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Argentina: La lucha continúa


Adolescentes detenidos en Tucumán
De los campos clandestinos a las jaulas de la democracia

Por: Marcos Taire
Argenpress

Descubren y denuncian el estado de abandono y el trato cruel e inhumano que sufren los menores de edad detenidos en Tucumán. Jaulas de alambre en el interior de un regimiento que fue campo clandestino de detención durante el terrorismo de Estado. Los chicos no tienen agua, ni luz ni camas. Comen en el piso, como animales.

Una treintena de chicos, cuyas edades oscilan entre los 14 y los 18 años, están detenidos en la Alcaidía de Menores del Departamento Central de la Policía de Tucumán, en condiciones infrahumanas. Así lo denunció el legislador José Cano, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura provincial, quien presentó un recurso de amparo. El legislador dijo que la realidad que vio es patética y destacó que él trabajó once años en el Servicio Penitenciario y jamás ha visto algo semejante.

Los menores se encuentran alojados en dos enormes jaulas de alambre tejido, que a su vez están subdivididas en espacios más reducidos, de un metro por dos, que contiene a cada uno de los chicos. No tienen cama, no hay luz eléctrica ni agua corriente. En ese lugar deben permanecer las 24 horas del día, ya que las autoridades policiales no les permiten salir al exterior para realizar actividades físicas por temor a las fugas.

El doctor Cano hizo una visita sorpresiva al lugar respondiendo a denuncias anónimas. Una vez constatada la veracidad de las mismas, criticó duramente a las autoridades provinciales. Según el legislador, 'se transfieren responsabilidades a la Policía, que no está capacitada para manejar esta situación'. Los organismos que tienen directa responsabilidad en el tema de los menores en conflicto con la ley con las secretarías de Seguridad, Políticas Sociales y Derechos Humanos, a cargo de Oscar Nieva, Beatriz Mirkin y Bernardo Lobo Buggeau, quienes hasta el momento han permanecido en silencio.

El estado en que se encuentran los menores, casi niños, víctimas directas de las políticas de exclusión social en una de las provincias más castigadas por la desocupación y el hambre, se parece a la situación que vivieron miles de tucumanos secuestrados por el terrorismo de estado.

El Departamento Central de Policía está ubicado en lo que fue el Regimiento 19 , dependiente de la Quinta Brigada de Infantería del Tercer Cuerpo de Ejército.. Allí funcionó un centro clandestino de detención, en el que fueron martirizadas decenas de personas. El jefe de ese regimiento era el teniente coronel Alais, una década después jefe de la caravana de tanques que nunca llegó para defender a Alfonsín de los carapintadas. Y en la antigua Jefatura de Policía, antes de su traslado al actual emplazamiento, funcionó uno de los mayores campos de concentración de la provincia. Los sucesivos comandante de la Quinta Brigada fueron los generales Acdel Vilas y Antonio Domingo Bussi. Su jefe inmediato era Luciano Benjamín Menéndez.

La Policía de Tucumán desempeñó un papel central durante el terrorismo de estado. Supervisado por un oficial del Ejército, en la vieja Jefatura funcionó el SIC (Servicio de Información Confidencial) que tenía un campo de concentración donde se torturó y asesinó a centenares de tucumanos. Su jefe era el comisario Roberto Heriberto Albornoz, un 'hombre del Ejército' que se destacó por su ferocidad en la represión. Una vez instaurada la democracia, en 1983, los jefes policiales y los agentes que participaron en secuestros, torturas y asesinatos a lo largo y ancho de la provincia, fueron mantenidos en sus cargos, hasta la jubilación o separación por otros hechos delictivos. Actualmente, muchos familiares de esos represores están en actividad.

El relato del legislador Cano, acerca del trato al que son sometidos los menores en la Alcaidía de la Jefatura de Policía, no difiere mucho de los relatos de los sobrevivientes de los campos de concentración del terrorismo de estado: 'cuando comen -dice- lo hacen en el piso, como si fueran animales'.

Los menores detenidos son adolescentes acusados de delitos, la mayoría de ellos robos o hurtos. El lugar donde están tiene capacidad para 50 detenidos. Actualmente hay 35, en el patético estado que describe el legislador. Teóricamente, 27 policías vigilan a los menores, quienes también cuentan con dos médicos, dos psicólogos y dos asistentes sociales. Hasta ahora ninguno de ellos había denunciado el estado deplorable, inhumano e ilegal en que se encuentran los chicos.