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Argentina: La lucha contin�a


"Que se pudran en la C�rcel" 2� parte: �Crisis carcelaria?

Por Zula ((i))
Indymedia Buenos Aires
zula(arroba)riseup.net


Nos han repetido hasta el hartazgo que el aumento de penas solucionar�a la situaci�n de "inseguridad" que vive la sociedad Argentina. Las pol�ticas judiciales implementadas desde la aparici�n de Juan Carlos Blumberg no han hecho otra cosa que agudizar la situaci�n carcelaria

Nos han repetido hasta el hartazgo que el aumento de penas solucionar�a la situaci�n de "inseguridad" que vive la sociedad Argentina. Las pol�ticas judiciales implementadas desde la aparici�n de Juan Carlos Blumberg no han hecho otra cosa que agudizar la situaci�n carcelaria. El sistema judicial no desconoce que el aumento de penas es s�lo una respuesta marquetinera al pedido de seguridad, de un sector de la sociedad. S�lo el 2 % de la delincuencia llega a recibir penas y el 90% de la poblaci�n carcelaria, al menos en la provincia de Buenos Aires, no tiene sentencias y de ese porcentaje el 25 % termina en absoluciones.
Esta crisis carcelaria que parece los medios masivos, han descubierto luego del sangriento mot�n de C�rdoba con 8 muertos y 35 heridos, muestra a las claras lo que sucede detr�s de los muros de las penitenciarias. Todav�a resuena en los medios la masacre perpetrada en el penal de Coronda, que dej� como saldo 14 reclusos muertos. La crisis carcelaria es denunciada desde hace m�s de un a�o por la Comisi�n Provincial por la Memoria. El titular de la comisi�n, Adolfo P�rez Esquivel, expres�: "la situaci�n de muerte, tortura y abusos contra detenidos empeora cada vez m�s" calificando a las c�rceles como "campos de concentraci�n". En las c�rceles bonaerenses a febrero de 2005 ya se registraban 37 muertes violentas, quintuplicando las muertes del a�os anterior.
En septiembre de 2004 fue publicada una denuncia por la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos, donde reclusos del c�rcel de Ri� Cuarto, C�rdoba, relatan la situaci�n desesperante en la que se encuentran. "Hoy tenemos la posibilidad de dirigirnos por medio de la presente gracias a un celador con buenos sentimientos que nos sac� estas l�neas a la calle y que agradecidos estamos por poder expresarnos hacia la sociedad, de nuestros sufrimientos, pesares y tortura. Nos encontramos privados de libertad alojados en el pabell�n N� (...) de la Unidad Penitenciaria N� 6, con asiento en la ciudad de R�o Cuarto (C�rdoba.). Sentimos la imperiosa necesidad de que alguien nos escuche y ustedes son el medio id�neo para llegar a la sociedad y los derechos humanos que en tantas oportunidades hemos reclamado y hasta el d�a de hoy brillan por su ausencia dej�ndonos un vac�o y confusi�n como si ellos quiz�s fueran part�cipes y c�mplices del mismo sistema.
No encontramos otra explicaci�n a la ausencia de esta instituci�n en nuestras vidas. Si alguna vez lo han hecho habr� sido a las c�modas oficinas donde se encuentran nuestros verdugos donde la limpieza, orden y cordialidad, hacen suponer que adentro es todo una armon�a. Verdaderamente muchos de nosotros nos estamos arriesgando a ser trasladados a otros establecimientos penitenciarios, por contarles a ustedes y a nuestra sociedad, los tormentos que nos toca vivir, y que en puntos seguidos pasamos a detallar". Leer denuncia completa


El servicio Penitenciario Federal en N�meros

Seg�n informes suministrados por el Servicio Penitenciario Federal en el a�o 2004 se registraron 43 muertes desglosadas de la siguiente forma: ocho ahorcamientos, una quemadura, dos lesiones punzo cortantes, una por politraumatismo, una por intoxicaci�n medicamentosa, cinco se desconoce la causa, once de VIH-SIDA y trece de diferentes patolog�as. Es necesario recalcar que en los casos de VIH-SIDA en los �ltimos a�os con el avance producido en la ciencia el promedio de vida siendo portador de esta enfermedad es muy alto, siempre y cuando el enfermo obtenga una buena atenci�n y buena alimentaci�n. En el caso de las dem�s patolog�as, es sabido que muchas de esas causas son enfermedades curables pero al no ser correctamente tratadas, pueden producir la muerte, aunque el Servicio Penitenciario Federal se abstiene de especificar cuales son esas patolog�as.
La evoluci�n de la poblaci�n penal en el �mbito del servicio Penitenciario Federal al 2004, registra dos importantes picos, uno se produce en el a�o 1979 plena dictadura militar y el siguiente, en el a�o 2001 dispar�ndose y duplicando en un 100 % los internos al a�o 2004.

C�rceles por ciento

La poblaci�n carcelaria en todo el pa�s se ha incrementado en un 700 por ciento, dato arrojado por el ultimo censos de penitenciario nacional, aunque estos datos son los procesados del 2003, sirven para apreciar la crisis carcelaria y la falta de pol�ticas en este sentido. De las personas alojadas en c�rceles de todo el pa�s, s�lo el 39 por ciento cuentan con una condena, el resto se encuentra procesado o en tramite de instrucci�n del juicio. El 88 por ciento de la poblaci�n carcelaria nunca participo de un programa educativo y la mayor�a de los detenidos o sea el 79 por ciento, cuenta s�lo con educaci�n primaria y el 4 por ciento tiene educaci�n secundaria.
Cuando la inocencia es encarcelada
El pasado 4 de abril se conoci� el caso de cuatro j�venes, Roger Acu�a, Claudio Luna, Mart�n Acu�a y Carlos Varela estuvieron casi cuatro a�os por un crimen que no cometieron. El lunes 4 por fin se hizo justicia oral de la Matanza los absolvi� de culpa y cargo del doble homicidio del que fueron falsamente acusados. Durante el juicio oral, seg�n el tribunal y el propio fiscal de juicio, Eduardo Campanella, surgieron muchas evidencias de que las pruebas reunidas eran falsas y se contradec�an.
Cuando se estaba investigando el doble homicidio un polic�a declar� asegurando que la noche del 20 de noviembre de 2000, escuch� unos tiros, se dio vuelta y vio a tres corriendo y los reconoci�. Pero en la rueda de presos no pudo reconocerlos y durante el juicio el tribunal le pregunt� si los reconoc�a respondi� que no. Roger, Claudio, Mart�n y Carlos estuvieron presos por la declaraci�n del polic�a. Pero la detenci�n de estos j�venes no pudo mantenerse por tanto tiempo por la sola declaraci�n de un polic�a, sino que fue necesaria la complicidad de un fiscal y de un juez. El caso de estos cuatro inocentes no el �nico que se produce en el sistema judicial y policial, necesitado de mostrar estad�sticas para complacer a Juan Carlos Blumberg y sus seguidores y los medios masivos implacables cultores de la inseguridad y la mano dura.

Observando las c�rceles

Graciela Dubrez del Observatorio Internacional de C�rceles de la Argentina dependiente del observatorio de Francia que cuenta con estatus consultivo de Naciones Unidas, revela la situaci�n carcelaria Argentina.
�Alguna vez les fue impedido el ingreso a alg�n penal?
GD:- Alguna vez, alg�n funcionario de turno intento poner alguna excusa para que nosotros ni ingres�ramos, fue disuadido por el peso que tiene la organizaci�n en el exterior.
�Cu�l es la realidad del servicio penitenciario?
GD:- El servicio penitenciario esta muy mal, en un doble sentido. El servicio penitenciario, como trabajo como agente penitenciario la pasan muy mal, porque tiene un r�gimen para-militar. Esto es as� porque la ley org�nica del servicio penitenciario federal y el de las provincia, excepto el de San Luis, data del a�o 1978 de la �poca m�s brutal de la dictadura militar y porque su instrucci�n es la de una fuerza militar. Los que ingresan ah� recibe instrucci�n que ya no se hace en los mismos comandos de ejercito. Nosotros hemos recibido denuncias de aspirantes al servicio por malos tratos. En la situaci�n especifica del trabajo hay un agente penitenciario que controla un pabell�n sobre-hacinado de 500 o 400 personas. Esto visto del lado del sistema.
Visto del lado de los internos la situaci�n es de una violaci�n sistem�tica de los derechos humanos. Hay hacinamiento en las comisar�as y c�rceles de todo el pa�s. Hay falta de alimentos. ay falta de medicamentos. Hay malos tratos entre internos los llamados ajustes de cuentas muchas veces motivados e incentivados por los mismos penitenciarios. Prima la ley del m�s fuerte y se hacen due�os de un pabell�n, organizan bandas sin que se les mueva ni una pesta�a a las autoridades. Este gobierno como los anteriores no tiene ni han tenido una pol�tica criminal atendiendo a los derechos humanos. El actual gobierno todo lo que hace es una actuaci�n medi�tica apagando incendios, nos han dicho que no tiene ingerencias en las provincias como si las provincias como sino estuvieran sometidas al orden federal de la constituci�n y los pactos internacionales. La Argentina afronta una cantidad importante de juicios en la comisi�n Interamericana de Derechos Humanos por la violaci�n de derechos en los casos de institutos de menores y servicio penitenciarios. Los funcionarios viajan, hacen gastos del erario publico es decir de todos nosotros para defender posturas inaceptable. No hay ning�n cambio sobretodo porque no se ha puesto en el �rea gente competente que entienda esta problem�tica ay no hay una decisi�n pol�tica que defienda los derechos humanos.
�Cu�l es la situaci�n carcelaria en el resto del pa�s?
GD :- No se que decir, si es peor que me saquen un ojo o me corten una oreja. La situaci�n es dram�tica, es de colapso institucional.
�Por qu� hay un alto n�mero de personas que son procesadas y habitan con personas que ya est�n condenadas?
GD:- Esta mezcla de condenados en situaci�n de prisi�n preventiva tiene que ver con que nuestra justicia es clasista, a la c�rcel van los pobres. Hay un colapso en la administraci�n de justicias se han multiplicados las fiscalias pero no los defensores y no puede haber un juicio sin defensor. Los defensores oficiales que menos causas tiene est�n alrededor de las 5.000. En esta situaci�n hacemos como que administramos justicia, la prueba es la absoluci�n de los cuatro j�venes en La Matanza. �Como se les retribuye a estos j�venes que estuvieron cuatro a�os presos siendo inocentes?
� La pol�tica de mano dura y el aumento de penas tiene que ver con este colapso en las c�rceles?
GD:- La franja conservadora con bastantes rasgos autoritarios de la Argentina y tambi�n de Estados Unidos tiene una mirada bastante ingenua. Creen que maltratando, torturando otros se van a llenar de temor y no van a cometer delitos. El problema aqu� es la diferencia social cuando la brecha entre ricos y pobres es tan grande es inevitable que se aumente la tasa de delito. La sociedad no tiene que buscar la venganza, creer en la justicia es creer en una forma de reparaci�n no de punici�n. Nadie aprende con la punici�n esta cient�ficamente probado que esto lo �nico que genera es resentimiento. Y si esa persona no puede volver a cometer un delito ese resentimiento se desplaza a sus familiares y el grupo social de pertenencia.
Hace pocos d�as se dio a conocer una denuncia de un grupo de mujeres detenidas en Ezeiza que fueron compulsivamente trasladas a La Pampa �Estos traslados arbitrarios que rompen los lazos familiares son posibles?
GD :- Estos traslados son posibles porque hace un mes que el servicio penitenciario federal se maneja solo. Entre otras cosas porque el Ministro de Justicias, Dr. Rosatti, dice a todos los medios que va a volver a su provincia para ser candidato a gobernador. Y por eso no se siente autorizado a nombrara a alguien como Secretario de pol�tica penitenciaria, pero dejo a cargo a la vice-ministra la se�ora Mar�a Jos� Rodr�guez que parece no entiende mucha de la cosa, los traslados arbitrarios son una violaci�n a los derechos humanos violando todas las convenciones firmadas por la Argentina. Entonces el servicio penitenciarios hace lo que quiere como es una fuerza de seguridad no visible al com�n de la poblaci�n entonces se permite cometer estos atropellos.
�Hay alguna norma que proteja a las personas privadas de su libertad para que no se cometan estas arbitrariedades?
GD:- Por supuestos, al nivel federal hay un juez de ejecuci�n de la pena que es quien debe seguir los pasos progresivamente, pero que ocurre falta nombrar jueces de ejecuci�n de la pena. Hay uno que esta siendo cuestionado ahora con un iuri de enjuiciamiento por in conducta, Hay algunos que fallecieron y no nombraron a nadie en su reemplazo y el que esta se encuentra desbordado de causa y acosado por una fiscalia que cree que todo lo que tiene que hacer el juez de ejecuci�n de la pena es ratificar los informes de la fiscalia. El juez de la ejecuci�n de la pena actual es un juez de criterio libre, respetuoso de los derechos humanos, respetuoso de la ley y tiene su criterio formado. Lo que sucede es que esta desborado por la situaci�n, no se puede generar figura jur�dica y despu�s no cubrir las expectativas. Si el trabajo que tiene que hacer cinco o diez personas la hace una sola es imposible que esa figura cometa su cabal cometido.
� Cu�l es la situaci�n en las c�rceles con las necesidades b�sicas?
GD .- Pasan hambre, los internos pasan hambre. La corrupci�n del sistema penitenciario siempre se baso que con muchos detenidos les daban un cupo para alimentos, ellos les daban la mitad y la otra mitad se la quedaban. Antes era compensado con la alimentaci�n que los familiares les llevaban pero ahora con la crisis econ�mica eso es casi imposible. Los traslados arbitrarios. El hacinamiento. El desborde para las visitas que a veces no son m�s que de quince minutos y esto es porque los penitenciarios no pueden con la gran cantidad de visitas que hay rodeando los penales. La miseria de esta franja de la sociedad hace que los familiares de los internos puedan cada dos o tres meses juntar el dinero para ir a los penales. Por otro lado atendiendo a los alaridos de algunos vecinos por la cercan�a de los penales entonces ahora est�n fuera de las zonas urbanizadas, en lugares inaccesibles y muchas veces se necesitan hasta tres transportes para llegar a ellos deja al descubierto que el sistema no puede cubrir las necesidades b�sicas de la poblaci�n detenida.
Se los afecta con una doble condena prisiones preventivas largas, primero los detienen y despu�s vamos a averiguar si hay elementos suficientes para armar un juicio. Por otro lado tenemos hambre, enfermedad aislamiento y despu�s pretendemos que salgan ciudadanos respetuosos de la ley e id�neos para insertarse en la cadena productiva. Recibimos la denuncia de una persona detenida en Marcos Paz que nos dijo llorando que tenia hambre, esa es la peor manera de matar a una persona.
�Cu�l es la situaci�n de los Institutos de Menores?
GD :- La situaci�n es similar. En el superior tribunal de La Plata se reunieron un grupo de organizaciones de derechos humanos convocadas por el Ministro de la Corte en disidencia porque la procuradora Falbo siguiendo la idea del procurado De la cruz fallecido recientemente impugno la Ley N� 13.298 que le dar�a a la provincia de Buenos Aires un ley de protecci�n del ni�o, ni�a y adolescente que despenalizar�a la pobreza. Porque ser ni�o pobre es factible de ir a para detr�s de las rejas con el pretexto de la protecci�n de su infancia. Entendemos hay que hay padres abandonicos, padres perversos que hay gente que organiza la mendicidad y sabemos que eso es un delito. Naciones Unidas tiene una convenci�n de los derechos del ni�o, ni�a y adolescente y que nosotros debemos atender o denuncias a la convenci�n pero no podemos seguir siendo hip�critas.
Estos ni�os pueden tener alternativas, no en hogares sustitutos como la cadena de hogares del padre Grassi, que ahora no enteramos que era un perverso que violaba ni�os. Podr�a ser hogares alternativos co-parentales o de vecinos. La sabidur�a de antiguos campesinos nuestros ayudo mucho sin leyes, cuando hab�a un ni�o en desamparo alguien lo tomaba y era el ni�o de crianza de muchas familias. Lo que sucede es que hay intereses econ�micos de algunos grupos que utilizan como pretexto la piedad, la solidaridad viven muy bien por los subsidios que reciben del gobierno y muchos de esos grupos son de la iglesia.
� Cuanto tiene que ver la pol�tica de mano dura con el desborde del sistema carcelario?
GD: - Mucho tiene que ver la pol�tica criminal y las 288 modificaciones al c�digo penal y sus anexos si bien muchos viene de la �poca del proceso en la d�cada del 90 se unifico la pol�tica de la mano dura con el gatillo f�cil. Esta pol�tica viene muy promocionada desde Estados Unidos. La restricciones de la progresividad de la pena es decir la sumatoria de condenas, es decir a mi me detienen por robo a mano armada y por unos breves minutos retuve a unas personas que estaban en el medio entonces suman varios delitos entonces una pena de cinco a�os termina siendo de quince. Esto se ve claramente con la reforma que se hizo propuesta por Blumberg -que es asesorado por el Dr. Durrier un abogado vinculado a la ultima dictadura militar � es la implementaci�n del modelo Estadounidense. El modelo norteamericano es un fiasco, negociar con el fiscal la pena en un juicio abreviado es renunciar al principio de inocencia. Se presta a corrupciones con jueces y fiscales, disminuye la eficacia de la defensa y se presta para todo tipo de violencia dentro de la justicia y en todo el entorno judicial. Este sistema en partes garantistas con otra parte del sistema norteamericano permite la violaci�n sistem�tica de los derechos humanos.
Hay que entender que prevenir un delito es hacer justicia social, es dar m�s presupuesto a la educaci�n, dar m�s presupuesto a la vivienda; dejar de lado ese concepto neoliberal que la vivienda es un gasto que el estado no recupera. En la ciudad de Buenos Aires se est�n haciendo obras fara�nicas de ampliaci�n de avenidas y por otro lado hay 3.500 ni�os y ni�as deambulando por la ciudad y a cambio s�lo se les da un carnet para que cartonee con libertad y que la polic�a no lo moleste.
"Que se pudran en la c�rcel"
Esta es a grandes rasgos las situaci�n que hace muchos a�os vive la Argentina en las c�rceles y comisar�as de todo el pa�s. Muchas voces se levantan pidiendo m�s mano dura, pero hay otras voces que demuestran con hechos que esta pol�tica no sirve de nada. Es muy dif�cil intentar que alguien que sufri� un hecho delictivo comprenda que la venganza, aunque sea a trav�s de la justicia, no es la soluci�n. Pero es importante que como sociedad reveamos esa frase tantas veces repetida "Que se pudran en la c�rcel" porque quiz�s en ese deseo se esconda un bumerang que inevitablemente nos dar� de lleno en la cara.


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