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Argentina: La lucha continúa

Los sindicalistas "flacos" se siguen organizando

Se realizó en Buenos Aires un encuentro intersindical "clasista, de base e independiente" que reunió a más de 300 delegados y militantes

Prensa de Frente

En el número 12 de Prensa De Frente señalábamos que era el tiempo de "los flacos", en oposición a los sindicalistas empresarios que desde hace décadas dirigen los agrupamientos gremiales de los trabajadores, con buenos resultados económicos (para ellos, los llamados "gordos").

Las luchas de subterráneos, telefónicos, aeronáuticos, trabajadores de autopistas, estatales, docentes, obreros de la carne, trabajadores autogestionarios y otros sectores que se siguen sumando inauguran una fase de abierta confrontación por el excedente social, poniendo la pelea por la distribución del ingreso sobre el tapete, cada vez más claramente. Como cada vez más clara es la posición del gobierno y los empresarios -aún los que supuestamente representan a los trabajadores-, que de echarle la culpa de la inflación a los salarios ahora han pasado directamente a la persecución lisa y llana, como ilustra el caso del Garrahan, pero también otros conflictos -como el de Santa Cruz, provincia del presidente.

Ante la continuidad del ataque del pensamiento neoliberal y el carácter embrionario de esta recomposición de las luchas sindicales, los trabajadores han empezado a ensayar también nuevas formas de agrupamiento y de solidaridad de clase, entre las que se advierte con mayor interés el proceso de formación de un espacio que aún no cuenta con nombre pero es conocido como "encuentro intersindical clasista".

El pasado fin de semana, durante los días 6 y 7 de agosto, este espacio de confluencia reunió en la Facultad de ingeniería de la UBA a más de 300 delegados y militantes que aspiran a que los trabajadores se organicen desde las bases, con representantes que rindan cuentas a las asambleas y no hagan negocios a sus espaldas.

Entre las discusiones de ambas jornadas estuvieron el carácter de la acción sindical, la solidaridad entre los distintos conflictos y la necesidad de unir las luchas entre ocupados y desocupados. Y entre las resoluciones más importantes se destacaron la definición de promover un sindicalismo "enemigo de la conciliación de clases", "que no utilice los cargos de representación en beneficio propio y/o del grupo de pertenencia", que impulse "mecanismos de organización que eviten la burocratización de los organismos de la clase" y "que considere a la clase trabajadora como una sola (ocupada, desocupada, tercerizada, etc...)", recuperando "valores y acciones de solidaridad comunes" y "apuntando a la creación de empleo".

Además, y como expresión práctica de estos acuerdos, durante la semana se profundizó la solidaridad con los trabajadores de los hospitales, así como del frigorífico Tango Meat, a través de distintas actividades de apoyo.Desde estas luchas y otras que recorren el país es que se advierte una reorganización de los trabajadores asalariados, donde aparece fuertemente la vocación de que sean los propios involucrados quienes no sólo pongan el cuerpo, sino que también indiquen el rumbo. Por supuesto, no pretendemos decir que los sindicatos más tradicionales han perdido poder, ni siquiera que ven amenazados sus negocios más importantes. Pero sí que estas luchas y esta confluencia son significativas.

Estará en la madurez para seguir logrando acuerdos la posibilidad de que esta articulación se vaya desarrollando. Para eso, acaso las mejores discusiones sean las discusiones prácticas, las que tienen mayor capacidad para unir y permitir avanzar en las discusiones.