Argentina: La lucha continúa
|
La torcida regla de los jueces
Correpi
Nunca fue más evidente que la venda en los ojos de la Señora Justicia es bien
transparente cuando de apreciar intereses de clase se trata. María Julia
Alsogaray y Omar Chabán fueron excarcelados porque 'la privación de libertad
durante el proceso, sea cual fuere el delito imputado y el monto eventual de la
pena en expectativa, es la regla. Sólo puede limitarse excepcionalmente cuando
el imputado hubiera demostrado su intención de fugarse o su libertad represente
un peligro para la investigación'.
La regla, además de aplicarse a María Julia y al empresario responsable de 193
homicidios, sirve para la mediática Giselle Rímolo, pero no para los compañeros
presos desde el 16 de julio del año pasado por oponerse a la sanción del nuevo
código contravencional porteño.
La Cámara Criminal que entiende que Chabán no se va a fugar (aunque ya lo
intentó hacer inmediatamente después del incendio) es la misma que en dos
oportunidades rechazó la excarcelación de los quince presos de la Legislatura,
con el único argumento de la gravedad superior a tres años de la pena que
podrían recibir, de ser condenados.
Hay 40.000 presos sin condena en Argentina. La mayoría no están presos porque
hayan intentado escapar, sino porque se les imputan delitos considerados no
excarcelables por jueces, fiscales y camaristas. Para ellos, para Gabriel Roser,
para los presos de la Legislatura, la excepción es la regla, la regla es primero
encarcelar, por las dudas.
Esta semana los abogados de los organismos que defendemos a los presos de la
Legislatura reiteramos el pedido de excarcelación de los hombres y mujeres que
llevan casi un año presos por haberse manifestado contra una ley represiva de la
que son víctimas cotidianas. La jueza Silvia Ramond, sin sorprender a nadie,
volvió a rechazar el planteo, nuevamente con el argumento de la 'gravedad de la
pena en expectativa'. ¿No era que independientemente de ello, la regla es la
libertad durante el proceso?
Es la misma Sala V de la Cámara del crimen la que ahora deberá intervenir,
aunque dos de los jueces no serán los mismos que en la causa Cromagnon. Tendrán
que decirle a la sociedad si para ellos, los presos de la legislatura son más
peligrosos en libertad que el asesino de 193 pibes.