskus Eisenbach, obispo auxiliar de Maguncia (Alemania), renuncia acusado de abuso sexual a una profesora;
14) 2002, Rembert Weakland, arzobispo de Milwaukee, por compensar económicamente a una amante;
15) 2002, James Williams, obispo de Louisville (EEUU), acusado por un monaguillo;
16) 2002, James McCarthy, obispo auxiliar de Nueva York, por mantener relaciones sexuales con varias mujeres;
17) 2002, George Pell, arzobispo de Sydney (Australia), por abuso de un menor;
18) 2002, Edgardo Storni, arzobispo de Santa Fe (Argentina), por abuso sexual a una cincuentena de seminaristas (ver: Wornat, Olga, 'Nuestra Santa Madre', Ediciones B., Bs.As.). La lista no incluye casos como el de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, o los numerosísimos de simples sacerdotes.

Humor por Sergio Langer

No cabe, entonces, la tesis paranoica de una conspiración orquestada por los poderes tenebrosos del mundo, 'enemigos de la Iglesia'. Son muchos los teólogos que abogan por una revisión de la moral sexual católica vigente, que no se sustenta en las Escrituras ni en el Evangelio sino en un modelo cultural medieval y que la sociedad ni los católicos, incluidos los curas, acatan. El sacerdote y teólogo colombiano Benjamín Forcano, autor de 'Nueva ética sexual', Ediciones Paulinas, Madrid, 1981, dice: '¿Se puede sostener, hoy en día, científica, antropológica, filosófica, teológica y bíblicamente que el matrimonio es un contrato exclusivamente para procrear; que el goce sexual es, por sí mismo, antinatural e ilícito; que la relación sexual cobra razón de ser sólo en su subordinación a la procreación; que el grado de acercamiento a Dios depende del grado de apartamiento y renuncia de la sexualidad; que la masturbación es objetivamente pecado grave; que la homosexualidad es una desviación y que su actuación es una perversión; que la indisolubilidad del matrimonio es una valor absoluto, que nunca y por ningún motivo se puede derogar; que todo bautizado casado, que se 'recasa' civilmente, vive en un estado de concubinato y de pecado público; que el condón no puede usarse ni siquiera en caso de sida, etc.?'. 'Pero la Iglesia se atrincheró en la Edad Media y se puso a la defensiva contra la modernidad. Por lo que la Iglesia se opuso a la ciencia, la libertad, los derechos humanos y el progreso'.

'La Iglesia Católica -concluye Forcano-, sin dejar de lado sus grandes principios y sin renunciar a su peculiaridad, tiene que elaborar una moral universal en conjunto con el resto de la humanidad'. En tal sentido, el hoy tan olvidado Concilio Vaticano II les había dado un curso de acción: 'Hay instituciones, mentalidades, normas y costumbres heredadas del pasado que no se adaptan bien al mundo de hoy. De ahí la perturbación en el comportamiento y aun en las mismas normas reguladoras de éste'.

'A causa de la insistencia de Roma en el celibato, el sacerdocio se está convirtiendo en una profesión gay', escribió Donald B. Cozzens, antiguo rector de un seminario norteamericano, en su libro 'The changing face of the priesthood ('El cambiante rostro del sacerdocio'), citado por el periodista español Pepe Rodríguez en 'Pederastía en la Iglesia Católica', Ediciones B., Madrid.

La apreciación parece exagerada, porque la eliminación del celibato eclesiástico no es la panacea universal que solucionaría todos los problemas, ya que la pedofilia es una psicopatología (que también la hay en las Iglesias protestantes y en la mormona) y la homosexualidad es otra orientación sexual, pero ayudaría a mitigar esa tradición misógina que despierta 'vocaciones' homosexuales adormecidas y para que cuando den consejos sobre relaciones humanas y familiares, sepan de qué están hablando.

* TMO: TERCER MUNDO ON LINE