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Argentina: La lucha continúa


Paro nacional docente y movilización al Congreso el 20 de mayo

Exijamos Plan de lucha nacional y coordinación con estatales

Sergio González

El 5 de mayo pasado la CTERA resolvió convocar a un Paro Nacional Docente de 24 horas, con movilización, para el viernes 20 de mayo por aumento del presupuesto y contra la Ley Federal de Educación. Se solicitará al Congreso Nacional la sanción de una ley que eleve del 4% al 6% la inversión en educación y mecanismos de control de los recursos para que no sean afectados por ninguna "emergencia" ni desviados por los gobiernos provinciales. Además se propone iniciar la discusión de una nueva ley de educación. Sin demasiadas precisiones se habla de defender la educación pública, la calidad educativa, la igualdad y contra la descentralización.
Este anuncio es un paso positivo frente a la inacción de tantos meses. Puede favorecer la unificación de las distintas luchas provinciales, aunque el paro debió ser convocado en abril, momento de auge de los conflictos, cuando se desarrollaba la heroica huelga salteña, los paros en Santa Fe, Chaco y Buenos Aires. También debemos criticar las generalidades y tecnicismos de las consignas con que se convoca al paro del 20. Se habla vagamente de salarios ("unificar salarios en todo el país") y no se menciona, por ejemplo, el deterioro de la infraestructura de las escuelas que ya ha generado un importante conflicto protagonizado por alumnos del Normal 9 porteño y que comienza a extenderse a otros colegios.
Creemos que en esta situación la oposición de izquierda y los luchadores tienen varios desafíos. En principio continuar avanzando en la conformación de una corriente unificada antiburocrática que aglutine bajo un mismo nombre o color a todas las oposiciones regionales y provinciales que encabezaron durísimas luchas en estos meses. Propuesta que venimos planteando también para los estatales y en los sindicatos del sector privado, en la perspectiva de ir desplazando a los burócratas y recuperando los sindicatos para los trabajadores.
Además hace falta llenar la jornada del viernes de contenido: que CTERA exija claramente incrementos salariales suficientes para que ningún docente quede bajo la línea de pobreza, que se defienda incondicionalmente el estatuto docente y la educación pública, laica y gratuita, y se plantee frenar la descentralización con su secuelas de creciente influencia privada, clerical y de punteros regionales.
Nuestros salarios deberían cubrir la canasta familiar ($1.600.-), con básicos mínimos mayores a la línea de pobreza ($ 800). Los jubilados, recibir el 100% del salario de los activos. El presupuesto, suficiente para asegurar estos ingresos y el mantenimiento de la infraestructura y de las condiciones sanitarias escolares, además de posibilitar la incorporación de medios técnicos y materiales necesarios para el mejoramiento de la educación. Para eso es necesario crear un sistema educativo único y estatal, público, igualitario, laico y gratuito.
Hace falta instar a CTERA mediante una masiva movilización, como las que vienen motorizando los sectores opositores desde el año pasado, a convertir este paro en el comienzo de un plan de lucha, para que no quede como mera descompresión de la bronca acumulada. Debemos exigir que se comience un plan de paros semanales progresivos (24, 48, 72 hs.) que debería coordinarse con los sindicatos estatales (ATE, ministerios, etc.) cuyos trabajadores también protagonizan durísimas luchas desde hace varios meses, comenzando sus dirigentes por unificar las fechas y no convocar en días distintos como sucederá vergonzosamente este jueves y viernes. Los docentes y los estatales en lucha en cada ministerio podrían empujarlos en ese sentido votando mociones de paro y movilización en las mismas fechas.
Sólo la unidad de los trabajadores puede terminar con esta política que hace pagar la salida de la crisis a los estatales con sus bajos sueldos, y al resto de la población con el deterioro de la educación, la salud y las distintas prestaciones públicas. Mientras tanto el estado sigue transfiriendo millonarias sumas en dólares al FMI, a los supuestos acreedores, a las privatizadas (mediante aumentos de tarifas y subsidios directos), a los exportadores (por medio de un dólar altísimo) y a los empresarios, con la inflación. Todo esto indica que hay plata para recuperar la educación, la salud y los salarios como lo venimos pidiendo.

Por un Plan de lucha nacional unificado de docentes y estatales.
Ningún trabajador bajo la línea de pobreza.
Por una educación pública, igualitaria, laica y gratuita.
Por instalaciones escolares y hospitalarias dignas.
No a la descentralización ni a la privatización.
Que los dirigentes impulsen la lucha o que dejen paso a los luchadores.