Argentina: La lucha continúa
|
La patria financiera de progres y populistas
Al inicio de la semana
Roberto Cachanosky
Los gobernantes progres y populistas argentinos son los responsables, con sus
políticas, de crear las condiciones que eliminan cualquier incentivo para la
inversión y la producción pero, en cambio, alientan la especulación financiera.
Sin embargo, no se hacen cargo de sus desatinos y crean enemigos ficticios para
confundir a la población.
Patria financiera, fondos buitres, FMI, especulación financiera, usura, son
todos términos que utilizan los populistas y progres para señalar a los enemigos
de la Argentina que, supuestamente, no nos dejan progresar como país.
Todavía lo recuerdo a Alfonsín en los actos de la campaña electoral de 1983,
subido a la tribuna y diciendo, con su típico discurso de barricada de fuerte
contenido progre pero con escasos conocimientos económicos, que él personalmente
iba a ir a las puertas de las fábricas con los gerentes de los bancos a levantar
las persianas de las empresas que habían cerrado por culpa de los bancos. El
resultado de su gobierno no fue otro que más persianas que bajaron y una
fenomenal especulación financiera. Fueron los años del gasto cuasifical
descontrolado, del festival de bonos, de las cuevas o mesas de dinero, de la
falta de crédito para el sector productivo de la economía.
¿Por qué los progres y populistas terminan haciendo cosas que son exactamente al
revés de las que prometen? ¿Por qué los progres y populistas son los que aplican
políticas que estimulan la especulación financiera en detrimento del resto de
los sectores productivos?
Las respuestas son diferentes respecto a un gobierno y otro. No es lo mismo el
estímulo a la especulación financiera de la época de Alfonsín que la que rige
ahora. Veamos primero el caso de Alfonsín.
Este dirigente radical, que prácticamente no pagó intereses de la deuda externa
durante su gestión, alimentó la patria financiera gracias a que aplicaba
políticas que mantenían artificialmente estable el dólar durante un tiempo.
Además, los bancos tenían que prestarle obligatoriamente al Banco Central (BCRA)
los fondos que recibían de sus pocos ahorristas. Lo que se buscaba era que el
mercado ofreciera dólares a cambio de tasas de interés fenomenales. Por lo
tanto, gracias al arbitraje especulativo que armaba el gobierno progre, por un
tiempo ingresaban dólares para colocarse a pesos a tasas gigantescas, devengaban
una utilidad en dólares monumental y luego realizaban la inevitable utilidad con
el obvio estallido cambiario y corridas financieras. Era evidente que tasas de
interés tan altas calculadas en dólares hacían impagable cualquier crédito para
producir, porque esas tasas gigantes se comían la utilidad de las empresas.
¿Cuál era entonces el mejor negocio? Especular financieramente y dejar de
producir. ¿O acaso en esos años no eran los gerentes financieros de las empresas
los que mejores sueldos tenían, mientras que el gerente de producción y el de
comercialización eran cartón pintado? ¿Acaso en esos años la ganancia financiera
no superaba a la ganancia operativa de producir y vender?
Fue el endeudamiento del sector público para financiar su déficit el que elevaba
las tasas de interés haciendo de la Argentina un paraíso de la especulación
financiera, esa misma especulación que los progres se encargan de señalar como
la fuente de todas nuestras desgracias. Por supuesto que son una desgracia para
el país, pero el monstruo lo crean y lo alimentan los progres y los populistas.
¿Qué pasa hoy en día? El Gobierno mantiene estable el tipo de cambio en forma
artificial. Para eso tiene que emitir moneda a ritmo forzado. Para que esa
emisión monetaria no derive en una hiperinflación, el BCRA retira pesos de
circulación mediante la colocación de bonos. Sí, al igual que en los años de
Alfonsín, el progresismo K está haciendo otro festival de bonos tomando fondos
de los bancos para absorber liquidez. Hacer un depósito fijo ajustado por CER
otorga una rentabilidad en dólares fenomenal. ¿Para qué invertir en producir si
el BCRA está ofreciendo una ganancia financiera que promete ser jugosa si uno
sabe retirarse a tiempo?
Imaginemos a un señor que tiene 2 millones de dólares y tiene que optar entre
invertir en su empresa o especular financieramente. En la segunda alternativa
está líquido y tiene rentas fenomenales en dólares. En la primera alternativa
tiene que asumir el riesgo propio de su negocio, lidiar con la AFIP, complicarse
con una legislación laboral que en la Argentina castiga al que contrata gente,
tomar el riesgo crediticio de vender en cuenta corriente, no saber si va a tener
energía para enchufar las máquinas para producir y, además, bancarse a los
piqueteros si es que le toca.
La Argentina es un paraíso de la especulación porque los progres y populistas
aplican políticas que: a) tratan como al enemigo al que invierte en producir un
bien o servicio y b) los manejos de tipo de cambio y tasas de interés crean las
condiciones para que el señor de los 2 millones de dólares no invierta y apueste
a ganancias financieras.
La inseguridad jurídica que producen las políticas pogres y populistas elevan
tanto el riesgo país que terminan por impactar en la tasa de interés. Al
aumentar la tasa de interés, el financiamiento al sector productivo se hace
escaso e impagable, y el poco ahorro que generamos se desvía hacia el arbitraje
entre tasa y dólar.
Como de costumbre, los progres y populistas tratan de no hacerse responsables
del ataque a la producción, la pobreza y la indigencia, señalando a la patria
financiera como la culpable. Pero si uno les saca la careta, enseguida ve que
son ellos los verdaderos responsables de la decadencia. Lo que ocurre es que,
para zafar, inventan un enemigo con el objeto de que la gente se encolumne
detrás de ellos en la lucha "patriótica" por salvar al país. Arman un escenario
de falso nacionalismo porque necesitan desviar la atención de la gente y
encolumnarla para luchar contra un fantasma que no existe.
En síntesis, como en muchos otros temas, los progres y populistas, que se llenan
la boca con palabras como social, solidaridad, producción, etcétera, son los que
siempre terminan creando las condiciones para estimular la especulación
financiera en detrimento de la producción eficiente, el crecimiento y el
bienestar de la población.
Son ellos, los progres y los populistas los que, por aplicar políticas que
concentran la riqueza entre sus seguidores y unos pocos sectores amigos, han
creado y siguen creando las mayores especulaciones financieras de la historia
argentina.
© www.economiaparatodos.com.ar