Argentina: La lucha contin�a
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Hospital Garraham: entre la desidia y la injusticia
Prof. Juan Carlos S�nchez
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El conflicto desatado con los trabajadores de una instituci�n se�era, como lo es
el Hospital Nacional de Pediatr�a ' Juan Garraham', oscila en un desfiladero
donde se conjugan la desidia estatal y la justicia de los reclamos, lo cual
tiene de rehenes a los ni�os y ni�as que all� son atendidos; muchos de ellos,
que provienen del interior de nuestro pa�s, han debido regresar porque se han
cancelado cirug�as que, en el mejor de los casos, se realizar�n durante el 2006.
Sin embargo, nuevamente la indiferencia y el desprecio hacia los Derechos
Humanos, en gobernantes con un discurso grandilocuente, llev� a este final
anunciado porque los reclamos de m�dicos, enfermeros y administrativos se
origina desde el a�o pasado, cuando comenzaron las primeras negociaciones.
Tanto el Gobierno Nacional como el Gobierno de la Ciudad Aut�noma de Buenos
Aires han evadido la soluci�n a las problem�ticas planteadas y han dejado
transcurrir el tiempo, dejando sin otras opciones a los trabajadores, quienes
han debido recurrir al derecho de huelga, el cual resulta el �nico instrumento
para hacerse escuchar.
� Porqu� el ministro de Salud y Medio Ambiente de la Naci�n, Dr. Gin�s Gonz�lez
Garc�a y el Secretario de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Dr.
Alfredo Stern no han buscado la soluci�n a la problem�tica salarial ? � Porqu�
salen a aducir que los trabajadores del Garraham ganan 'grandes' salarios,
cuando trabajan 12 horas como m�nimo y suelen dejar su precaria salud atendiendo
a sus peque�os pacientes ? � Porqu� se induce a pensar y a informar sobre el
incumplimiento de las guardias m�nimas ?, todas estas preguntas no son ociosas
porque hacen al fondo de la cuesti�n.
Lamentablemente la dilataci�n de las negociaciones es una pr�ctica generalizada
en los gobernantes; m�s a�n, cuando la puja salarial se encuentra exacerbada por
el avance implacable de la inflaci�n y por el hecho de ser �ste un a�o
electoral. Sin embargo, teniendo en cuenta la particular rama de la salud y las
previsibles consecuencias en una instituci�n de alta complejidad debieron haber
extremado los recaudos para buscar una soluci�n negociada. Me olvidaba que los
trabajadores ganan grandes sueldos... Una enfermera gana $ 1.200 por 12 horas de
trabajo pero se olvidan que es una mujer que tiene que atender su casa y sus
hijos...
Nada mejor que desinformar a la poblaci�n para que se enfrente a los
trabajadores. Y para ello, nada mejor que decir: 'incumplen las guardias
m�nimas'. Luego de ello, una invasi�n de polic�as y gendarmes al mejor estilo de
la dictadura militar para presionar a los trabajadores mientras sigue la
parafernalia medi�tica, promovida por Gin�s y Stern, para revelar el 'delito' de
los trabajadores y se llevaron la sorpresa pese a las denuncias judiciales por
abandono de persona: pese al paro, las guardias se cumpl�an...
Sin embargo, a�n respetando el derecho que les asiste a los trabajadores, se
debi� preveer la problem�tica de los pacientes que provienen del interior del
pa�s, los cuales hacen un enorme sacrificio para asistir al hospital. Y lo
hacen, pese a los vaivenes de la burocracia que los lleva al laberinto
intrincado para la b�squeda de alojamiento y comida mientras est�n en esta
Ciudad y ni hablar, por supuesto, de la medicaci�n. M�s a�n, se debi� preveer la
realizaci�n de las cirug�as programadas, cuyo turno se otorg� desde hace un a�o
o m�s, para evitar males mayores pero claro, me olvidaba que, como son pobres,
no tienen derechos... y para mejor (para los pol�ticos) no tienen un centavo
para una m�sera acci�n de amparo... Por eso, este llamado de atenci�n tanto a
los representantes de los trabajadores como a los gobernantes porque este tipo
de conflictos lleva a una violaci�n lisa y llana de la Convenci�n Americana de
los Derechos de los Ni�os, Ni�as y Adolescentes, con respecto a la salud de
quienes son atendidos en el Garraham.
Entre la desidia y la justicia, vemos un nuevo acto que nos demuestra la
realidad, que nos demuestra hasta d�nde los Derechos Humanos son respetados en
la Argentina pese al discurso oficial.
Y tambi�n nos muestra otra cara, la que no vemos, de Gin�s y de Stern pese a las
alabanzas de muchos comunicadores sociales que, todav�a, siguen encandilados o
no quieren ver lo que pasa. O bien, como sucede realmente, la publicidad oficial
tapa todo intento de mostrar lo que ocurre en la Argentina sin trabajo, sin
educaci�n, sin salud y sobre todo, sin justicia...
* Juan Carlos S�nchez es Profesor de Ciencias Jur�dicas, Pol�ticas y Sociales en
I.S.P.'Dr. Joaqu�n V. Gonz�lez'.